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Lance del partido entre el Viveros Herol Balnmano Nava y el DS Auto Gomas Sinfín.

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Lance del partido entre el Viveros Herol Balnmano Nava y el DS Auto Gomas Sinfín. Antonio de Torre

Los 'guerreros' del Balonmano Nava caen con honor

El equipo segoviano del Viveros Herol pierde el partido decisivo con los cántabros del DS Auto Gomas Sinfín (24-25) y se queda a las puertas del ascenso a la liga Asobal

El Norte

Segovia

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Domingo, 3 de junio 2018

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Y colorín, colorado (como los finales de los cuentos), con las ganas de Asobal nos hemos quedado. No ha sido un final feliz. Lástima. No se han comido perdices, aunque hay quien piensa que los finales felices no existen porque las buenas historias nunca terminan. Y al Nava todavía le quedan unas cuantas por contar, aunque no lograra su pase a la final. Esta vez el príncipe se quedó compuesto, sin novia y con la cara de molde. Aún así, aunque sea poco consuelo, el aliento de la afición (en la derrota) es un ejemplo más que significativo de lo que significa este equipo para Nava de la Asunción.

Y la historia del Viveros Herol BM Nava ha sido maravillosa. En Liga (a pesar de todas las dificultades que ha tenido que superar) y en la fase de ascenso, otra vez con el ambiente mágico del pabellón Pedro Delgado. Ganó en la semifinal al Alarcos, pero cayó en el último partido. Los honores, la alegría (y hasta también incluso cierta incredulidad) ha sido para el DS Auto Gomas Sinfín. Es nuevo equipo de Asobal porque supo gestionar mejor la final, amparado también en una intensidad defensiva en ocasiones más allá de los límites del reglamento (Bruno Vírseda cayó lesionado). Jugó mejor sus bazas, y con un nombre propio. El de Samuel Ibáñez (ex del Nava la temporada pasada) que fue una pesadilla para los que fueron sus compañeros. Les paró lanzamientos de siete metros prácticamente a todos los jugadores de Nava. Esa defensa del conjunto cántabro, la labor de su portero...

¿Yel BM Nava? Nervioso, impreciso... Cuando se quiso dar cuenta de que jugaba una final y despertó (que tuvo sus opciones pese a no ponerse por delante en el marcador en ningún momento) ya era tarde. No tuvo su mejor día, ni en defensa, ni en portería (jugó de principio Ernesto y también tuvo que recurrir a Yeray Lamariano pese a que no estaba en su mejor momento físico, y recurrir a la convocatoria de Carlos Colomer), ni mucho menos en ataque (unos once minutos tardó el conjunto navero en anotar su primer gol). Se quedó lo que se dice en blanco ¿Lo mejor? La afición. Incansable, con sus gritos de «sí se puede» al principio del encuentro.

Pronto se iba a ver el camino que iba a seguir esta final. La defensa 5:1 planteada por el conjunto cántabro hizo mella al conjunto navero. Se notó que el técnico visitante había estudiado el partido; de hecho, Agus Casado no logró anotar en toda la primera parte.

Salió con fuerza el Auto Gomas Sinfín. Mucha. Literalmente. Tanta que en los primeros cuatro minutos los visitantes ya tenían tres tarjetas amarillas. Nava falló su primer ataque y fue Pla el que abrió el marcador. Solo hubo ese gol en los primeros cinco minutos. De nuevo fue Pla el que puso en ventaja a su equipo. Amarelle anotó el tercero y Dani Gordo se vio obligado a pedir un tiempo muerto y poner en pista a Carlos Villagrán. Ya entonces el exnavero Samuel Ibáñez se erigía en protagonista de su equipo (detuvo dos lanzamientos de siete metros), mientras su equipo se despegaba en el marcador (0-5).

Tardó casi once minutos en lograr Nava su primer gol y fue Carlos Villagrán. Sinfín tenía muy claro cuál era su papel en el partido. Defender con mucha intensidad y ya de paso, que Samuel Ibáñez se empeñara en amargar la tarde a sus compañeros, Los goles de Darío Ajo y ciertos ajustes defensivos frenaron la sangría. Poco a poco Nava se fue asentando en su defensa y se dio cuenta que este partido era una final. Llegó a ponerse a dos goles (6-8). Pero no fue capaz de ir más allá. Precisamente con una desventaja de dos goles llegó el conjunto navero al descanso (8-10).

Al menos, las sensaciones no eran tan malas. No estaba lejos en el marcador para una segunda parte que se presentaba emocionante. Adiferencia de la primera parte, los dos equipos anotaron sus dos ataques, pero Nava ya tenía en el punto de mira al Gomas Sinfín. Llegó a ponerse a un gol (10-11 y 11-12) e incluso empatar (13-13 y 14-14) con mucho tiempo por delante. Era cuestión de mantener la concentración. Pero fue el conjunto cántabro el que empezó cimentar su triunfo con otro arreón que permitió escaparse en el marcador con una diferencia de cuatro goles (14-18). Otra vez a remar contracorriente, pero ya cada vez con menos tiempo para la reacción, como es lógico ante un rival que celebraba cada acierto como si le fuera la vida. Lógico. Empezaban a verse en Asobal, y más todavía cuando esa diferencia se fue hasta los cinco goles (15-20) y hasta los seis (16-22). Al Gomas Sinfín le salía todo; al Nava, nada. Curioso, lo que cambia una consonante de una v a una d. Ni los lanzamientos de siete metros. En el partido de semifinales no fallaron ninguno. Aún así, el Nava sacó a relucir su casta y su orgullo. Para ir acercándose poco a poco. Otra lección de orgullo para ponerse a dos goles de distancia (20-22) faltando poco más de cinco minutos por jugar todavía. El Nava seguía con un halo de vida y más cuando se puso a un solo gol (23-24) a falta de tres minutos para el final.

No había dicho su última palabra, pero ya no fue posible. Hasta la última acción tuvo su miga, con un lanzamiento a propósito al techo de un jugador del Gomas Sinfín. El esfuerzo resultó inútil y fue el club cántabro el que se llevó el triunfo. Es nuevo equipo de Asobal. Fue mejor en la final y hay que reconocerlo.

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