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El Real Valladolid agobia al Mirandés, pero no pasa del empate
El equipo de Almada se sobrepone a una nefasta primera mitad con una intensa segunda parte en la que Ponceau marcó un golazo
El Real Valladolid sacó un exiguo punto ante el Mirandés en Zorrilla, poco sustento para un equipo que necesitaba reponerse de dos derrotas consecutivas. El ... equipo de Guillermo Almada se desencuadernó en una preocupante primera parte, pero tocó la corneta en la segunda hasta embotellar a su rival con intensas oleadas ofensivas. Sin embargo, sólo Julien Ponceau se mostró clarividente para perforar el arco de Nikic tras una gran acción combinativa. El Pucela soñó con una remontada que no llegó y acabó dando las gracias que el Mirandés no atinase con dos ocasiones claras, ya en los segundos finales.
Por primera vez en la temporada, se observó algo parecido a una revolución en el once de Guillermo Almada... Revolución fallida de inicio, eso sí. Iván Garriel ocupó el lateral izquierdo en lugar del ayer suplente Guille Bueno y Sergi Canós Tenés irrumpió primero en la banda derecha para suplir al lesionado Amath y luego se desplazó al centro, en permutas con Peter Federico, la otra novedad en la alineación, con Julien Ponceau y Chuki esperando su reivindicación desde el banquillo. También revolvió el once Fran Justo en el Mirandés, con una línea de cinco a la que se asomaron Martín Pascual (en lugar del lesionado Postigo), Córdoba y Pablo Pérez. Barea y El Jebari completaron los cambios del cuadro jabato en el fortificado centro del campo, con el delantero Carlos Fernández reservado en el banquillo hasta el tramo final por sus molestias físicas, lo que dejó primigeniamente la parcela atacante en las botas del uruguayo Gonzalo Petit.
El Real Valladolid salió con la efervescencia típica de los equipos locales que vienen de encandenar derrotas. Un disparo alto de Tomeo en el minuto 1 animó a la grada, en un partido en el que el Pucela empezó buscando con fruición el despliegue por bandas. Durante los primeros compases, el cuadro de Almada armó por momentos una ancha línea de cuatro arriba para tratar de abrir el campo (Tenés-Peter-Latasa-Biuk). Las perforaciones iniciales tuvieron también como protagonista a Garri, que delineó un gran centro al que no llegó Peter Federico, en ese momento en demarcaciones interiores.
Todo el aparente ímpetu blanquivioleta empezó pronto a quedar en agua de borrajas ante un Mirandés muy ordenado que no perdió la cara al partido. Los chicos de Fran Justo no tuvieron problemas para esperar y asestar hachazos en forma de contragolpes. El partido entró en una fase de ritmo fluido, pero el Mirandés inclinó más la aguja hacia su lado. Novoa puso en algún aprieto a Garri y Petit fusiló alto una acción de pizarra ejecutada por el conjunto jabato en un córner.
Real Valladolid CF
Guilherme; Alejo, Tomeo, Torres, Garriel; Lachuer (Alani, m.45), Meseguer (Ponceau, m.66) ; Peter Federico, Canós Tenés (Chuki, m.66), Biuk (Jorge Delgado, m.66); y Latasa (Arnu, m.82
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CD Mirandés
Nikic; Novoa, Juan Gutiérrez, Martín Pascual, Córdoba, Pablo Pérez (Medrano, m.45); Barea, Bauzá (Cardero, m.82), Marino (Thiago, m.64), El Jebari; y Petit (Carlos Fernández, m.64)
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Goles 0-1 Barea (m.36). 1-1 Ponceau (m.74)
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Árbitro Salvador Lax (comité Murcia), con Raúl Martín en el VAR. Amonestó a Marino
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Otros datos Estadio José Zorrilla. Octava jornada en Segunda División.18.574 espectadores. Se guardó un minuto de silencio por el fallecimiento del exfutbolista Edu Manga
El Real Valladolid se ofuscó con el paso de los minutos con uno de sus pecados habituales:la falta de claridad arriba. Nikic vivió en la hamaca, sin exigencia durante toda la primera parte, y cualquier acción prometedora quedó cercenada por unas causas u otras. Peter Federico no logró la aceleración necesaria en un pase interior que le habría dejado solo ante el guardameta del Mirandés. La aspiración del Pucela de someter a sus rivales quedó en una entelequia en una primera parte que se emborronó de mala manera en una acción a balón parado. La defensa blanquivioleta se resquebrajó en el 0-1, obra de un Barea que remató solo tras un servicio de Martín Pascual, igualmente sin marca en el área. En la acción cayó Iván Alejo, que reclamó una falta del propio Barea. El VARse pasó seis minutos analizando el vídeo para detectar un posible fuera de juego, pero tras unos insufribles compases de parón, determinó que allí no había nada. Asi que el 0-1 subió al marcador y el Real Valladolid se quedó a la intemperie, con las luces fundidas y sin capacidad de respuesta. Los errores se sucedieron hasta el descuento, con Lachuer cometiendo groseros fallos en el pase y el público de uñas al llegar el descanso.
A Almada no le quedó más remedio que tapar la fuga en la medular y dio carrete a Alani para sustituir a un desnortado Lachuer. El Real Valladolid volvió al guion inicial, pero con más brío ofensivo. Los saques de esquina a favor se sucedieron sin solución de continuidad. El Mirandés sufrió los efectos del maremoto blanquivioleta, cada vez más intenso. Peter Federico probó los guantes de Nikic con un disparo que el portero tuvo problemas para desviar a córner. Tomeo rozó el gol tras una falta, pero el caprichoso rebote salió rozando el palo. El Pucela agitaba el árbol con fuerza, pero las nueces del gol se resistían a caer. Lo comprobó también Juanmi Latasa, en el único remate que conectó con veneno y que obligó a la intervención 'in extremis' del portero jabato.
La triple entrada de Chuki, Jorge Delgado y Julien Ponceau tuvo el efecto de una inyección de adrenalina. El Real Valladolid no cejaba en su intención de clavar la espada a un dragón muy escurridizo. El cielo pareció cerrarse cuando Eto'o marcó para el Mirandés, pero el árbitro tardó pocos segundos en anular el tanto por fuera de juego. Zorrilla contuvo la respiración tras intensos minutos de diafragmas agitados.
El Mirandés siguió parapetado, aguantando como podía un chaparrón inclemente. De repente, se hizo la luz. Tomeo apareció por sorpresa como improvisado extremo, recibió el pase de Alani y trazó un envío que Ponceau remató a gol con un taconazo de gran belleza y plena efectividad. El 1-1 espoleó a Zorrilla y el Real Valladolid siguió a toques de corneta. No atinó Jorge Delgado, que pasó a formar pareja con Arnu en el tramo final, ya sin Latasa en el césped. Alejo tiró del carro una y otra vez, pero el Mirandés recordó que podía hacer daño. Guilherme salvó el gol en contra ante un Eto'o con hambre. En el tiroteo, Ponceau remató alto en el 90. Ya en el tiempo de descuento, Carlos Fernández malgastó la penúltima bala para los burgaleses y Peter Federico hizo un último servicio para cortar un disparo cuando el reloj ya superaba el 94. El Pucela debió ganar tras una segunda parte de mucho fuelle, pero pudo perder.
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