Cuéllar
Dos heridos por contusiones en un encierro complicado y deslucidoUno de los toros de la ganadería de Cebada Gago tuvo que ser sedado en la zona del Embudo
El encierro con motivo de la festividad de San Miguel celebrado este sábado por la mañana en Cuéllar ha sido largo, complicado en el ... campo y deslucido en las calles de la villa. Tan solo cinco de los astados llegaron a la plaza de toros de Cuéllar, mientras que el sexto tuvo que ser sedado en la zona del Embudo ante la imposibilidad de que llegara al recorrido urbano, donde cientos de personas llenaron las talanqueras para disfrutar del encierro.
Según el parte de enfermería, dos personas fueron trasladadas a un centro hospitalario por contusiones sufridas durante el encierro.
El encierro de San Miguel en Cuéllar, en imágenesVer 38 fotos
Incluso antes de la suelta en los corrales del río Cega ya se podía observar inquieto a alguno de los astados, un presagio de lo complicado que iba a resultar el recorrido hasta la villa. Sin embargo, la suelta se produjo de manera rápida y limpia, con los mansos tirando delante de los astados.
Los problemas comenzaron en la zona de Las Máquinas. La manada al completo, tanto mansos como bravos, se volvió sobre sus pasos aunque pudo ser dirigida nuevamente sobre el camino por los caballistas. Su labor fue aplaudida por el público asistente en uno de los pocos puntos donde se había establecido la posibilidad de ver el encierro en el campo.
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Hasta las calles la manada llegó de forma disgregada, con un toro abriendo carrera seguido de dos más. Gracias a ellos, los corredores pudieron realizar algunas bonitas y largas carreras. Con los el cuarto y el quinto fue bastante más complicado, entrando de uno en uno y derrotando en ocasiones contra las talanqueras, creando momentos de peligro. Incluso fue necesario lanzar bueyes desde la plaza de toros para poder recoger a los bravos en un trabajo de pastores y mozos que también fue reconocido por cuellaranos y visitantes.
El sexto toro ni siquiera llegó al coso y fue sedado por la organización en la zona del Embudo, ante la imposibilidad de conducirlo hasta las calles cuellaranas.
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