«Creo en el pico y pala, hay que escribir todos los días»
El vigués Josete Díaz Villanueva, que actúa este viernes en el WIC, dice que en 'Viajes de ida', su primer disco en solitario ha encontrado una forma de ser feliz
nacho sáez
Jueves, 20 de noviembre 2014, 21:21
Villanueva recoge el testigo este viernes (22:00 horas, Sala Beat Club, entradas a 8 euros en venta anticipada y 10 euros en taquillas) de Josh Rouse dentro de la programación del Winter Indie City (WIC). Y lo hace con un concierto en el que presenta Viajes de ida, la primera aventura en solitario de Josete Díaz Villanueva. Este vigués, de la mano del productor Ángel Luján y de la discográfica Esmerarte y rodeado por una banda, mostrará hoy en Segovia en el marco de la gira que está realizando el resultado de varios meses de trabajo componiendo prácticamente de día y de noche.
¿Qué es Villanueva?
Es un proyecto mío personal, un proyecto de autor en formato de grupo de rock. Son canciones hechas por mí junto con Ángel Luján en el estudio de Madrid. Cuando vimos que la cosa tenía buen color y que llegaba a buen puerto, decidimos grabar un disco y yo monté mi banda. A las primeras demos que teníamos, le ponía de nombre mi segundo apellido pensando en que no iba a llegar a ningún lado. Nunca supimos que íbamos a grabar un disco hasta que terminamos ya las demos. Al final quedó Villanueva por vagancia. No me apetecía buscar otro nombre; tenía otras cosas en las que pensar. Tenía que buscar un bajista, un batería, discográfica... (Risas).
¿Cómo ha sido el viaje hasta conseguir publicar su primer disco en solitario?
Muy intenso pero con mucha paz. Me fui a Madrid, estuve tres meses allí y creo que fue una de las mejores cosas que he podido haber hecho, por mi vida personal incluso. Lo necesitaba. Dormía en el estudio y creamos allí una especie de burbuja creativa en la que nos levantábamos, desayunábamos, tocábamos, grabábamos alguna cosa si teníamos el día para grabar... Dormía en el estudio y no había vecinos a los que molestar, por lo que a lo mejor me levantaba a las cuatro de la mañana con una idea y la anotaba. Se fue gestando un disco como si fuese unos niños con sus juguetes, muy tranquilo. Poco a poco vimos que había material, llegué a las puertas de Esmerarte y el primer sorprendido fui yo, que de repente me veo en un sitio que me apoya al cien por cien, con el equipazo que tiene detrás para gestar una gira como la que estoy haciendo. A lo tonto a lo tonto me veo en Segovia tocando en el ciclo WIC.
En su caso se cumple aquello de que la inspiración le tiene que pillar a uno trabajando.
Sí. Muchas veces hablas con gente que ya tiene hijos y te dice mi hijo es muy bueno, se le da muy bien la música, yo creo que vale, pero lo que pasa es que es un poco vago. Entonces no vale para la música. Eso que dice de que la inspiración me pille con el lápiz en la mano es cierto. Creo en el pico y pala y creo en esto como la labor artística de componer o de crear. La labor creativa es un oficio más en el que tienes que estar todos los días. No escapas. Es como el médico, que tiene que estar estudiando todos los días. Creo en la acción de escribir un poco todos los días. Es algo que me inculcaron desde niño. Siempre tuve esa manía. Escribir, leer y escuchar mucha música forma parte del ejercicio de composición. Esa es la única forma de poder sacar algo; que puede ser bueno o malo, pero hay que hacer muchas canciones para quedarse uno con las que más le gustan interiormente. Y no tienen porqué ser las que les gusten a los demás.
¿De qué fuentes ha bebido?
A nivel musical, siempre lo digo muy claro. No soy de esas personas que dice yo escucho de todo. Mentira. Hay gente que te dice que escucha desde Van Halen hasta Metallica. Eso no es escuchar de todo. Yo lo tengo muy claro: a nivel musical me gusta Wilco. Quizás es el Adn fundamental que hemos utilizado en este disco. Pero luego artistas como Nick Cave, Lou Reed, Patti Smith son autores que tienen una pluma espectacular. Escriben muy bien y tienen ese punto poético y lo mezclan con rock; aunque sean escupidos con trapos de pop, tienen un poso de rock and roll. Igual que REM, que es una de las referencias. O The Velvet Underground. Siempre digo que The Velvet Underground son mis Beattles y mi John Lennon es Lou Reed.
¿Y a nivel literario?
A nivel literario no puedo obviar que está ahí la influencia de autores de la Generación Beat, como Jack Kerouac, William Burruoghs, Allen Ginsberg, Bukowski, que, aunque no sea de la Generación Beat, hay gente que lo mete.
¿Qué grupos de Vigo le han marcado?
Todos. Presumo y creo que estamos en una ciudad que tiene mucho legado musical. Tenemos desde Siniestro Total a Killer Barbies, pasando por Aerolíneas Federales y Golpes Bajos. Y podemos seguir y seguir. Es casi imposible que te dediques a esto siendo de Vigo y no tengas a estos autores en tu biblioteca. Todos hemos crecido con ellos. Todo el mundo, todo vigués, tiene en su casa el ¿Cuándo se come aquí? de Siniestro Total. El caldo de cultivo que hay en Vigo es fruto de una herencia muy rockera, muy potente, que hay aquí.
Festivales como el WIC también ayudan ¿no?
Sí claro. De hecho es una de las cosas que nos falta en Vigo; un festival como el WIC. Porque eso crea afición, crea mucho caldo de cultivo. Siempre me acuerdo que cuando me iba a la Iguana a ver grupos, veías sus giras, luego los seguía, veía que iban a Santiago... Veía que era real. Venían grupos que yo los escuchaba en discos y alucinaba y de repente los tenía a diez metros de mí en un escenario. Y a mí eso me hacía vivir. Fue así como fui interesándome en que yo también quería hacer esto y en que quería tener un grupo. Y eso es lo que genera festivales como en el que vamos a tocar nosotros hoy. No hay un ciclo tan oficial como el WIC en Vigo, pero sí hay muchas salas de conciertos que programan conciertos de todos los estilos. Grupos pequeños como nosotros o León Benavente o Vetusta Morla. Es importante la difusión de la música en directo.
Le he leído en otras entrevistas, al hilo del título de su disco (Viajes de ida), que uno nunca está de vuelta, que siempre hay cosas que aprender. ¿Qué le están enseñando estos meses?
Muchísimas cosas. Lo primero a echar de menos a mi familia y a valorar lo que uno tiene. En esta gira he aprendido muchísimo a convivir y a respetarse. A nivel musical siempre estás aprendiendo. Ahora mismo me compro el último disco de quien sea y mi idea es por la noche sacarme los arreglos que más me fliparon. Y luego he aprendido también que mi ciudad, Vigo, es una gran ciudad que tiene mucha cultura musical. Y a hablar conmigo mismo. Para mí, lo más importante en este disco, y se lo dije a Ángel Luján una vez, no era ni la creación del disco, ni que iba a fichar por Esmerarte, ni que iba a hacer una gira tremenda, ni que iba a tocar con los mejores grupos. Lo más importante de este disco es que me encontré a mí y una forma de ser feliz. Ha sido ese rincón que todo el mundo tiene que tener para reflexionar, para bajar un poco de todo esto, que va muy rápido.
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