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Yeray Lamariano volvió anoche a jugar un partido de balonmano en la pista en la que pareció retirarse hace apenas un mes. Como él mismo reconoce, ya no tiene credibilidad cuando habla de dejarlo. El Nava le convenció para seguir como tercer portero, tras regresar ... a la competición después de nueve meses de parón, pero si algo demostró en el primer ejercicio de 2025, un amistoso ante el Cuenca, es que a menos de dos meses de cumplir 42 años todavía tiene nivel para papeles protagonistas. Fue la mejor noticia para los segovianos, que demostraron frescura en ataque, un buen tono en su 6:0 defensivo y sumaron a canteranos a la ocasión, aún a dos semanas de volver a la acción oficial de Asobal.
Tan interino era el partido que el Cuenca se limitó a poner dorsales a sus camisetas verdes de entrenamiento. Ni nombres ni patrocinadores. El propio club anunció que su desplazamiento a Segovia no sería televisado, pero finalmente el Nava habilitó una señal de streaming por YouTube con su cámara de inteligencia artificial. Otra ventaja de un amistoso es que se puede empezar unos minutos más tarde y no pasa nada. Llámese apurar la cerveza o salir del trabajo, pero la afición no tuvo prisa por tomar asiento en un día de entrada gratuita.
BM Nava
Yeray Lamariano, Luis de Vega, Borja Méndez, Isaías Guardiola, Dani Pérez, Lautaro Robledo, Mario Nevado, Gonzalo Carró, Sasha Tiumentsev, Adrián Nolasco, Óscar Marugán, Gedeón Guardiola, Nicolás Bonanno, Jacobo Fernández, Alfredo Otero y Pablo Herranz.
36
-
35
Cuenca
Daniel Neves, Nacho Pizarro, Álvaro Martín, Pedro Tonicher, Alex Pozzer, Jorge Ureña, Héctor Chicano, Sergio López, Federico Pizarro, Joao Perbelini, Tchitombi, Guilherme Tavares y David Mach.
Parciales: 2-5, 7-9, 9-11, 12-15, 15-17, 19-19 (descanso), 22-21, 25-23, 29-25, 32-27, 34-31 y 36-35
En un pabellón en el que el bombo no deja de percutir, que esgrime tras la primera vuelta de ser el recinto con mayor promedio de asistencia de la Asobal –lleno en todos los partidos–, choca escuchar la fricción de las botas con tanta nitidez. Así arrancaron el juego Gonzalo Carró y Sasha en un primer ataque local que terminó con Isaías Guardiola calentando el brazo y Pedro Tonicher, el héroe del triunfo visitante de la primera vuelta, cogiendo las cosas donde las dejó, es decir, parando. Gracias a su solvencia y a las ágiles transiciones, el Cuenca tomó las primeras ventajas en un partido en el que ambos estaban por encima de un gol por minuto. Los locales sostenían sus cuentas con el brazo de Isaías y los visitantes habilitaban huecos en seis metros con la sorprendente figura de Héctor Chicano.
Como ocurrió en otros duelos oficiales, al Nava le fue mejor en el partido cuando bajó el caudal anotador. La intensidad de Carró o Gedeón Guardiola cuando salían del 6:0 a por el balón el valió una amarilla al primero y una exclusión al segundo, pero complicó las sencillas incursiones de Fede Pizarro, que habilitaba pases decisivos al pivote o continuaba hacia la meta apoyándose en el bote. Mientras Tonicher seguía parando, el Cuenca tenía una saludable renta (12-15), pero cambiaron las tornas. Méndez mejoró la circulación ofensiva de los locales, Pablo Herranz construyó un fuerte en el pivote y Yeray salió a escena. Los de verde pasaron de ver la portería como una piscina a buscar demasiados ángulos para batir al vasco. Así las cosas, un paradón suyo a un potente tiro de cadera de Neves propiciaba el empate de Méndez y los dos tiempos muertos, porque en los amistosos también hay que pedirlos, aunque sea para que la chavalería salga a bailar y rompa los tiempos: ya puede sonar la bocina, que se espera a que acaben. Faltaría más.
Era un día para hacer pueblo, para los canteranos, con oportunidades para Alfredo Otero y Jacobo Fernández, un extremo derecho que registró el máximo de decibelios de la grada cuando marcó. Como Herranz, que coge cada vez más galones. Empató sobre la bocina del primer tiempo (19-19) por estar atento a reanudar rápido la acción tras una falta. Así se redimió del despiste anterior. El duelo se rompería después porque el Cuenca ya no pudo seguir el ritmo ofensivo local, cimentado por su portero. Yeray fue una pesadilla para Perbellini; como ejemplo, el trallazo que le sacó para habilitar acto seguido la contra de Marugán.
El Nava generaba autopistas porque el rival no se colocaba a tiempo tras sus ataques frustrados. Las trazaba Méndez, que encontró a Robledo con un pase al cielo que el argentino cazó para batir a David Mach. Y las canejaba Marugán, que marcó dos goles seguidos tras aprovechar primero el pase de Yeray –tras otro paradón– y después el corte de Isaías. Así llegó un 27-23, un marcador con poca vuelta de hoja. Paró el partido Lidio Jiménez en busca de una reacción, pero se encontró con el atrevimiento ofensivo de Gedeón Guardiola, que se congeló en el aire en una transición como si fuera un lateral y encontró el bingo en la siguiente acción en otra contra, escoltado por su hermano.
La ventaja se mantenía con acciones de seis metros: Yeray paraba a Jorge Ureña y Herranz se tomaba las cosas con calma para batir a Mach. Pero el Nava se empeñó en darle cierto misterio al desenlace encadenando pérdidas. El Cuenca se puso sin querer a dos a menos de un minuto, presionó arriba por el qué dirán –nada asfixiante– y terminó poniendo el -1 sobre la bocina. Un buen maquillaje.
Dani Pérez es la primera baja anunciada por el Viveros Herol Nava de cara a la próxima temporada. El extremo izquierdo de referencia del club en las últimas tres temporadas no formará parte de la plantilla del próximo curso. El pucelano, de 28 años y 1,82 metros, llegó a tierras segovianas tras el descenso a División de Honor Plata en 2022. Ante el cupo de cinco extranjeros para la nueva categoría, el club mandó a Nico D'Antino al Recoletas Valladolid a cambio de Pérez, que ha compartido el puesto con el navero Óscar Marugán desde entonces.
Su eficacia en la finalización le convirtió en el primer ejecutor de siete metros, una tarea que cumplió casi sin errores durante los dos primeros tercios de la presente temporada, con partidos como el de Aranda de Duero en el que marcó seis penaltis. Se ha mostrado más falible en las últimas fechas, así que Pancho Ahumada, que sigue con Chile en el Mundial, ha compartido la responsabilidad en diciembre. En el amistoso de ayer, fue Marugán el que lanzó el primero; Pérez marcó el segundo y mandó fuera el tercero. Ha terminado la primera vuelta con 57 goles, un promedio de 3,8 por encuentro, superior al de 3,3 que registró el curso pasado tras anotar 98 tantos en 29 partidos. El Nava sigue pendiente de reincorporar a Ahumada y a Mateus Buda, que está compitiendo con Brasil. Luisfe estuvo ayer en el banquillo, pero no jugó.
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