Be water
Desde la grada ·
El autor se muestra optimista y saca conclusiones positivas de la mala dinámica que atraviesa el Real Valladolidcarlos pérez
Sábado, 10 de octubre 2020, 22:35
Dice el aforismo que unas veces ganas y otras aprendes. No sólo en el deporte. En cualquier cosa que haces en la vida unas veces ... te salen las cosas y otras veces no. Yo discrepo del aforismo porque no siempre tienes que sacar una moraleja de una derrota. Es más, creo que muchas veces se aprende más de las victorias que de las derrotas. Sobre todo si eres autocrítico. Conviene siempre conocer de dónde vienes, qué medios has usado y cómo has obtenido el resultado. Positivo o negativo, lo importante es saber cómo lo has logrado.
No hacer leña del árbol caído tras una derrota o lanzar las campanas al vuelo tras una victoria sin analizar cómo se han producido es un error. Analizando las derrotas ves que no hay dos iguales. De las tres de esta temporada yo saco conclusiones muy distintas. De la del día del Betis ya hablé hace un par de semanas con la famosa frase de Mendilibar sobre lo que éramos si no corríamos. De la del partido contra el Real Madrid saco la conclusión de que tenía razón. Perdimos, pero luchamos y corrimos 90 minutos y no fuimos lo que decía Mendilibar que éramos cuando no corríamos. De la última derrota...
De la última derrota lo más fácil sería decir que no valemos. Que nos vamos al pozo y que quizá este año ni suframos porque en marzo estaremos desahuciados. Pero no. De la derrota contra el Eibar también se pueden sacar aspectos positivos. El primero es que perdimos jugando mal. Porque si hay algo peor que perder jugando mal es perder jugando bien (contra un rival de tu nivel, lo del Real Madrid no cuenta). El segundo aspecto positivo es que supimos sobreponernos a un resultado adverso y que sólo un penalti fallado hizo que no remontásemos el partido. Otro aspecto positivo es ... ya no hay más aspectos positivos. Pero con lo bueno de la derrota contra el Eibar más lo bueno de la derrota contra el Real Madrid me sale que tenemos un buen equipo, un buen entrenador y mala suerte.
Debemos aprender a no irnos de los partidos hasta que pite el árbitro, debemos amoldarnos a los partidos cuando se ponen feos. Ser agua como decía Bruce Lee. Debemos tocar el violín cuando el partido está para ello y tocar el trombón cuando no puedes tocar el violín.
Lo que no podemos es perder tres puntos contra un rival directo porque los jugadores no saben jugar ese partido y porque el entrenador no tiene reflejos para cambiar esa tendencia. Que te ganen porque son mejores, no porque tú les haces mejores.
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