La carta que salvó la vida al segoviano Guillermo Sacristán
Su esperanza de vida no hubiera superado los cuatro meses de no haberse hecho la prueba que permitió diagnosticarle un cáncer de colon
clausia carrascal
Segovia
Domingo, 1 de abril 2018, 12:59
La Asociación Española Contra el Cáncer atiende en la provincia unos cuarenta nuevos casos de cáncer de colon al año. Guillermo Sacristán es uno de los pacientes a los que asesora y apoya. En 2016 recibió la carta de la Junta de Castilla y León para realizarse esta prueba y hoy está convencido de que este documento le salvó la vida. El análisis de heces dio positivo y a partir de ese momento comenzó un duro camino para Guillermo con pruebas de todo tipo, desde la colonoscopia hasta resonancias y análisis de sangre.
La radioterapia y la quimioterapia fueron el peor de los tragos para este paciente, tanto a nivel físico como psicológico. Asegura que trató de tener una actitud positiva durante todo el proceso porque, a su juicio, «el positivismo es una de las claves para superar un cáncer». Sin embargo, con la operación no acabó la lucha, ya que llegaron secuelas con las que todavía hoy tiene que convivir. «La vida te cambia por completo, tienes que adaptar tu dieta, tus aficiones y tu trabajo. Desde hacer un viaje hasta determinadas actividades físicas suponen un problema, existen limitaciones con las que hay que aprender a convivir, pero nunca decaer por ellas», reflexiona. No obstante, está vivo y eso es para él lo más importante. «Los médicos me aseguraron que de no haber diagnosticado la enfermedad en ese momento, posiblemente mi esperanza de vida no habría sido superior a los tres o cuatro meses», afirma.
El colorrectal es un cáncer que «no da la cara» y que es muy difícil de detectar por los síntomas. Diarreas, estreñimientos, cansancio o pérdida de peso son algunos de los indicios, pero Guillermo estuvo trabajando hasta el último día y no creyó que pudiese padecer algo tan serio.
Por eso, ahora insiste en la importancia de no mirar para otro lado y de realizarse estas pruebas de cribado, que pueden suponer la diferencia entre la vida y la muerte. «La mayoría de la gente que se encuentra en este rango de edad asegura haber recibido esta notificación de Sanidad, pero suelen optar por romper la carta e ignorar una situación que parece lejana, pero que puede llegar a cualquiera», avisa.
Guillermo confía en que historias como la suya y la información que proporcionan los profesionales sirvan para concienciar a la población de la importancia de un diagnóstico precoz, «que suele dejarse de lado por miedo o dejadez, pero que es decisivo».