Leve caída de los accidentes laborales que mantienen cifras elevadas cercanas a 7.800
Los siniestros graves y mortales descienden, al igual que los 'in itinere', mientras que aumentan los leves y los accidentes con baja
ROSA MARÍA GARCÍA / WORD
SALAMANCA
Lunes, 13 de enero 2020, 11:54
Las cifras de siniestralidad laboral siguen siendo elevadas, aunque se nota un leve descenso en el último año en los graves y los mortales. Hasta noviembre del año pasado se registraron en la provincia de Salamanca un total de 7.736 accidentes laborales, según la Junta de Castilla y León. A falta de diciembre, la cifra rondará, como viene siendo habitual año tras año, los 8.000.
El descenso interanual es de solo un 1,36%, si se tienen en cuenta los accidentes con baja y sin baja laboral, ya que en noviembre de 2018 se produjeron 7.843 siniestros. Es en los accidentes sin baja en los que se ha registrado un mayor descenso, del 4,71%, al pasar de 4.547 a 4.333, mientras que ha habido un aumento del 3,25% en el número total de accidentes con baja (2.944 frente a 3.092) y un descenso del 11,65% en los itinere con baja (352 y 311). Por sectores de actividad, los accidentes con baja subieron en su conjunto un 5,3%; sin embargo, el aumento alcanzó un 27,45% en la construcción (520), un 10,4% en el agrario (244) y un 3,87 en la industria, mientras que bajó en servicios poco más del 1% (1.549).
El descenso más importante es el registrado en los accidentes mortales, que se han reducido a la mitad, al pasar de seis a tres. En servicios es donde más siniestros de este tipo se producen; en 2019 fueron dos en este sector y el otro en la industria, mientras que en 2018 fueron cuatro en el primero y uno en el sector agrario.
En cuanto a los accidentes graves, también ha habido descenso de poco más del 10%, al pasar de 28 a 25; aunque la caída no ha sido tal en todos los sectores de actividad, elevándose en el de la construcción, así como en los accidentes itinere.
Al contrario que los graves y mortales, los leves han continuado incrementándose en el último año en todos los sectores, menos en el de los servicios, que, sin embargo, sigue siendo donde más siniestros se producen, registrando un pequeño descenso del 0,58%, al pasar de los 1.549 a los 1.540. En total, hasta noviembre se produjeron 3.069 accidentes leves en todos los sectores, un 5,26% más que el año anterior, destacando un aumento de más del 27% en la construcción y del 12% en el agrario. Sin embargo, los accidentes leves itinere con baja se redujeron más de un 12%, pero aún así se registraron 306. La siniestralidad laboral es «uno de los grandes caballos de batalla que seguimos combatiendo desde el inicio de la crisis», afirma Emilio Pérez Prieto, secretario general de CC OO en Salamanca, quien resalta el incremento producido en el último año en la siniestralidad en el sector de la construcción, la caída en los accidentes mortales y graves, pero el aumento de los leves en más un 3,46%.
En definitiva, ese descenso total del 1,36% «no es un dato positivo», ya que el numero de accidentes laborales sigue siendo importante. Además, resalta, la siniestralidad sin baja «tiene más que ver con la bajada de la actividad y no con medidas correctoras, y también con la precariedad de los contratos». En este sentido, alude a que un trabajador no se da de baja «por la posible perdida de su trabajo», algo que «se da mucho en sectores precarizados, como el de servicios o la construcción, así como en el agrario, donde la mayoría trabaja por cuenta ajena y mucha de la actividad laboral no tiene contratación». Aparte de que el trabajador no se da de baja, está «la batalla con la mutuas». Cita como ejemplo, cuando se produce un accidente en la construcción, el sector cárnico o el sociosanitario, las mutuas «se lavan las manos» y en vez de tratarlo como enfermedad profesional o accidente laboral «lo derivan como enfermedad común»; en esto mucho tiene que ver que las mutuas pagan a las empresas en función de los accidentes laborales y «cuando menos pasen, menos coste».
En el sector agrario, CC OO ha planteado una campaña específica a la Inspección de Trabajo «por falta de control, ya que hay un aumento superior al 10%, sobre todo en los leves». En cuanto a los graves, asegura que «nos consta que mucha de la actividad se realiza fuera del control de la Inspección», debido a las dificultades de la dispersión; además CC OO tiene «una capacidad de intervención nula», debido a que «la temporalidad de los contratos hace casi imposible acceder a tener responsabilidad, ya que no se pueden realizar elecciones sindicales», a lo que hay que añadir que son fundamentalmente trabajadores autónomos.
Resalta que los accidentes leves en el sector agrario «se producen sobre todo por desconocimiento de las medidas de prevención por la falta de formación». En este sentido, insiste en la «necesidad de que todos los trabajadores de todos los sectores tengan una formación básica en prevención de riesgos laborales». Recuerda que «lo único bueno de la reforma laboral de 2012 es que obligaba a que todos los trabajadores dedicaran al menos 20 horas de su jornada laboral a formación», pero «no se cumple» y, aunque se incluya en la nómina, «no se lleva realmente a cabo, sobre todo en pequeñas empresas y autónomos».
Por este motivo, aboga por un mayor control, «incluyendo un control de los cursos de formación como obligatorio». Sin embargo, reconoce que «hay muchas dificultades para controlarlo por el gran número de pymes que hay en la provincia de Salamanca», donde el 78% de las empresas cuenta con menos de cinco trabajadores, por lo que CC OO no tiene representación y, por tanto, tampoco capacidad de control, y «donde no hay denuncia, la Inspección no aparece».
Es necesario «obligar a que las empresas formen a los trabajadores» y que «hagan un cumplimiento estricto de las jornadas de trabajo», ya que en sectores como la construcción «un mayor número de horas extra lleva a un trabajo en situaciones penosas».