La lógica, ese arma de futuro

Así las cosas, lo de ayer calma el malestar mientras deja pendiente de confirmación la mejoría que parece indicar el resultado positivo obtenido.

Acertó Pezzolano con los hombres escogidos y el sistema a emplear, quedándole como asinatura pendiente la ubicación de Iván Sánchez en el terreno de juego y la repercusión que de ella se deriva.

Y como es troncal y tiene repercusión inmediata, vamos a explicar el porqué de la misma.

Perder a Iván en un extremo, por mucho que al jugador le guste jugar ahí, como al parecer ha referido públicamente, no me parece de recibo.

Un regate en corto, siempre hacia atrás por aquello de estar pegado a la cal, y una entrega más corta aún, son demasiado poco bagaje para un jugador de una calidad tan alta y una visión del juego tan notable como la suya.

No me vale que se pueda conformar con ese pequeño aporte, cuando puede, debe y es necesario además, que se atreva a coger la manija del equipo en la posición de volante adelantado, dando el sentido final al juego atacante asistiendo o golpeando.

Cuando se lleva el número 10 a la espalda es para ejercer como tal, y las medias tintas solo sirven para ocultar virtudes y resaltar defectos.

Y es al entrenador quien toca convencerle de que es ahí donde le necesita y donde tiene que hacerlo obviando gustos y caprichos del futbolista.

Pero ¡ojo!, que si al entrenador no es esa la opción que más le agrada, pues entonces estamos hablando de otras cosas.

Dicho esto, que no me parece baladí, convengamos en que la lógica de poner a los mejores disponibles y además colocarles en su sitio, salvo lo expuesto con Sánchez, al Pucela le resultó enormemente positivo.

La experiencia tras los últimos acontecimientos no invitan a ser optimistas, en lo que a la lógica de mantener lo que está funcionando se refiere.

Respetar la decisión del entrenador es tan obligada como exponer lo que desde fuera se percibe explicando el porqué de ello al tiempo que se proponen soluciones.

Algo que, como en el caso de los tres centrales en línea, percibíamos como negativo y que el propio entrenador corregía con el paso de los minutos.

Ayer, volviendo a la forma clásica de cuatro defensas y dos volantes, quedó claro como Juric conjuga su posición de volante defensivo con la de tercer central en el inicio del juego, y que como consecuencia Boyomo dé mejores sensaciones mientras David Torres se afianza como central izquierdo.

Me parece innegociable que Monchu, que atraviesa un gran mnomento, ocupe junto a Sánchez los espacios destinados a los volantes, mientras entre Moro, Kenedy, Meseguer yMontiel se reparten según como y cuando las posiciones de fuera. La lógica, como arma de futuro, se impone.