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Han sido dos días de máxima tensión en el centro penitenciario de Perogordo, en Segovia. Un recluso ha protagonizado entre este miércoles y jueves con ... incidentes «muy violentos», como los califica la organización de funcionarios Tu Abandono Me Puede Matar (TAMPM). Sus representantes relatan cómo este interno «reventó» su celda. Estas mismas fuentes cuentan que el reo que cumple condena en esta prisión ejerció una fuerza descomunal y «rompió todo lo que estaba a su alcance, haciéndose fuerte en el fondo» de la estancia ante los intentos de los trabajadores de repeler la agresión.
La conflictividad de este preso no es nueva. Ya llevaba unos días provocando incidentes, pero los hechos de estos superan con creces la gravedad de esos problemas y evidencian la inseguridad e inferioridad en las que la plantilla de la cárcel lleva a cabo su tarea. El miércoles, la agrupación denunciante señala que empuñó un pincho hecho con cristales de la ventana de seguridad que destrozó y con el que amenazó al personal que intentaba reducirle. Testimonios consultados precisan que el interno es muy corpulento, mide cerca de dos metros -«se agacha para entrar en la celda»- y que se empleó con extrema violencia. Tal es así que los funcionarios tuvieron que utilizar cascos y escudos para protegerse de las andanadas del reo, quien también se armó con un palo de madera partido tras arrancar el cepillo de una escoba y que también usó en su ataque.
Al final, y con la ayuda de otro interno que contribuyó a calmarle, el personal de la cárcel de Segovia pudo aplacarle y se le cambió de módulo. Representantes de Tu Abandono Me Puede Matar en la junta de personal afirman que lejos de serenarse, 24 horas después del altercado, protagonizó otro hecho «muy grave que puso en peligro la integridad» de los funcionarios que acudieron a la celda cuando el interno la prendió fuego.
Los que estaban de servicio en ese momento «tuvieron que hacer de bomberos para apagar las llamas y despejar el humo» provocados por este conflictivo preso, que una vez reducido fue trasladado a la enfermería.
Portavoces de TAMPM en el centro penitenciario de Perogordo indican que esta escalada de violencia es algo que se ve venir por la llegada de reclusos conflictivos y peligrosos que no encajan en la convivencia de la cárcel segoviana. Asimismo, arremeter contra las políticas «nefastas y buenistas» del Gobierno central que «permiten que muchos internos de gran peligrosidad no estén debidamente clasificados, siendo un gran problema, una escuela de delincuencia y un impedimento para conseguir los fines de reeducación y reinserción» para el resto de reos.
«Nos sentimos indefensos», hacen hincapié al demandar que de una vez por todas se reconozca a los funcionarios que «están al pie del cañón» en el día a día de las prisiones como agentes de autoridad. Piensan que de esta forma, la población reclusa se «lo pensaría dos veces» antes de insultar, amenazar e incluso ejercer la violencia machista mediante vejaciones de índole sexual contra trabajadoras del centro. «Les sale gratis», critican.
Este ambiente de tensión y desprotección en el que llevan a cabo sus atribuciones de vigilancia para velar por la convivencia segura en la cárcel queda patente cuando «en el patio solo estamos provistos de un walkie talkie», se quejan así de la falta de medios y el «peligro y el desamparo» con los que se ven obligados a trabajar.
De hecho, portavoces de Tu Abandono Me Puede Matar en la provincia dejan entrever que hay funcionarios mayores y con muchos años de experiencia que han optado por perder parte de su sueldo y cambiar su desempeño para rebajar el riesgo y el estrés cotidianos. Pasan a comisión de servicio o a segundas actividades.
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