Orquestas, discomóviles y charangas otean el verano con la agenda ya muy cargada

Por eso, estos primeros compases del año son idóneos para empezar a estudiar ofertas, presupuestos y cerrar fechas y contrataciones, si bien, en esta ocasión. Antes, un matiz. En este 2023, que ha llegado con unas urnas bajo el brazo al ser curso electoral, algunos Ayuntamientos optan por esperar a los resultados de finales de mayo, algo que las agencias de contratación no recomiendan porque las agendas ya se están llenando de días laborales para quienes ponen la banda sonora.

De hecho, durante los primeros meses del año se han cubierto prácticamente todos los fines de semana del verano. En estos momentos, «la contratación está un poco parada» como consecuencia, precisamente, de las vísperas electorales, según detalla Julio de la Calle, director gerente de Coca Musical Espectáculos, agencia que mueve orquestas, como Cougar, discotecas móviles, conciertos e hinchables, entre otras actividades.

Este profesional forma parte de un sector que, según los datos, puede llegar a mover unos 60 millones de euros en Castilla y León, dando empleo directo a en torno a 12.000 personas en la región. Y es que, en el caso de las grandes orquestas, no son solo los músicos y cantantes que dan la cara en el escenario, sino que también detrás de los espectáculos hay un sinfín de plantel, desde conductores y montadores hasta técnicos de luces, imagen y sonido o el personal que lleva los temas administrativos.

Las previsiones apuntan a que la temporada 2023 será similar o incluso algo más fuerte que la del año pasado, que ya fue «una bestialidad», con multitud de actuaciones e incluso teniendo que decir que no a algunas oportunidades laborales por tener todas las fechas repletas de citas con el público. Además, hay lugares donde a algunas de las orquestas, como es el caso de Cougar, al finalizar la actuación ya se les piden que regresen para amenizar las fiestas del año que viene, por lo que algunas fechas quedan apalabradas ya desde el verano anterior.

Así, los fines de semana de orquestas y discotecas móviles están, a estas alturas del calendario, prácticamente ocupados, aunque aún quedan algunas jornadas sueltas donde encajar más actuaciones. «Queda algún sábado de agosto y septiembre, pero los días fuertes están prácticamente todos ocupados», señala De La Calle, quien añade que el momento para reservar es este, pues en junio, justo después de las elecciones municipales, es habitual recibir multitud de llamadas para contratar, pero para entonces será casi imposible hacerse con una orquesta de primer nivel. «El que no contrate ahora, no lo va a encontrar», vaticina el gerente de Coca Musical.

En concreto, los dos últimos fines de semana de agosto, los que concentran una mayor avalancha de fiestas patronales, son los que están ya sin un hueco. Para estas fechas «ya no encuentras», incide el profesional segoviano. Llama la atención que sí existen aún grupos libres para amenizar el 15 de agosto, en rojo en prácticamente toda la provincia por ser el día de la Asunción de la Virgen, jornada grande en los ciclos de celebraciones de un sinfín de localidades.

Sin embargo, la tendencia es programar el grueso de actos de los festejos durante el fin de semana. Tal y como cae estes calendario, muchos municipios han optado por concentra los platos fuertes del programa en el fin de semana posterior –los días 18, 19 y 20–, en los que ya es casi imposible contratar una orquesta.

Esta demanda disparada se produce, además, teniendo en cuenta que el caché de las formaciones se ha incrementado notablemente para esta temporada. Y es que tanto las orquestas como las charangas han tenido que repercutir en las tarifas el encarecimiento de los costes de los suministros. Solo los mantenimientos de los camiones que actúan de escenario de las orquestas valen un 60% más que otros años. Es solo un ejemplo, pues también han subido los costes en los equipos de sonido. Unos altavoces que costaban entre 3.000 y 4.000 euros, ahora pueden tener valer 6.000 euros.

A ello hay que sumarle el alto desembolso que hacen en los combustibles, máxime cuando a lo largo de la temporada estival realizan cientos de viajes por las carreteras de todo el país. «De 2019 a este año, ha subido más de 2.000 euros por actuación solo en gastos, unos gastos que hay que repercutir en el precio», apunta De la Calle.

Es por ello que, si durante los últimos ejercicios, la actuación de una orquesta económica podía rondar los 3.000 ó 3.500 euros, en la actualidad resulta muy complicado firmar esa misma banda por menos de 5.000 euros, debido al ajuste de los precios para cubrir el exceso de gastos.

En el caso de las orquestas, la mayoría de contrataciones llegan de manos de los Ayuntamientos para la celebración de las fiestas. En la provincia, en torno al 95% recae en los Consistorios, si bien también se rubrican actuaciones y conciertos a través de comisiones de festejos. Los organizadores tendrán que hacer frente este año al coste del grupo musical, al IVA y el pago a la Sociedad General de Autores, por lo que al precio base tendrán que sumarle casi un 30% a mayores.

El caso de las charangas es algo diferente. Los precios son más contenidos, teniendo en cuenta que se ahorran costes de montaje o técnicos entre otros importes que sí han de afrontar las orquestas. Sin embargo, la temporada también «se presenta fuerte», según destaca David Cantera, popularmente conocido como 'Flauty', cabeza visible de Flau & Cía, una charanga que realiza desde fiestas privadas, cumpleaños y despedidas hasta todo tipo de eventos en los pueblos, como dianas, pasacalles o animación.

Al ser una agrupación reducida, los cachés son más bajos, e incluso en momentos de crisis «hemos trabajado muchísimo». De hecho, ya en estas fechas, todos los fines de semana tienen alguna actuación, y tiene citas cerradas todos los meses hasta septiembre, por lo que la proyección es muy positiva en una temporada que «no sé si llegará a tanto como el año pasado». En siete meses realizaron 220 actuaciones, que en realidad son más, porque cuentan una por pueblo, pero en algunos «haces las dianas, la procesión y luego el vermú», ya que en su formación llevan dulzainas, lo que les hace más versátiles. También las charangas han subido el caché y el precio por kilómetro debido al aumento de los precios de los combustibles, principalmente.

Otra diferencia notable con las orquestas, son las contrataciones, pues en estos casos el grueso no lo sufragan las arcas municipales de los Ayuntamientos. Su abanico de público se abre a particulares, peñas y asociaciones, además de los Consistorios, que pueden suponer un 20% de las actuaciones que realizan. En el caso de Flau & Cía, «nos movemos principalmente por pueblos tirando a pequeños, y hay muchas veces que la fiesta la monta el propio pueblo, independientemente del Ayuntamiento».