Rafael Hernández, en un cruce de calles en Shanghái estos días, donde se ve transitar a personas sin mascarilla. El Norte
«Los chinos, a los extranjeros, antes hasta nos pedían hacerse fotos y ahora nos miral mal»
segunda ola de coronavirus ·
Rafael Hernández, publicista segoviano residente en Shanghái, relata cómo se ha normalizado la vida en el gigante asiático, con la nueva construcción disparada, restaurantes a pleno rendimiento y «la vida nocturna recuperada»
fernando de la calle
Segovia
Lunes, 2 de noviembre 2020, 08:52
El pasado mes de abril, el segoviano de Montejo de Arévalo, Rafael Hernández, relató desde las páginas de El Norte de Castilla, su impresión ... de los efectos de la pandemia en la ciudad china en la que reside desde hace más de dos años, Shanghái. Lo hizo con todo tipo de detalles y dando su visión de los errores que se estaban cometiendo en España con las medidas de prevención.
Siete meses después, cuando España se ve inmersa en una segunda ola de contagios, este publicista de 47 años hace una descripción detallada de lo mucho que ha mejorado la situación en el país donde surgió el virus que asola el planeta.
«La situación es de completa normalidad, aunque la gente en algunos sitios utilice mascarillas, pero es más por una cuestión de protección personal. En los medios de transporte sí que obligan a usarla y te miden la temperatura, pero en las tiendas no es obligatoria en casi ninguna, en algún centro comercial te pueden medir la temperatura, pero poco más» señala, mientras destaca como la vida social del país asiático ha vuelto a reactivarse.
«No ha habido una segunda ola como tal. Ha habido rebrotes mínimos. Yo creo esta versión»
rafa hernández, publicista segoviano en shanghái
«Por norma general en los sitios de postureo es que no lleva nadie la mascarilla, La vida nocturna es exactamente igual que antes, se ha recuperado totalmente. Fui a una fiesta hace un par de semanas y estaba todo abarrotado, una locura de colas. Y ya desde hace meses. En los cines no se puede comer ni beber y hay butacas de separación precintadas, además de ser obligatorio el uso de mascarilla. Los restaurantes con total capacidad, algunos pusieron mesas fuera y ahora tienen lleno dentro y fuera. Además, se están abriendo sitios nuevos, los que cerraron definitivamente no han vuelto a abrir, pero se van renovando, hay mucha reforma y la nueva construcción se ha disparado. Y la venta 'on -ine' se incrementó mucho los primeros meses y se ha consolidado».
Quedan algunas prohibiciones
Según Rafa Hernández, otras medidas como la limpieza casi semanal de los conductos de aires acondicionados, se han relajado. «Los aerosoles y el gel hidroalcohólico siguen estando en los sitios, pero la gente apenas los usa ya» apunta. La vuelta a la rutina se percibe en el día a día de una ciudad como Shanghái que ronda los 25 millones de habitantes. «La gente está superrelajada, no se percibe preocupación. Yo creo que cuando se termine esto, mi vida no se va a diferenciar mucho de la que llevo actualmente. Quizás es algo peor para los extranjeros, especialmente para alojarte en un hotel. Tienen restricciones muy extrañas, he ido a varias ciudades y casi me he tenido que volver por no encontrar alojamiento, es muy complicado porque los hoteles no se arriesgan a que les cierren por un cliente internacional infectado«, relata el segoviano.
Rafael Hernándezm junto a varias personas en una especie de terrazas en Shanghái.
El Norte
En este sentido, revela que «hay una cosa clara y es que los chinos, a los extranjeros, antes hasta nos pedían hacerse fotos y ahora nos miran mal. Principalmente porque toda la gente que últimamente ha venido con el virus son extranjeros. Cuando conoces a alguien, lo primero que te preguntan es: ¿hace cuánto que entraste en China?».
Pese a la aparente normalidad, el de Montejo de Arévalo, sí reconoce que hay algunas cosas que en un contexto normal no se harían, «algunas prohibiciones quedan. Los profesores y los niños no pueden viajar desde hace ocho meses, tienen prohibido salir de las ciudades, porque si un profesor se infecta podría transmitirlo a un montón de gente y un niño a sus compañeros. Esto quiere decir que todos los que tienen hijos no se han podido ir de vacaciones, con lo cual es una restricción bastante importante. Es una medida que lleva desde marzo. La educación se da con normalidad y de forma presencial, salvo algunas universidades. Y no se sabe que haya casos positivos, porque si los hubiera, no es que cerrarían la clase o el colegio, es que cerrarían la ciudad».
Código QR de salud
La movilidad entre los grandes núcleos de población es normal, aunque existen controles, en los que cobra protagonismo el denominado código QR de salud, que refleja en qué ciudades ha estado cada persona, «tiene dos colores, si te sale verde puedes permanecer en la ciudad, pero si es rojo no y podrías ser detenido. Tengo un amigo colombiano que acaba de viajar a Wuhan y dice que allí no había restricciones y que quizás es el sitio más seguro. Cada ciudad tiene sus propias normas, pero al entrar en Shanghái por tren no hay casi ninguna. La policía lo tiene todo bastante controlado, contacta cada cierto tiempo con nosotros para ver si vives donde has dicho y llegan a acudir a casa para comprobarlo. Y desde el principio en cada bloque hay un voluntario que conoce a todas las familias y sabe quién está y quien no».
«La policía te llama cada cierto tiempo para ver si vives donde dices y llegan a acudir a tu casa para comprobarlo»
rafa hernández, publicista segoviano en shanghái
No ha necesitado ningún tipo de asistencia sanitaria desde que se inició la pandemia, pero al vivir junto a un hospital ha podido ver cómo ha evolucionado la situación, «la principal diferencia es que los hospitales atienden desde fuera, la cola y la gestión se hacen fuera en marquesinas habilitadas que se han mantenido».
Las fuertes medidas de seguridad tomadas en su día son quizás el motivo por el que para el publicista segoviano no se haya producido una segunda ola de contagios en China, «No ha habido segunda ola como tal. Hubo rebrotes mínimos, pero no segunda ola. Yo creo totalmente esta versión y la gente no lo cuestiona. Pese al control están muy informadas. Eso sí, tengo la impresión de que la gente de aquí no es consciente de que muchos fuera echen la culpa del virus a China o haya malestar».
Conoce, por los medios extranjeros, la existencia de la viróloga Li Meng Yang, quien desde su exilio en Estados Unidos, acusa a China de crear el virus como arma biológica. «Su vinculación con Hong Kong hace que no me fie mucho de lo que pueda decir. A los primeros que perjudica todo esto es a China, no les hace falta adelantar terreno. Esta mujer quizás quiere ponerse en contra del gobierno chino y creo que falta justificación a sus teorías», opina el segoviano.
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