El ascensor que unirá Gascos y Vía Roma encuentra base para cimentar a 4,5 metros de profundidad

La instalación del primer ascensor urbano de Segovia, que facilitará la accesibilidad entre las calles Vía Roma y Gascos, se ha topado con algunos inconvenientes, entre ellos la necesidad de impermeabilizar el cajón de cimentación porque el nivel freático (viene marcado por la profundidad que alcanza la capa superior del agua acumulada en el subsuelo) está a 1,8 metros, algo que no se esperaba. También porque la base para cimentar no se ha alcanzado hasta los 4,5 metros de profundidad. Pero el concejal de Obras, Servicios e Infraestructuras, Miguel Merino, desmiente que la obra se haya parado por motivos técnicos, aunque admite que no avanza al ritmo previsto «por los días que ha habido de precipitaciones continuas», y rebate al Colegio Oficial de Geólogos (ICOG), que lamenta «la falta de un estudio geotécnico en las obras».

A Miguel Merino le sorprende esta apreciación, aunque recalca que es respetable. «Me encanta que la sociedad y los colectivos participen» en este tipo de proyectos, subraya el concejal, quien se muestra dispuesto a hacer llegar al Colegio de Geólogos la información necesaria. Eso sí, sostiene que en la redacción del proyecto ha existido una valoración geotécnica adecuada, que ha tenido en cuenta, además, las edificaciones colindantes.

El colegio profesional afirmó ayer haber tenido conocimiento «de la paralización de las obras que está realizando el Ayuntamiento de Segovia para la instalación de un ascensor público», suspensión que «parece haber sido motivada tanto por razones meteorológicas como por no haberse alcanzado base para cimentar hasta los tres metros y medio de profundidad, con declarado desconocimiento del substrato infrayacente». Respecto a la falta de un estudio geotécnico del emplazamiento, dado que no fue considerado necesario por parte de los técnicos, los geólogos advierten de que la vigente Ley de Contratos del Sector Público (LCSP) señala que, «salvo que ello resulte incompatible con la naturaleza de la obra, el proyecto deberá incluir un estudio geotécnico de los terrenos sobre los que esta se va a ejecutar». Dado que en este proyecto «no se da ninguna circunstancia objetiva de incompatibilidad con su naturaleza», el estudio geotécnico específico «habría tenido que formar parte del proyecto técnico que conformó el pliego de prescripciones técnicas de la licitación», señala el colegio profesional. También recalca que este proyecto de nueva planta se encuentra regulado por el Código Técnico de la Edificación (CTE), por lo que «debería haber incluido entre su contenido la información geotécnica necesaria para la definición y justificación de las obras».

En este caso concreto, «y dadas la previsible complejidad del terreno en el área del emplazamiento elegido, situado dentro de una vaguada donde existe un contacto entre granito, arenas y arcillas potencialmente degradado y saturado en agua, la presencia de un alto muro de sostenimiento de terraplenes que va a ser descalzado parcialmente por la excavación del foso, así como los estrictos requisitos de estabilidad y de limitación de asentamiento que exigen las construcciones electromecánicas como son los ascensores, la realización de un estudio geotécnico completo durante la fase de proyecto no solamente era legalmente obligatoria, sino también técnicamente ineludible», sostienen los geólogos, que exhortan a las administraciones públicas segovianas para que «en el desarrollo de sus futuras obras, tomen en debida consideración la realización, en fase de proyecto, de los pertinentes estudios geotécnicos que permitan el correcto dimensionamiento de las excavaciones y cimentaciones, de forma que se evite en la medida de lo posible la ocasión de retrasos y sobrecostes presupuestarios sobrevenidos con posterioridad; y se garanticen la estabilidad de las construcciones a lo largo de su vida útil y la seguridad de los usuarios».