

Secciones
Servicios
Destacamos
Diego Cocca ha terminado su particular pretemporada. El Pucela ya pelea con la mandíbula prieta y un plan concreto. El técnico argentino adelantó la presión ... y dejó sin aire al Betis. El pellizco por encima del duende. Terminó con la voz quebrada. En la previa, demostró que va de cara. Sin paños calientes. No se esconde para decir en público que espera refuerzos y que ya va identificando a los jugadores que quieren y a los que se borran. En privado azuza a sus futbolistas para pasar de ser un equipo blando, abúlico y vulgar, a convertirse en un grupo de guerrilleros que se deja la piel sobre el verde para defender el escudo del Real Valladolid. Ayer propuso la presión en campo contrario y el empuje de todas sus piezas. Las líneas acompasadas, el espacio en la espalda encogido y el arrebato valiente. Antes del 1-0, el cuadro castellano tuvo dos muy claras. En el epílogo sufrió. Qué menos. En su situación, el triunfo se paga caro, pero ante el Betis el conjunto blanquivioleta demostró que aún tiene vida y bemoles para salir del trance.
Kike se dejó llevar por la inercia en el primer acto. Incómodo en los controles y timorato en todas sus acciones, generó pérdidas de balón que pudieron ser definitivas. En la segunda parte, como si en el vestuario hubiera vivido un conjuro de brujería, el toledano se convirtió en pieza clave. Además del gol, el canterano ensanchó su presencia y se ganó un sitio entre los mejores del encuentro. Solo tiene que aplastar la cresta de su irregularidad para que su actuación contra el Betis no se convierta en una anécdota. La mejor versión de Kike se traduce en el éxito del cuadro castellano, que necesita de su calidad para que el mar en calma se convierta en zozobra para el adversario.
El Real Valladolid ha encontrado al delantero centro que llevaba buscando desde el inicio del curso. Esperemos que el físico le responda. Marcos André ha vuelto. El brasileño se asomó al escaparate con el uniforme de MVP del encuentro. Lo hizo todo bien. Peleó, presionó, remató, saltó, corrió y, por si fuera poco, abrió el visor para encontrar un pasillo interior que Rosa trocó en un pase de gol que Kike transformó en tres puntos. Catoira ha dicho que todos los futbolistas del equipo pucelano están en venta. Dando por hecho que la salida de Moro es cuestión de horas, espero que el club no se desprenda también de André, al que Cocca ha encontrado el punto. Ayer se postuló para ser el referente ofensivo de la resurrección del Pucela.
Diego Cocca ha repetido dos mensajes desde que llegó. El primero reside en su confianza en el mercado de invierno para mejorar la plantilla. Catoira y compañía siguen pensando en las ventas antes que en los refuerzos. Tampoco hablan en los despachos de los que sobran (Kenedy, De la Hoz, Machis…), a los que el argentino ha borrado, con buen criterio, de su libreta. El segundo recado hace diana en su vestuario. «Vamos viendo a los futbolistas que quieren luchar por el objetivo». El encuentro de ayer enseña la hoja de ruta. Ahora les toca cumplir a Bruno y Domingo. De momento, el argentino va implantando su sello. Un grupo de guerreros que pelea con todo, que va ganado confianza con el balón en la bota y elimina las concesiones. Las líneas prietas, ambición en el despliegue, acciones académicas. Sin alardes, pero con eficacia. Repliegue, robo, la espalda abrigada, balón al costado y ocupación lógica del espacio. La teoría nace de la virtud de correr más que el contrario. Y sobre esta premisa, el resto es cuestión de fe, de solidaridad, de confianza en el compañero y de sumar todos a una. Los egos en el sótano. El mejor ejemplo es Moro que, a pesar de que está a un paso del Ajax, se dejó sobre el césped hasta la última gota de energía. Es el espejo de lo que busca Cocca para este nuevo Real Valladolid que intenta escapar del fango para salvar el pellejo a pesar de toda la incertidumbre que le rodea.
La victoria contra e Betis debe significar algo más que tres puntos. Es el camino a seguir. Diego Cocca va ordenando las piezas sobre el tablero. Ha interpretado bien las actitudes. El único que chirría es Amath, que sigue andando, sin compromiso. El resto galopa como si cada balón fuera el último chusco de pan. Es el turno de la zona noble. El triunfo de ayer les saca los colores. Vamos camino de la mitad del mes y solo se habla de la salida de Moro al Ajax, el fichaje de Juma por el Inter y toda la plantilla en el escaparate. Una subasta de talento sonrojante. Ahora que Cocca parece que va enganchando al grupo con su mensaje, resultaría hiriente que la dirección deportiva siga dejando pasar los días sin apuntalar una plantilla que tiene vida. Solo necesita cariño, refuerzos y respeto. La afición merece un punto y aparte. Una vez más, después de todos los desplantes, desde el verde y los despachos, volvió a demostrar que es la reserva de oro del club. Si la entidad castellana no responde ahora, después de este éxito, solo merecerá escapar de Valladolid por la puerta de atrás.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.