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Solo siete de cada diez empresas en activo en Castilla y León están radicadas en la provincia de Segovia. Un dato que justifica las intenciones ... de la patronal y de agentes sociales y económicos de incrementar la disposición de suelo para el asentamiento de industria que, como consecuencia, diversfique la actividad y no la haga tan dependiente del sector servicios, con la hostelería y el turismo como motores de la producción y de la facturación. Ese endeble y parco tejido empresarial provoca y tiene su reflejo en una serie de circunstancias colaterales que atañen a diferentes ámbitos. Para muestra, el botón de las aseguradoras.
La lógica es aplastante. A menor implantación industrial, el riesgo de siniestro desciende, una amenaza que sin embargo sí hay en el desarrollo de otros sectores más extendidos y con mayor presencia en la economía provincial, como puede ser el agroalimentario. En España, Segovia es el cuarto territorio por la cola donde los percances industriales poseen un menor peso sobre la siniestralidad total que se produce cada año en el tejido industrial que opera en el conjunto del país.
Por esa misma razón, la accidentalidad se concentra en los grandes núcleos, tal y como concluye el estudio elaborado por la Asociación Empresarial del Seguro (Unespa), que reúne bajo su paraguas a casi doscientas aseguradoras y reaseguradoras que, a su vez, agrupan el 98% del negocio que genera este sector en el mercado nacional. Al analizar la distribución geográfica de los incidentes que sufre la industria en España al cabo de un año, Madrid, que acaricia el 20%, y Barcelona, en cuyo territorio se registran más del 11% de los percances que dejan tras de sí daños de distinta índole y dimensión, son los principales focos de siniestralidad. El citado informe da cuenta de que más del 31% de las desgracias acaecidas entre los años 2023 y 2024 se repartieron entre ambas provincias.
Les sigue de lejos Valencia, con el 5,1% de las incidencias contabilizadas por la agrupación nacional de las aseguradoras; Sevilla, que copó en dicho periodo de tiempo el 3,7% de la accidentalidad en el entramado industrial del país, y Alicante, con el 3,3%.
En el extremo opuesto de esta clasificación están los territorios menos poblados, con una dispersión demográfica que dificulta el dinamismo empresarial y con una pobre y escasa presencia de actividad industrial en comparación con otras provincias españolas donde el empuje del emprendimiento es más potente y donde se ha habilitado más superficie y se han propuesto más incentivos para atraer y asentar alternativas industriales. Así lo deduce Unespa, a partir de la información y las cifras recopiladas por su iniciativa de divulgación 'Estamos Seguros', dirigida a dar visibilidad a los servicios que llevan a cabo las compañías del sector, La citada lógica aplicada a estos escenarios implica que los casos de percances que contabilizan cuando la anualidad baja la persiana son mínimos.
El informe de la patronal de las aseguradoras relega a la cola de ese grupo a Teruel, donde se localiza apenas el 0,25% de la accidentalidad; los dos siguientes inmediatos por encima están ocupados por dos vecinas de comunidad autónoma con medios rurales envejecidos y cada vez más vacíos como son, por este orden, Soria y Ávila, que suponen el 0,30% de los percances industriales lamentados en el país. El estudio de Unespa coloca justo después a Segovia, con solamente el 0,42% de la siniestralidad padecida por la red empresarial en el conjunto del país. Un poquito por encima de ella, otra vecina de región, Zamora, donde tienen lugar el 0,44% de los incidentes en los que interviene el seguro.
Una de las conclusiones del documento publicado recientemente por el sector arroja luz sobre a cuánto asciende de media el desembolso que hacen las compañías aseguradoras ante la declaración de un siniestro por parte de una nave industrial o un comercio, por ejemplo. El importe depende de muchos factores, desde la gravedad del perjuicio ocasionado o la cantidad de percances que han tenido que afrontar, a la póliza suscrita por el negocio para la cobertura de esos indeseables y desgraciados supuestos de incidentes. Ese pago se sitúa en torno a 4.408 euros, indica Unespa a tenor de los datos recabados por el proyecto 'Estamos Seguros'.
Dicho estudio va más allá y disecciona los de seguros contratados por las empresas, por lógica con condiciones distintas a los que se suscriben, por ejemplo, para el hogar. «Cerca de tres cuartas partes de los expedientes analizados correspondieron al seguro de multirriesgo industrial». El 73,8% de las compañías consultadas tenían suscrita esta cobertura anta la posibilidad de un percance. Por su parte, la patronal nacional de estas operadoras señala en sus conclusiones que el seguro aparejado al transporte de mercancías supuso otro 11,7% del total firmado.
Por su parte, el volumen de las pólizas referidas a la cobertura de las averías que padece la maquinaria se queda en el 6,1%. Si se compara el coste de los sucesos en lugar de la cantidad de percances, las proporciones se mantienen parecidas, matiza el estudio elaborado por Unespa. Así pues, el multirriesgo industrial generó el 70,7% de los pagos abonados por las compañías aseguradoras a los afectados. El importe pagado en los casos de siniestros en el sector del transporte de mercancías representó un 8,7% de los costes, mientras que la asunción de los daños en los elementos de protección del vehículo empleado para desplazar el producto significó entre los años 2023 y 2024 otro 6,6%.
De acuerdo con la información recabada, «las pólizas de construcción, que cubren los destrozos que puedan surgir durante la fase de edificación de una obra, son las que generaron percances más graves en el periodo analizado, con pagos del seguro que ascendieron a una media de 12.927 euros por incidente», da cuenta el informe de la organización sectorial. Los expedientes más graves en este ámbito de actividad industrial conllevaron el pago de hasta 187.200 euros a la empresa afectada por el siniestro.
Por importancia del desembolso a realizar para cubrir los daños sobrevenidos, a continuación se sitúan las pólizas de montaje, con un importe medio abonado por las compañías de 11.758 euros por accidente; les siguen las coberturas de 'cascos', con un promedio de 8.254 euros por cada incidencia. Esta terminología, el argot de las aseguradoras, se emplea para designar el medio de transporte.
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Cabe el matiz de que un camión, como tal, no está garantizado por medio de este tipo de seguro, sino a través del obligatorio para automóviles; sin embargo, si las mercancías que se trasladan están incluidas en un contrato de una póliza de transporte de este tipo, sus coberturas abarcan pero si las mercancías transportadas por medios terrestres sí están recogidas en el seguro de transporte de mercancías, y sus coberturas abarcan daños materiales, la destrucción y la pérdida del medio de transporte; las responsabilidades que este pueda ocasionar a terceros, así como otros intereses de armadores, constructores, reparadores o particulares, como puede ser la perdida de alquileres. El tercer supuesto de siniestro que más caro sale para el seguro es el de incendios industriales, con un desembolso medio a abonar de 7.016 euros.
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