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La iglesia de San Nicolás de Segovia afrontará un lavado de cara en los próximos meses que supondrá la apertura al público de parte de ... su riqueza patrimonial y la dotación de nuevos usos. El edificio, que perdió el culto a principios del siglo XX, alberga la escuela municipal de teatro. Sin embargo, un estudio advierte de la necesidad de rehabilitarlo para garantizar su conservación y exprimir sus posibilidades turísticas, ya que se contempla la creación de un itinerario de visitas a su campanario y a sus pinturas medievales.
El propósito de las obras de restauración, cuyo comienzo se estima el próximo 1 de mayo, es «ofrecer al visitante un viaje y experiencia inolvidable de la arquitectura segoviana». Por este motivo, un proyecto cuya licitación ha sido publicada a finales de marzo prevé su renovación integral y actualización en materia de eficiencia energética para convertir la iglesia de San Nicolás en un punto de información del románico en Segovia y un espacio turístico accesible que tendrá la posibilidad de albergar conferencias, coloquios y exposiciones. Todo ello sin renunciar a albergar la sede de la escuela municipal de teatro.
La rehabilitación, cuya inversión supera los 703.000 euros, está financiada con fondos europeos. El plazo de ejecución es de doce meses y se contemplan varias actuaciones, como es la creación de una cámara bufa en la base de los muros, la limpieza y rellenado de los huecos, el sellado de grietas, la sustitución de canalones y bajantes o la restauración de aleros, cornisas y tejas. También se acometerá la renovación de carpinterías, reparación de cubierta de ábsides y campanario, colocación de un aislamiento térmico y redistribución de la planta baja, así como la dotación de mobiliario. La accesibilidad se constituye como una prioridad, por lo que se va a rebajar la cota del vestíbulo interior hasta el nivel de acceso desde el atrio para facilitar la visita a las personas con movilidad reducida.
Una intervención arqueológica precederá las obras, que están dirigidas a adaptar el edificio de tres plantas y más de 271 metros cuadrados de superficie como un punto de encuentro para interesados por el románico segoviano. Por este motivo, se instalará un mostrador de recepción móvil, además de otros ejemplos de mobiliario itinerante que permitirá adecuar los espacios para las diferentes ocasiones. Entre ellos, destaca la adquisición de un patio de 54 butacas escamoteables por valor de 26.000 euros, un sistema de 'videomapping' con dos proyectores y un doble puesto de tocador en la capilla que podrá funcionar como camerino.
La iglesia de San Nicolás, ubicada en la zona norte del recinto amurallado, presenta un estado de conservación «aceptable» y «coherente» con su uso. No obstante, el documento elaborado como paso previo a la puesta en marcha de los trabajos advierte de que tiene algunos «daños y lesiones». Los principales son grietas en techos y paredes, especialmente en el revestimiento exterior. Si bien es cierto que «están estabilizadas y no se consideran patologías estructurales», los arquitectos ponen esta cuestión en el centro de los aspectos que requieren arreglos urgentes.
Las filtraciones, así como las erosiones, se extienden por gran parte del inmueble, a lo que se unen los desperfectos provocados por la cercanía de vegetaciones «agresivas». Es el caso del árbol existente en el patio, cuyas hojas atascan canalones y empeoran las humedades; o las raíces de los cipreses, que pueden llegar a afectar incluso a la cimentación. Así lo advierte el estudio geotécnico realizado de forma previa al proyecto, que recomienda consolidar el terreno en la zona de la torre y capillas, y eliminar la zonas ajardinadas para «minimizar la entrada de agua».
Son muchas las deficiencias que se deben solventar durante el proceso de restauración. Por un lado, se hace hincapié en la necesidad de conservar elementos de transcendencia, como es el propio monumento y sus pinturas medievales, que hoy se mantienen cerradas al público general. Lo mismo sucede con el campanario, que confía en dar la bienvenida a numerosos turistas tras las obras. Las visitas en cuestión serán guiadas y con aforo limitado.
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Por otra parte, el proyecto considera que sería conveniente eliminar otras estructuras añadidas recientemente que no se ajustan al valor patrimonial y específico de la iglesia. El listado de las «distorsiones» es amplio, pues incluye la bóveda de escayola de la nave, la cubierta de las escaleras de caracol, una escalera de doble tramo, la buhardilla de la torre, esgrafiados y carpinterías. «Están descontextualizados», asume el documento. En este sentido, defiende que «el uso debe ajustarse a las posibilidades del edificio» y no al revés, de ahí que se establezca un código muy rígido a la hora de efectuar mejoras en el inmueble.
Para argumentar este hecho, el proyecto insiste en la versatilidad de un edificio que ha experimentado severas transformaciones a lo largo de su historia hasta el punto de contener huellas de diferentes siglos que requieren poner una especial atención a su conservación. Precisamente, el origen de la iglesia es románico, pero su nave fue reconstruida en el siglo XVIII y a lo largo del siglo XX se adaptó a unos nuevos usos civiles. En 1911, el Obispado vendió al Ayuntamiento de Segovia el edificio, que tuvo un uso militar hasta 1931. En el periodo intermedio los vecinos del barrio llegaron incluso a solicitar su derribo, pero finalmente ha logrado preservar su esencia original y permanecer en pie hasta la actualidad.
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