Ayuntamiento y hosteleros de Segovia rechazan la tasa turística para no dañar las pernoctaciones
Responsables municipales y loas empresarios consideran contraproducente aplicar un impuesto enfocado a los alojamientos
La ciudad de Segovia aún no ha llegado al punto de masificación para introducir en su ecosistema impuestos que contengan la llegada de turistas. Lo ... que es una necesidad de primer orden en Palma de Mallorca, con alojamientos a tope todo el año por una marea de visitantes que nunca cesa y que dejan su impacto en calles y playas, no lo es para el Ayuntamiento segoviano, que apuesta por las pernoctaciones y entiende que cualquier tasa turística, aplicada habitualmente en los hoteles, entorpecería su objetivo. Sí prepara, no obstante, una modificación normativa para que los autobuses de turoperadores pasen por caja al entender que su cliente, un viajero que pasa apenas dos horas y consume lo justo, es el que menos valor deja en la capital. Una estrategia que, a grandes rasgos, comparten los hosteleros.
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«Nosotros no estamos en un momento como otros destinos que tienen una masificación excesiva», resume la concejala de Turismo de Segovia, May Escobar, que relaciona directamente la tasa turística con las pernoctaciones, quizás la gran prioridad de la estrategia municipal. «Estamos intentando que los alojamientos estén completos no solamente en momentos puntuales, sino a lo largo de toda la semana y todos los meses. Cuantas más pernoctaciones, mejor; es una forma de atraer un turismo que deje valor en la ciudad», argumenta la responsable municipal. Razona que un canon turístico las reduciría.
«Otros destinos toman esas decisiones porque ya tienen un nivel de pernoctaciones adecuadas; nosotros todavía queremos atraer, sobre todo en momentos que no hay tanta demanda. Iría en contra del sector turístico, la mayor industria que tenemos en nuestra ciudad», insiste en su exposición.
Pagar por descargar
Este tipo de tasa ha sido una demanda tradicionalmente sugerida por la izquierda y rechazada por la derecha; pero las circunstancias sobre el terreno han matizado esa adscripción ideológica. Los anteriores gobiernos municipales del PSOE contemplaron una medida que en última instancia dependería de la Junta de Castilla y León.
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Hay casos paradigmáticos como Baleares, pues las islas están en riesgo casi permanente de saturación, principalmente por turistas alemanes, donde los hoteles cobran hasta cuatro euros por noche y persona. A principios de julio los alcaldes de Sevilla, Granada y Málaga pidieron esta medida a la Junta de Andalucía, que ha cerrado por el momento la puerta a aplicarla. Lo cierto es que cada vez más dirigentes del Partido Popular abogan por ella, rompiendo un tabú de hace no tantos años.
En Segovia, ya sea por filosofía o por la propia idiosincrasia de la ciudad, el PP aún no ha cruzado esa línea. Escobar subraya que esa masificación no existe en las pernoctaciones. «Puede haber incomodidades con otro tipo de turismo, que no es el que pernocta, sino el que pasa por nuestra ciudad y no aporta mucho. Nos interesa mucho más el que se queda, come, pernocta y se empapa de la ciudad». Esa es la herramienta municipal con la que en la práctica tasará a este viajero fugaz que pasa apenas un par de horas por la ciudad. «No hablamos de tasa, pero sí que estamos trabajando para tener un control mayor y que puedan dejar en Segovia en ingreso».
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«Puede haber incomodidades con otro tipo de turismo, que no es el que pernocta, sino el que pasa por nuestra ciudad y no aporta mucho»
May Escobar
Concejala de Turismo de Segovia
Un análisis compartido con otras ciudades que también reciben a ese visitante en autobús, como Toledo, cuyo modelo gusta en el Ayuntamiento de la capital segoviana. Cada vehículo registra su matrícula en el día de la visita y paga por descargar. «En eso estamos. Hay ciudades que ya lo han hecho y estamos trabajando en ver cómo podemos regular esos flujos», avanza Escobar. Porque es el perfil hegemónico que visita la ciudad, por mucho que la estrategia municipal apuesta por alargar estancias. «Todavía es mayoritario». La idea es poner una tasa a cada autobús que descarga turistas en la ciudad, algo que podría hacerse directamente como parte del permiso por estacionar en el futuro aparcamiento del Regimiento.
