¡Jueguen!, decían antes los árbitros
La Trece Catorce ·
El autor lamenta el constante cambio de criterio en el colectivo arbitral ante situaciones idénticas, y anima a emplear el parón para buscar solucionesSantiago Hidalgo
Miércoles, 9 de noviembre 2022, 12:30
El parón por el Mundial de Catar va a suponer que se pueda repensar (de nuevo) la figura del VAR en la liga doméstica. Ojalá ... así sea. Lo fundamental, pienso, va en dos sentidos; seguridad y fundamento y esencia del juego.
Por un lado, es necesario que todos los actores, desde jugadores, entrenadores, público, socios, periodistas, directivos, incluso los propios árbitros tengan certezas, seguridad de cuáles son las normas y cuándo y por qué se aplican. Esto fundamentalmente está ocurriendo en las manos dentro del área. No hay un criterio único. Todo depende del colegiado que esté en el VAR y en algunas ocasiones, incluso, del día como este se haya levantado. No puede ser que unas veces sí y otras no se señale penalti por acciones similares. Lo criterios que deberían ser objetivos se convierten en subjetivos en función de quién esté detrás del aparato de videoarbitraje. Sin seguridad jurídica, sin normas claras y conocidas no puede haber justicia. Así acabaremos (a ver si es verdad), con esos jugadores que reclaman y reclaman al colegiado con un mano en la oreja que vaya a revisar la jugada.
Vaya por delante que en este terreno hemos ido para atrás. No se pueden sancionar todas las manos en el área. Me gustaba más el criterio de la intencionalidad o, si acaso, que pueda interrumpir con la mano un golpeo a portería. Hasta ahí. No puede señalarse penalti la mano del otro día de De Marcos después de tocarle en el pecho, ni por supuesto la de Fresneda. ¿Pero si estaba de espaldas cuando le toca el balón? De esta manera, serán penaltis los penaltis de verdad. Y no todos. Es un principio de proporcionalidad. La sanción es muy elevada por tocar mínimamente un balón con la mano dentro del área.
La otra vertiente, más difícil, es volver al verdadero fundamento del juego. A su esencia. El fútbol debe ser un deporte de contacto. No puede enseñarse cartulina roja por cualquier acción. El otro día, sin ir más lejos, en Sevilla fueron tres rojas y yo creo que solo una lo merecía. Leía un dato el otro día que en la liga española se habían sacado hasta la fecha 56 tarjetas rojas. En la Premier, en este mismo periodo, solo 11. ¿Estamos sobreprotegiendo al jugador?
No es necesario que como en 1938 hiciera Sir Stanley Rous se reordenen las 17 reglas del juego del reglamento, no, pero sí es fundamental volver a dejar jugar porque con tanto sancionar no vemos más que fútbol detenido y balón parado, jugadores por el suelo, quejándose de presuntos codazos en un salto o cuando el otro protege el balón, o patadas que no son más que el desarrollo normal del fútbol. Y, además, muchas protestas añadidas.
¡Jueguen!, decían antiguamente los árbitros de Preferente.
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