Segovia

La agricultura y construcción pierden 6.500 empleados en menos de dos décadas

Hay vacantes que permanecen publicadas largo tiempo en los tablones de anuncios de ofertas laborales y que, después de varios meses, siguen sin encontrar candidatos para su cobertura. Se buscan camareros, cocineros, peones de granja, operarios en fábricas, reponedores, capataces de obra... El listado es muy amplio y está previsto que haya nuevas incorporaciones en las próximas semanas, debido a la coincidencia la temporada alta en muchos sectores por el verano. El Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) pone en el punto de mira otras profesiones en esta misma situación, entre las que sobresalen montadores y carpinteros de aluminio, instaladores electricistas o conductores de grúas.

La falta de relevo generacional y de cualificación para determinados oficios, además de la despoblación en algunas comarcas y las perspectivas profesionales más ambiciosas, son algunos de los motivos que están detrás de un cambio de tendencia en la afilicación provincial. Es la tormenta perfecta que lleva a algunas ramas de actividad a lamentar grandes dificultades para cubrir puestos hasta el punto de hacer peligrar la supervivencia de negocios censados en Segovia.

Es una realidad que confirman las organizaciones patronales, pero también el Instituto Nacional de Estadística (INE), que hace referencia a la pérdida de trabajadores que han experimentado los diferentes sectores económicos con el paso de los años. Si se realiza una comparativa con los primeros datos de la serie histórica, que se corresponden con el primer trimestre de 2008, la construcción cuenta en la actualidad con 5.800 empleados menos y la agricultura y ganadería han lamentado una sangría de más de 700 ocupados.

La Asociación Provincial de Industrias de la Construcción (APIC) ha insistido en varias ocasiones sobre el déficit de personal que el gremio lleva arrastrando desde hace tiempo. Fue el que más sufrió los efectos de la crisis por la burbuja inmobiliaria. Si a finales de 2008 había alrededor de 10.000 empleados contratados en la construcción, a mediados de 2009 esta cifra cayó por debajo de los 6.500. Este fuerte desplome ha provocado que tan solo el 8% de la población ocupada se dedique a día de hoy a esta labor cuando hace menos de dos decenios este parámetro ascendía al 18%. Son diez puntos porcentuales menos.

Segovia no ha destacado por el impulso de nuevas promociones de vivienda. Al menos, en el periodo inmediatamente anterior a la pandemia. La baja demanda de trabajo provocó que la actividad tocase fondo al cierre de 2013, al dar cobijo a menos de 4.000 empleados. Ahora son más de 6.000 los segovianos que están dados de alta en la construcción, una cifra que sigue siendo insuficiente con las necesidades existentes, de acuerdo a las estimaciones que manejaba hace unos meses el portavoz de la patronal, Javier Carretero.

El campo mantiene unas cifras de afiliación estables, aunque tienden a la baja, pues acoge solo al 8% de los contribuyentes de la provincia. La situación actual es muy similar a la que había hace dos décadas, al registrar un total de 6.000 cotizantes. Son 700 menos respecto al último trimestre de 2024. Una buena parte de estas salidas son autónomos agrarios, ya que Segovia tramita alrededor de 70 bajas de empresarios agrícolas y ganaderos cada ejercicio. Y pese a ello, la edad media sigue siendo elevada, al situarse por encima de los 50 años.

Es un aspecto que tiene que ver con los obstáculos a la hora atraer a jóvenes y la baja de rentabilidad de las explotaciones, debido a los elevados costes de producción, lo que hace depender a muchos negocios de ayudas públicas para subsistir, entre otros motivos, según coinciden la UCCL Segovia, Asaja o la Alianza Upa-Coag.

Una situación completamente dispar vive la industria, que bate récords de afiliación en cada nuevo trimestre. Esto se debe a que entre enero y marzo de este año ha apuntado 13.300 trabajadores en Segovia, el dato más elevado desde la pandemia que iguala los registros del periodo de más actividad en 2019, coincidente con el verano, e incluso de antes de la crisis económica. Son 2.900 empleados más respecto a 2008.

Este sector genera más del 15% de la riqueza de toda la provincia y los nuevos proyectos anunciados, enmarcados en el plan de dinamización y desarrollo industrial en Segovia, invitan a pensar que incorporará más efectivos a corto plazo. La industria ha tomado el relevo de la construcción, pues copa el 18% de la mano de obra provincial cuando hace dos décadas apenas alcanzaba el 15%, lo que se relaciona con el empuje que han experimentado estos años las empresas dedicadas a la alimentación -principalmente productos cárnicos-, así como las fábricas que trabajan el metal, madera y corcho, que lideran el número de contratos, de acuerdo con el INE.

Pese a este balance positivo, la industria no logra equipararse a los niveles que alcanza el sector servicios, que en los últimos trimestres ha batido marcas históricas de forma consecutiva. Es el que más cotizantes engloba porque abarca actividades de suma importancia en la provincia, como es todo lo relacionado con el gremio turístico, el comercio y el transporte. Es por ello que experimenta ligeras fluctuaciones dependiendo de las épocas del año. Eso no le impide presumir de auge, al contabilizar cerca de 49.000 trabajadores al comienzo de 2025, que son 10.000 más que los que había en 2008.

Sin embargo, el sector servicios, que concentra al 66% de los cotizantes, no es ajeno a los problemas de personal que atraviesan los negocios. La hostelería, el transporte de mercancías o la automoción son algunas de las actividades más perjudicadas por la difícil cobertura de puestos laborales. Entre las soluciones que se han propuesto en un intento de resolver este inconveniente destaca la oferta de condiciones laborales más atractivas, como es la subida de salarios o adaptación de turnos y horarios, a lo que se suma la búsqueda de mano de obra extranjera.

Segovia vive uno de los mejores momentos del empleo de los dos últimos decenios al haber rebajado el número de parados a 4.398 en junio, por lo que la tasa de desempleo disminuye al 4,7%, el dato más bajo desde que hay registros. La gran mayoría de las personas sin trabajo, un 74%, están adscritas al sector servicios; el 6,4% se corresponden con la industria y el 9,5% pertenecen al colectivo sin empleo anterior. La agricultura y construcción acaparan el 5%, respectivamente, de candidatos interesados en acceder al mercado laboral.

La bolsa de la que puede tirar el SEPE para cubrir vacantes en estos dos últimos sectores en declive no es tan numerosa. Esto tiene una repercusión directa en los contratos que han sido firmados en lo que va de año, ya que tan solo 142 tienen como destino la construcción. El campo multiplica por diez esta cifra, al contabilizar 1.495, aunque son mayoritariamente temporales, de acuerdo con los datos extraídos del Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS). Muestra de ello es que el 72% de los acuerdos laborales han sido rubricados en Coca, Chañe y Vallelado, que son los principales escenarios de viveros y plantaciones que cada año dan la bienvenida a cientos de temporeros.

La industria ha incorporado al mercado a más de 1.200 personas tan solo en el primer semestre de 2025. Un total de 325 han iniciado su trayectoria en empresas del Real Sitio de San Ildefonso, 275 lo han hecho en Valverde del Majano y 167, en Segovia. El reparto de nuevos trabajadores por comarcas es mucho más desigual en el sector servicios, ya que más de 1.300 contratos han recalado en la capital, mientras que Cuéllar y Sanchonuño han captado 221 y 204 efectivos. Por encima del centenar tan solo se encuentran El Espinar y La Lastrilla.