El cambio en la ordenanza, que corresponde al área de Movilidad y deberá pasar por el pleno municipal, está en discusión y la estimación es que no sea firme hasta finales de año o principios de 2026. Es la principal vía de entrada de ese turista 'francotirador'; el que viene en Ave, aunque no siempre pernocte, sí gasta, por ejemplo, comiendo. «Es el que viene, pasa dos horas, ve después Ávila y en algunos casos también hace Toledo. Un horario muy establecido porque quiere ver muchas cosas en poco tiempo», concreta la concejala, que pone el apelativo de turismo 'fast' ('rápido' en inglés) frente a su predilección por el 'slow' ('lento'). Será la empresa la que pague y luego dependerá de ella hasta qué punto traslada ese coste al cliente. La edil asegura que sería «una cantidad asumible».
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Cómo reinvertir el canon
La filosofía de una tasa turística es que el visitante contribuya para costear su impacto, por ejemplo, en el mantenimiento de las playas de Baleares. Escobar apuesta por reinvertir ese pequeño impuesto a los autobuses en aseos como una de las principales reclamaciones de los viajeros. También habla de señalización turística o del coste del centro de interpretación del Acueducto. «Y mantener lo que ya tenemos. Hay mucho donde poder gastar».
El razonamiento municipal es que ese impuesto no provocará un éxodo de los autobuses hacia otros lugares porque las ciudades que los reciben están trazando una estrategia común. Escobar ve difícil subir al tren de las pernoctaciones al turista 'francotirador'. «Vienen con esa idea muy clara desde sus países de origen». Pero sí a otros a través de «experiencias» como los globos, el turismo gastronómico, las actividades culturales por la noche, la observación de las estrellas o la iluminación de los monumentos e iglesias.
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La patronal hostelera Hotuse sale en defensa del viajero que pernocta y se opone a una tasa turística al estilo balear. «Es el mejor turista que tenemos porque se deja el dinero en hoteles, restaurantes y tiendas. Yo a ese no le penalizaría», subraya su vicepresidente, Javier García Crespo. Tampoco al que tenga reservas para comer. «Con el que venga de paso, que te están llenando todo y no te están dejando nada, algo habría que hacer. Lo de los autobuses se nos está yendo de las manos».
«Con el tema autobuses hay momentos en los que estamos saturados. En cuanto se juntan cuatro ya no puedes andar por la calle»
Javier García Crespo
Hotuse
El colectivo apoya a grandes rasgos la filosofía de tasar a este cliente, pero tiene dudas sobre trasladar el punto de recepción al Regimiento, al igual que los guías turísticos, ante grupos de movilidad más reducida como los jubilados. «Es otra recaudación más. ¿Van a dejar de venir por eso? No lo creo. Si luego ese dinero va destinado a mejorar la ciudad, no me parece mal».
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Los hosteleros comparten batalla con el Ayuntamiento en apostar por las pernoctaciones y la extienden a la provincia. «Poner la tasa al que duerme es absurdo». Y no esconden que la ciudad no está tan lejos de la masificación en determinadas fechas.
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«Con el tema autobuses hay momentos en los que estamos saturados. En cuanto se juntan cuatro ya no puedes andar por la calle». Algo que García Crespo explica por otro mal endémico del turismo segoviano, el eje Acueducto-Catedral-Alcázar. «Van por una sola calle que, además, es estrecha. No conseguimos cambiar esas rutas. La milla verde es la milla verde y la gente no sale de ahí», comenta el representante de los hosteleros. Con todo, el sector está lejos del límite. «Hay equis días al año a tope, pero luego tienes un montón que estás mirando».
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