El Real Valladolid continúa de secano en pretemporada

Pacheta puso en el campo a toda la artillería disponible, incluida la bala de Plata, pero ni por esas encontró el camino del gol, en un duelo insulso más propio de julio que del mes de diciembre en el que el centrocampismo se apoderó de todo el protagonismo muy a pesar de los delanteros, inéditos durante los 90 minutos.

Mucho ha variado y probado Pacheta en los cuatro amistosos de esta minipretemporada invernal a excepción del dibujo, que permanece inalterable y fiel al 4-3-3 con el que se cerró la primera página de la temporada y con el que, salvo situaciones puntuales, se defenderá el fuerte en la máxima categoría hasta el mes de junio.

Sobre ese mismo esquema en la pizarra, los nombres sí han ido girando, entrando y saliendo de la coctelera en busca de la combinación que más convenza al técnico. El de Salas se lleva más pistas que goles (y victorias) de este periodo de preparación. Las adversidades le han obligado a probar a Escudero como central (vs Athletic y Lille), y también a jugar con Lucas Rosa en el lateral izquierdo. Lo hizo en la segunda parte ante el Clermont francés, en un partido con dos partes bien diferenciadas que deparó escasos acercamientos al área, aún menos ocasiones de gol y, desde luego, más brega que fútbol.

Dentro de esos detalles que siempre dejan este tipo de partidos, y nunca pasan inadvertidos al aficionado, cabe destacar la segunda titularidad de Asenjo -por solo una de Masip, que previsiblemente defenderá la portería el viernes en campo del Crystal Palace-, el regreso al once inicial de Malsa y la apuesta del técnico por la cantera, con la aparición una vez más de salida de Diego Moreno en la banda izquierda y de Arroyo en línea de ataque. Ni uno ni otro desentonaron en un encuentro gris, que no permitió el brillo, y en el que Weissman en primera instancia, y Sergio León y Sergi Guardiola en segunda, se quedaron un día más sin marcar. No se anotó ante el Athletic, tampoco con el Lille, y frente al Clermont se completaron 270 minutos sin goles que celebrar.

Y más preocupante que esa sequía queda en el debe lo poco que se generó de tres cuartos de campo hacia adelante, así como lo insulso de una zona medular, donde se debe crear el juego, que se repartió todos los minutos sin síntomas de mejoría. Jugaron Malsa, Roque Mesa y Kike Pérez de inicio, pero luego entraron Monchu, Plano e Iván Sánchez con un resultado similar. Arriba, Weissman no dispuso de ningún balón franco ni ocasión -siquiera tímida- para recobrar la confianza perdida y solo las rotaciones supusieron alguna amenaza en el tramo final de partido.

En esos veinte últimos minutos que Pacheta dio a Plata, Plano y Guardiola, treinta en el caso de Sergio León, el Real Valladolid concentró todo su peligro ofensivo. Primero con un disparo ajustado al palo izquierdo de Iván Sánchez que el meta francés repelió, poco después en una falta botada por Monchu que se fue a córner tras tocar en un defensor, y casi llegando al final con un buen servicio desde la banda izquierda de Sergio León a Plata que el ecuatoriano envió muy por encima del larguero. Ese fue todo el arsenal ofensivo que ofreció un partido en el que para ser justos, tampoco el Valladolid se vio exigido ni Asenjo inquietado. La ocasión más clara para los franceses vino en un error en el control de Malsa que el delantero galo Diallo no supo resolver, mano a mano con el meta blanquivioleta.

Con esa losa a la espalda, el equipo de Pacheta afrontará este viernes (19:00 horas) el último de sus partidos de preparación. Será en Londres, con el Crystal Palace de la Premier como rival, y con la eliminatoria copera en Getxo ya entre ceja y ceja (miércoles 21, a las 21:00 horas).