Victoria terapéutica para el Real Valladolid
«Moro y Kenedy aparecieron para dar un vuelco a la fisonomía del equipo y dotarle de la vitola de ganador»
Tal parece, a tenor de los dos últimos resultados y su forma de obtenerlos, mucho más importante aún, si cabe, que el equipo ha retomado ... la senda de las buenas prácticas en el juego, aunque con los matices lógicos del paciente que, tras golpearse seriamente, se va recuperando parcialmente y espera hacerlo en breve de forma total y absoluta.
En ese proceso, en el cual el bloque defensivo fue el principal dañado, a día de ayer el línea de cuatro demuestra capacidad y solvencia, con la inestimable ayuda de los volantes y más en concreto de Juric.
Sin embargo, en la revisión efectuada ayer en El Sardinero, se apreciaron debilidades en el flanco de Boyomo que esperamos sean pasajeras y banales.
Es más preocupante la desconexión defensiva puntual mostrada por Sergio Escudero cuando abandona posicionalmente su flanco.
El tener que encomendarse a la ayuda del extremo de su lado, es evidente que resta penetración por banda y no mejora las prestaciones del medio campo; o sea, el tratamiento tiene más efectos adversos que bondades terapéuticas.
Sin embargo un David Torres, impecable en el corte y exquisito posicionalmente, se vino a bastar él solito, para tapar los errores adyacentes.
Es obvio pues, que el equipo ha experimentado mejoría en la herida defensiva, sin que podamos afirmar, tras lo visto ayer, que ésta haya cerrado; más bien está en camino de hacerlo por segunda intención.
El júbilo por la victoria, y más aún por la emocionante manera de obtenerla en los últimos minutos, me lleva a dos consideraciones fundamentales: la primera, aunque obvia y conocida, es la de constatar que dentro de la mucha calidad en esta plantilla, hay jugadores que son determinantes para el devenir inmediato del equipo.
Algo que se puso ayer de manifiesto cuando Moro y Kenedy aparecieron en el campo para dar un vuelco a la fisonomía del equipo y dotarle de la vitola de ganador.
La segunda, como consecuencia de la primera es, que si no les restamos potencial cambiándoles de sitio o encomendándoles tareas que no son de su competencia, el equipo está en la rampa de la pelea por el éxito salvo que apostemos por levantar demasiadas veces el apósito, le cambiemos de ubicación o nos empecinemos en emplear el fármaco incorrecto.
Ayer, tanto Meseguer como Iván y Sergio no eran, por posición inicial o desarrollo del sistema, la prescripción ideal para acometer la pelea.
La salida de un lateral diestro como defensa izquierdo, un extremo diestro como extremo zurdo y un '11' vocacional tirado a posición del diez revocaron el juego, las alternativas del mismo y finalmente el resultado.
Si en estas circunstancias el Real Valladolid, con sus errores e indecisiones atrás incluidas, volteó de manera justa el resultado, no hay que estudiar para intuir el buen camino a seguir.
Dos apuntes finales: correcta y lógica la aparición de De la Hoz al final y aplauso sentido para la sobriedad de Masip.
El capitán debe ser el inicio de la tranquilidad y el juego.
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