Juana Borrego: Eliminar la brecha de género «generaría muchos beneficios para la agricultura»

La presidenta nacional de Femur participó en una jornada en el Comité Económico y Social Europeo (CESE) con la ponencia El papel de la mujer en la producción ganadera, dentro de la mesa que abordó la contribución del modelo europeo de producción a la seguridad alimentaria mundial. En su intervención, Juana Borrego explico que «las Mujeres desempeñan un papel primordial en el mundo y en la economía rural, tanto en los países en desarrollo como en los desarrollados. Su participación en el sector agrícola resulta de vital importancia, contribuyendo en gran medida, a la erradicación de la pobreza y del hambre».

La presidenta de Femur indicó que el mundo rural «se ve gravemente afectado en términos de productividad y son diversos elementos los que entran en juego, además de la existencia de la brecha de género». Juana Borrego apuntó la necesidad de que los programas de desarrollo tomen en consideración «las funciones específicas de cada sexo que rigen el sector ganadero a pequeña escala». En este sentido, recordó que los sistemas ganaderos tradicionales basados en los recursos locales y las razas animales son la principal fuente de sustento para 200 millones de familias del medio rural y proporcionan alimentos e ingresos para aproximadamente el 70% de la población rural del mundo».

Exclusión

En la actualidad, a pesar de los avances conseguidos en algunos ámbitos, «la exclusión de las mujeres en la ganadería, tierra, servicios y recursos financieros, educación, salud, tecnología y empleo rural es todavía significativa. La eliminación de la brecha de género en el mundo rural generaría importantes beneficios para el sector agrícola, la seguridad alimentaria y la sociedad», señaló la presidenta de Femur, quien añadió que «el acceso a determinados recursos productivos aumentaría la productividad de sus explotaciones agrícolas en un 2030%, de modo que la producción rural en los países en desarrollo se incrementaría en un 2,5-4% (FAO, 2011)». Este incremento desembocaría «en una considerable reducción de personas que padecen hambre en el mundo, entre un 12 y un 17%».

También los datos empíricos, dijo, demuestran que las mujeres colaboran de forma significativa en la economía rural. «Tienen más responsabilidades domésticas que los hombres y los ingresos que generan están destinados al sustento y desarrollo familiar. Dicho fenómeno origina consecuencias verdaderamente positivas en términos de contribución al crecimiento económico, desarrollo sostenible, creación de capital humano y bienestar social en el mundo». Por todo ello, apostó por la adopción de medidas, «tales como la eliminación de la discriminación de las mujeres en el acceso a los recursos productivos, la promoción de su participación en la vida pública, el fomento de la educación universal, así como la inversión en nuevas tecnologías dirigidas a facilitar el trabajo, ahorrar tiempo y mejorar su rendimiento, de forma que puedan dedicarse a desarrollar otras actividades productivas».

Juana Borrego dejó claro que «aún queda un largo camino por recorrer para eliminar la brecha de género en la agricultura y potenciar a las mujeres rurales de forma que sean reconocidas como constructoras clave del desarrollo agrícola, bienestar social y seguridad alimentaria mundial».

Un paso importante, destacó, sería «establecer como meta única y primordial el empoderamiento de las mujeres en toda política y programa agrícola, de forma que sean valoradas y visibles en los sistemas de género de la actualidad y realizar estadísticas y estudios concretos de la situación de la mujer ganadera.