El fiscal de Segovia pide 2,5 años de cárcel para cinco guardias civiles por presunto trato vejatorio
El ministerio público les acusa de un supuesto delito contra la integridad moral de cuatro jóvenes en un control de tráfico
Ana Nuin
Martes, 17 de mayo 2016, 06:26
La Fiscalía de Segovia solicita dos años y seis meses de prisión para cinco guardias civiles, cuatro hombres y una mujer, por un presunto delito contra la integridad moral de cuatro jóvenes a los que dieron el alto durante un servicio de control de vehículos y personas en la autopista AP-6, en el término municipal de El Espinar. El ministerio público pide también para los acusados 15 meses de multa e inhabilitación durante dos años y medio.
Los hechos ocurrieron en junio de 2014, cuando los agentes pararon un vehículo ocupado por cuatro jóvenes que entonces tenían 20 años, tres chicos y una chica, a los que indicaron que se trataba de un control de seguridad contra drogas, armas y objetos robados. Tras pedirles la documentación del vehículo y el Documento Nacional de Identidad (DNI), ordenaron a los jóvenes que bajaran del coche para realizar un cacheo. Los guardias civiles varones se encargaron del registro de los chicos y requirieron la presencia de la agente femenina para el cacheo de la joven.
Comentarios jocosos
En sus conclusiones provisionales, la Fiscalía de Segovia señala que la guardia civil introdujo los dedos debajo de la camisa y del sujetador y en el interior del pantalón de la joven, momento en el que algunos de los guardia civiles varones hicieron comentarios jocosos a la chica en relación a que no le había gustado y que no se preocupara.
En el escrito de acusación se afirma también que, al parecer, el registro del vehículo se llevó a cabo sin la presencia de sus ocupantes, a quienes presuntamente acusaron de llevar droga e intimidaron para que dijeran dónde estaba escondida. Después realizaron un cacheo exhaustivo a los tres chicos, en unas escaleras que están situadas en una zona del peaje. Mientras uno de los agentes vigilaba, otro pidió a los jóvenes que se bajaran los pantalones y los calzoncillos y se quitaran los zapatos.
El ministerio público señala que, ante la amenaza de detención y el temor a posibles consecuencias, los jóvenes hicieron lo que les pedía el agente, esto es, levantarse sus genitales y agacharse para que se comprobara si transportaban drogas en su cuerpo.
«Estado de humillación»
El cacheo no dio ningún resultado, ya que los miembros del instituto armado no encontraron ninguna sustancia, pero generó en los jóvenes «un estado de humillación» por no entender por qué se les sometía a este tipo de trato.
Al lugar donde se estaba realizando el cacheo se aproximó también un superior de los agentes, que no impidió la presunta conducta vejatoria, señala la Fiscalía, que se ha opuesto al recurso interpuesto por la representación legal de la Guardia Civil.