La previsión de una buena campaña de setas dispara en Segovia la expedición de permisos

La fructificación en la sierra ha sido muy buena, considera el experto. Espera que con las lluvias del principio de esta semana broten muchas más setas también en los montes de la meseta, los esperados níscalos que aún no han salido, salvo en contados lugares, en los suelos de las matas de pinos de llanura.

Hace unos días, el acotado (antes unidades de gestión) Montes de Segovia SG-50.002, del que forman parte 29 municipios de la provincia, celebró su asamblea anual para aprobar las tarifas de los permisos y abordar otras cuestiones de la campaña de recolección. Entre otros acuerdos, la asamblea decidió que los permisos sean válidos para esta campaña y la siguiente, hasta diciembre de 2020.

Comenzaron a expedirse el pasado lunes, 14 de octubre, y con unas buenas perspectivas de producción de setas, en la oficina de la Casa de la Tierra de Segovia el ritmo es de entre 170 y 200 solicitudes cada día. La expectativa de que será una buena campaña ha disparado las peticiones, indica Luis Asenjo, gerente de la Comunidad de Ciudad y Tierra de Segovia.

«En los tres primeros días (hasta el miércoles) se ha superado el número de permisos expedidos en la campaña de 2018, que fueron en total 638», explica Asenjo. Ni el pasado ni el anterior fueron buenos años de setas. Lo dicen los números, porque en la campaña de 2017 fueron en total 877 los permisos vendidos en este punto de expedición, que corresponde al acotado Montes de Segovia, y hace tres años, en la Casa de la Tierra se tramitaron 1.135 y más de 4.000 en todos los puntos de venta de la provincia, sin contar los del acotado SG-50.001 Sierra de Guadarrama-Montes de Valsaín, que gestiona el organismo Parques Nacionales.

En las campañas que comenzaron en los otoños de 2014 y 2015, el número de permisos expedidos en la sede de la Comunidad de Ciudad y Tierra de Segovia superó cada año la cifra 1.800.

Cada domingo, de cinco a ocho de la tarde, los miembros de la Sociedad Micológica Segoviana depositan en una sala de la Casa de la Tierra los ejemplares de distintas especies de setas que han recogido en sus salidas al campo, entre 18 y 20 distintas.

Allí los examinan y están disponibles para que cualquier aficionado les consulte cualquier duda (si llevan sus propias setas, mejor con pie, comenta Ramón Saiz, que recuerda la máxima de los buenos recolectores, «si no lo conoces, no lo cojas»); los lunes por la tarde retiran las setas que han llevado a la Casa de la Tierra porque si no se consumen pronto se estropean.

En los próximos días un grupo de socios recolectarán los ejemplares que la Sociedad va a presentar en la Plaza Mayor, en la exposición que ya es una tradición durante la festividad de San Frutos. Y aprovechando este evento van a impulsar la campaña de captación de socios ya iniciada, con la que han sumado dos más y son ya 44. Además, recuerda el presidente que en esta campaña van a «empezar a hacer cursos de formación , para profesionales y público en general, porque la gente tiene que informarse y formarse». Aunque también rompe tópicos como que no cortar bien el pie de la seta al recolectarla impide que vuelva a brotar: «Se destroza más por el pisoteo que por la recolección porque el micelio puede tener una extensión de kilómetros, y tampoco está demostrado que las setas no vuelvan a salir por la presión recolectora».

Saiz explica que esta campaña estaba siendo «extraña» porque en verano y al principio del otoño ha llovido muy poco, salvo las tormentas que han descargado en la sierra y que han hecho brotar muchos boletus, «pero setas de cardo podemos decir que casi ni se han visto y níscalos, muy pocos». Aunque estas últimas lluvias han animado a los recolectores. Los micelios harán brotar las setas, los níscalos y setas de cardo, en los montes y bosques de la meseta, apunta Saiz.

El último parte de Castilla y León Micológica, Micocyl, indicaba el 11 de octubre que en los acotados de la provincia de Segovia hay «fructificaciones abundantes» de setas silvestres comestibles. Como indicaba el presidente de la Sociedad Micológica Segoviana, la mayor producción registrada hasta ahora es de boletus edulis en la Sierra de Ayllón, en cotas altas de los pinares de Riaza y las masas forestales de alta montaña de pinos silvestres de la Sierra de Guadarrama, desde Navafría hasta el municipio de El Espinar.

Aunque no son fructificaciones generalizadas por toda la superficie forestal, se están registrando producciones puntualmente muy abundantes con rendimientos superiores a los 3 kilogramos por hora», recogía este parte, y añadía que en estas zonas «se ha registrado producción de 'Lactarius deliciosus' (níscalos) aunque con producciones muy inferiores».

Pueden ser miles de kilos, a pesar de que la recolección irregular es un hecho, recuerda Ramón Saiz. Porque se han recogido muchos antes de que se abriera el plazo de expedición de permisos y de que no se pueden vender más de tres kilos al día. «Hay mucha gente que lleva toda la vida vendiendo setas y que, en cuanto se entera de que hay un brote van enseguida a cogerlo. Esperamos que vaya remitiendo, pero la vigilancia es escasa porque hay pocos medios personales, pocos agentes medioambientales y del Seprona», señala.

Combatir la recolección ilegal es precisamente uno de los objetivos del programa de Micología de Castilla y León, una iniciativa promovida por la Junta, las diputaciones y más de 320 municipios de la región «basada en una mejora progresiva de la gobernanza de todo el sector para optimizar la gestión y la valorización del recurso micológico».

El programa establece un sistema solidario de regulación a través de permisos de recolección, compatible con el desarrollo micoturístico y mico-agroalimentario de los territorios rurales forestales y permite aprovechar múltiples oportunidades de financiación y cooperación europea. Pero todos los años, al inicio de la campaña y a pesar de la vigilancia con pocos medios son miles de kilos de setas recogidas sin permiso las que son decomisadas.