«A la gente le cuesta hablar de salud mental porque los demás no saben escuchar»

–¿Cuál era el objetivo que tenía al empezar a escribir el libro?

–Básicamente porque tuve la sensación de poder escribir el libro que yo no encontré cuando lo necesitaba. Cuando salí del hospital traté de buscar algún libro de alguien que hubiera pasado por algo similar a lo que estaba pasando yo o que me diera pistas con las que poder remontar. No encontré absolutamente nada.

–¿El proceso fue sencillo?

–El proceso de escribir es extremadamente complicado. Aunque tenía la idea de lo que pretendía con el libro, que era poner a disposición de la gente mi caja de herramientas por si les servía de algo, yo no tenía experiencia escribiendo. Al final lo que hice fue escribir el libro que a mí hubiera gustado leer, sin pensar en estructuras o en si tenía sentido o no.

–¿Ha cumplido su objetivo?

–Entiendo que sí, por los comentarios y mensajes que recibo. A estas alturas puedo decir que hay gente a la que el libro le está sirviendo. Lo más bonito es que está sirviendo en capas en las que pensaba que no podía servir.

–¿Hay algún mensaje que le haya emocionado especialmente?

–Muchos. En el momento en el que empiezas a recibir gente que se tatúa frases del libro, ya tienes la certeza de que hay personas a la que has llegado a un nivel de profundidad que ni siquiera sospechabas.

–¿Alguna vez se imaginó en un foro como el Hay Festival con libros como este?

–Es algo totalmente inesperado. Es un mundo totalmente nuevo para mí. Trato de ir con mucha delicadeza y seleccionar los sitios a los que voy porque no soy un erudito de esto. No soy ni escritor ni experto. Soy un tipo que ha tenido una experiencia y ha escrito lo que ha hecho para salir de ahí y remontar. No soy alguien que pueda sentar cátedra.

–¿Qué ha supuesto para usted esta apertura a toda la sociedad de problemas muy personales?

–No ha sido nada complicado. No escribí con miedo, porque cuando lo hice no era consciente de lo tabú que es el tema relacionado con la salud mental. Todo eso lo descubro después cuando publico el libro. A mí no me supuso ningún esfuerzo porque no era consciente de que había que tener cuidado cuando se habla de ello. Mi experiencia me ha llevado a descubrir muchas más cosas y a descifrar el porqué a la gente le resulta tan tabú escuchar hablar de estos temas. Al final, a la gente le cuesta hablar de salud mental porque los demás no saben escuchar. No tiene más. El problema no está en que cueste hablar, es que hay que aprender a escuchar.

–¿Se abordan de forma correcta estos problemas?

–Considero que cada uno lo aborda como considera. No creo que haya una fórmula correcta. Sí que es un error que cueste escuchar hablar. Uno tiene que poder hablar igual de los problemas de la cabeza que de una lesión de rodilla. Cada uno tiene que enfrentarse a su historia como considere que lo debe hacer.

–Habla de enfrentarse a su historia. ¿Qué le diría al Ángel Martín de hace diez o quince años?

–Nada. No soy de los que retrocedería para no hacer cosas. porque si no estaría en otro punto en el que estoy ahora. A lo mejor le pediría que aprenda a escuchar antes.

–Su informativo en dos minutos le requiere de un buen madrugón. ¿Le ayuda levantarse pronto a aclarar su mente?

–Me ayuda tener una rutina de mañanas. Me levanto a las 4:30 horas y a esa hora no me intoxico de todo lo que hay fuera. Soy muy productivo a esas horas.

–¿Lo recomienda entonces?

Ni de broma. No se lo recomiendo a nadie. Una cosa es que me venga bien y otra recomendarlo.