Segovia
Los guías turísticos piden más aseos públicos cerca del AcueductoEl sector remarca su compromiso a la hora de velar por el cuidado de la ciudad frente al intrusismo existente en la profesión
La profesión de los guías de turismo tiene futuro en Segovia. La demanda por parte de los visitantes es creciente y también se percibe un ... mayor interés en la formación para desarrollar esta labor entre las nuevas generaciones. Sin embargo, para garantizar los buenos resultados en el sector es necesario combatir el intrusismo y contar con los servicios públicos básicos para dar la bienvenida cada año a los miles de viajeros que llegan a la ciudad. Los trabajadores del gremio remarcan la importancia de contar con una mayor dotación de aseos públicos, a la vez que hacen hincapié en su intención de mejorar la relación entre el turismo y los residentes en la capital.
La actividad en el sector turístico ha experimentado grandes cambios en los últimos años. Los guías que enseñan Segovia capital se vieron afectados por la llegada de la pandemia. A día de hoy, «hemos retomado los niveles de visitantes que había antes del coronavirus», asegura la presidenta de la Asociación de Guías de Turismo de Segovia, Leticia Hernández. «Hay bastante gente que requiere nuestros servicios y siempre suele haber demanda», se alegra. Sobre todo en primavera y otoño, aunque no tanto en invierno y verano.
Los recientes récords que se han batido en número de visitantes han tenido su reflejo en el trabajo de los guías locales. Actualmente, 27 viajeros llegan a Segovia por cada vecino. Todo ello cuando la asociación de guías apenas cuenta con una veintena de asociados. La pulverización de todos los registros turísticos anteriormente conocidos ha conllevado la detección de algunas carencias y la visibilización de múltiples necesidades. Entre ellas, sobresalen la mayor seguridad ciudadana ante la presencia de carteristas y la habilitación de aseos públicos en lugares estratégicos. En este caso, «no es solo un servicio que hay que garantizar a los turistas, sino también a los propios segovianos».
«Los baños son necesarios al inicio de la visita, en el entorno de la plaza Oriental, pues hay gente que lleva horas en un autobús y hay grupos escolares que no pueden ir a bares»
Leticia Hernández
Asociación de Guías de Turismo de Segovia
La presidenta de la asociación segoviana celebra que estas semanas se hayan reabierto los baños de la Plaza Mayor. «Entretanto los hemos tenido portátiles, que es un pequeño desahogo, pues era necesario poder hacer uso de los aseos sin tener que ir a un bar. Siempre decimos a los visitantes que tienen que pedir una consumición, pero los establecimientos hosteleros no deben asumir un servicio público que no es el suyo», señala. La peregrinación de turistas al interior de los bares ha sido un aspecto muy criticado por los negocios desde hace ya varios años, pero es un hecho que aún no ha quedado resuelto del todo.
«Hemos transmitido al Ayuntamiento que los aseos son necesarios en el punto de inicio de la visita, en el entorno del Acueducto, pues hay gente que llega de estar varias horas en un autobús y que no puede esperar a llegar a la Plaza Mayor», declara Hernández. Muchos de los afectados por esta situación son escolares. «No puedes enviar a un niño de Primaria a usar el baño de un bar», añade. La portavoz es conocedora de que el Consistorio trabaja para resolver este problema, «pero ninguna de las últimas corporaciones han terminado de gestionarlo, por lo que me temo que seguirán pasando los años».
Mayor intrusismo
A lo largo de los últimos tiempos los guías turísticos de Segovia han tenido que convivir con otros trabajadores procedentes de otras partes del país y también con los conocidos 'free tour', que son visitas guiadas sin un precio establecido. Esto ha supuesto un aumento del intrusismo en la labor de los profesionales segovianos, lo que se convierte en una de las principales preocupaciones del gremio.
«Es algo de siempre, hay varios tipos de competencia desleal», subraya Hernández, quien explica que hay personas que ejercen como guías sin estar habilitadas para ello mientras que otras lo hacen «sin rigor». Con ello, alude a las empresas que gestionan visitas donde el pago o propina es «por voluntad» del cliente. De ahí que con motivo del Día Internacional del Guía de Turismo, que se celebra cada 21 de febrero, la asociación segoviana hayan remarcado la importancia de «dignificar la profesión».
La formación académica es indispensable para enseñar una ciudad como Segovia a los diferentes grupos de viajeros. Así lo pone de manifiesto Hernández, quien destaca que «hay un interés» en aprender el oficio y poder participar del día a día del sector. «A la hora de ejercer la profesión es necesaria la habilitación por parte de la Junta de Castilla y León, hay que pasar una serie de exámenes, pero hace ya casi dos años que no se convocan», lamenta.
Esta situación constituye una dificultad para los guías locales, que llegan a competir con los trabajadores originarios de otros territorios donde «no exigen tantos requisitos». Es por ello que la presidenta segoviana insiste en la urgencia de poner en valor la profesión con mayor transparencia y calidad en el servicio. Por ejemplo, explica que la labor cotidiana de los guías segovianos se caracteriza por el compromiso con la ciudad. «Somos de aquí y velamos por el cuidado de Segovia; invitamos a los visitantes a que consuman en negocios y restaurantes locales, que paseen por otras calles que no están incluidas en los itinerarios principales y no solo conozcan las zonas más concurridas», especifica.
Hernández es consciente de las dificultades que están presentes en la relación entre los turistas y los vecinos. «Nuestra ciudad es preciosa y tiene muchas cosas que ver, pero tenemos un hándicap», considera. Las visitas que se efectúan están adaptadas a las peticiones de los viajeros y, en su mayoría, apuestan por los tres principales ejemplos patrimoniales más emblemáticos, como son el Acueducto, Catedral y Alcázar. El recorrido habitual se nutre de calles estrechas debido a la herencia medieval. «Intentamos que los grupos se acerquen lo máximo posible y llevamos radioguías para hablar bajo; siempre intentamos minimizar los inconvenientes, algo que no siempre se percibe», concluye.
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