El dispositivo de limpieza tarda «entre una hora y hora y media» en asear la Plaza Mayor

El edil elogia el «gran esfuerzo» de los trabajadores del servicio de limpieza y recogida de basura durante estas fechas plagadas de eventos masivos que dejan tras de sí un panorama de bolsas, botellas, vasos, desperdicios, restos de bebida y comida, latas, papeles, colillas y demás desechos esparcidos cual alfombra sobre el adoquinado hasta casi cubrirlo.

Sin olvidar a aquellos incívicos que hacen sus necesidades en la vía pública y cuyo reguero han de asear los operarios y las máquinas, que estos días se afanan en que las calles que unas horas antes han soportado el jolgorio queden adecentadas en el menor tiempo posible, reitera.

Galindo subraya que el operativo de ferias «funciona bien y es eficaz». En cuanto al tiempo que tardan en despejar y quitar la basura tirada sobre la Plaza Mayor después de un acontecimiento multitudinario como el de los conciertos y verbenas de este pasado fin de semana, el concejal indica que la tarea de limpieza dura «entre una hora y hora y media». Antes, los barrenderos y las baldeadoras esperan a que la gente desaloje el espacio para poder trabajar mejor y más veloz.

Precisamente, Galindo hace hincapié en la celeridad, que se ha visto favorecida este año por que «se ha metido menos vidrio» en la Plaza Mayor, lo que coincide con la percepción de la concejala de Seguridad. De haber habido más cristal, la limpieza se complica y retarda, asegura Galindo.

Las críticas asociadas a algunas instantáneas que retratan la suciedad esparcida tras la fiesta van dirigidas sobre todo a quienes no han usado las papeleras, ni los contenedores instalados para la ocasión ni los urinarios portátiles. Así lo interpreta Ángel Galindo, quien recrimina y condena las actitudes incívicas particulares.

El también portavoz de Izquierda Unida en el Ayuntamiento realiza un llamamiento a la «responsabilidad de cada uno» para no ensuciar y facilitar así el trabajo de los servicios de limpieza. «El ocio nocturno no debe estar reñido con recoger luego los residuos ni con tener comportamientos incívicos». Recuerda, además, que el esfuerzo del operativo especial de fiestas, compuesto por quince operarios, «es a mayores, porque no se dejan de hacer los recorridos habituales por los barrios».

Ese despliegue extraordinario empieza su tajo justo cuando acaba el evento. Desde la Plaza Mayor se extiende luego por las calles aledañas donde el rastro de basura es evidente; continúa hacia el paseo del Salón y otras zonas de botellón, como la Hontanilla. Luego, especifica el edil, prosigue por la Calle Real hacia el Azoguejo y de ahí enfila la avenida del Acueducto. Galindo agrega que este dispositivo también se traslada al recinto ferial, donde «el principal problema es que la recogida se hace a mano por parte de los trabajadores».