Navacarros: «Patrimonio pero sin gente»

Navacarros tiene un rico patrimonio arquitectónico e histórico, en el que destaca una iglesia de grandes dimensiones que es el orgullo de cuantos aquí han nacido o vivido. Una iglesia que antiguamente fue una auténtica comunidad y lugar de encuentro, puesto que a los oficios religiosos acudían los vecinos de Palomares, Vallejera, La Hoya y Navacarros, todos juntos, aunque dependiendo de la población de la que fueran entraran por una puerta diferente.

Hoy esa iglesia se ha quedado grande, muy grande, pues la población ha descendido, apenas pasamos el centenar de habitantes y al templo acuden sólo los vecinos de Navacarros.

Se necesitan medidas urgentes para poder reconducir la situación de los pueblos, que van perdiendo población poco a poco, con la implicación de las administraciones, e iniciativas que ayuden a atraer el turismo a estos pequeños pueblos que tenemos tanto que enseñar; porque estoy seguro que no son muchas las personas que conocen nuestra iglesia y nuestra ermita, dos monumentos que merecen la pena visitar; así como conocer la historia de nuestro hijo más ilustre, Pedro Dorado Montero, que llevó el nombre de Navacarros allá donde fue.