El pintor Pablo Sevillano regresa a Cuéllar para mostrar su última obra
El artista segoviano ha vuelto a la actividad tras haber sufrido un problema en la vista
Más de dos décadas después de su última exposición en Cuéllar, el pintor segoviano, natural de Hoyuelos, y que estuvo afincado en la villa durante ... varios años, regresa a exponer en solitario en el municipio, pues en este tiempo sí que ha cedido algún trabajo para muestras colectivas o de distinto tipo.
Un regreso que en algún momento se pensó que no se iba a poder dar, ya que Sevillano tuvo un problema de salud en la vista hace siete años «y pensé que no volvía a pintar». Ahora, ya recuperado, ha pensado que era necesario regresar a Cuéllar, exponer y ceder su obra «para que lo vea la gente del pueblo y los amigos, que tanto me han motivado y que tanto me han ayudado».
Por ello el artista de Segovia se mostró agradecido de poder exponer en el municipio de forma individual, y que el público pueda ver las diferencias en su trabajo, que, según aseguró, existen, entre cómo pintaba hace dos décadas y la actualidad.
En la exposición se pueden ver tanto acuarelas como óleos, las dos técnicas con las que trabaja Sevillano, aunque en verano, en los concursos de pintura rápida, opta más por la acuarela, mientras que en invierno se dedica más al óleo. Respecto a la temática, aunque se centra en la naturaleza, también hay varios cuadros de Cuéllar, urbanos, paisajes que el autor considera naturaleza también «porque son motivos un poco entrañables, detalles que nos quedan». Aunque ya no vive en Cuéllar, la villa fue su lugar de residencia durante casi 24 años, por lo que «indudablemente lo conozco».
La localidad, especialmente su parte antigua, forma parte de esta muestra, con cuadros agrupados, para que haya una continuidad. En general, son detalles pequeños de casas antiguas y lugares añejos, que al autor le parecen plásticamente muy atractivas. A ello se suman algunas calles singulares y algún ábside, como el de la iglesia de La Cuesta, con una acuarela sencilla que «es muy expresiva». Se pueden ver lugares del barrio del Salvador, donde quedaron «las últimas calles como yo las conocí cuando tenía veinte años y vine a Cuéllar por primera vez». Son calles «entrañables, tan llenas de movimiento con esos entramados y esas historias y quise reflejarlo».
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