Juric, 'Pablo', el cesto y el nudo

Fue Juric, quien a través de la decisión de 'Pablo' Pezzolano, volteó la idea táctica del equipo dotándole de esa doble función del buen medio centro o cabecero, esa que permite transmutarse en central en el momento defensivo, pareciendo ser el tercer jugador fijo ahí, para desdoblarse a tercer volante en el momento en el cual el equipo sobrepasa la línea divisoria y se proyecta en ataque.

Algo que termina por dinamitar la idea de necesidad de tres centrales y tres volantes, con la que hemos estado a la deriva desde hace varios encuentros, y ante la que curiosamente reaccionaba el entrenador vallisoletano prescindiendo de un central y metiendo un atacante a la desesperada.

En el Carlos Tartiere no tuvo que recurrir a la desesperación y optó por alinear desde el comienzo. Y acertó claramente.

Los primeros treinta minutos confirmaron que la función defensiva del jugador croata, de Split, justificaba su posición entre Boyomo y un cada día más acertadado David Torres; después, y a partir del minuto treinta y seis, justo cuando el Pucela igualaba fuerzas con los carbayones, emergió el croata en medio campo para hacerse el amo del prado.

Sin embargo, junto al acierto de Juric, el borrón de la ausencia de Marcos André y Raúl Moro ensombrecieron la labor ofensiva a pesar del esfuerzo y participación de un Kenedy tan incomprendido posicionalmente como escasamente acompañado en una función en la que se requieren otros recursos.

Así pues, me reitero en la idea de que Raúl Moro y Marcos André son tan necesarios por fuera y dentro, como nos lo vienen demostrando cada vez que se les permite coincidir.

Al fin y al cabo obras son amores, y tanto el desborde del extremo como el movimiento de espaldas, el tiro a gol y el remate a los centros desde los costados son patrimonio del '9' blanquivioleta.

De igual manera que si queremos meter un tercer volante de refresco, la idea de Meseguer puede ser útil –tanto como la de un Anuar recuperado– para que Kenedy pueda seguir estando en esos momentos finales en los que una técnica individual depurada te permite rematar o asistir para ganar.

El tiempo de permanencia en el terreno lo determinará la fatiga del jugador y solo ella. En esa tesitura pensar que Marcos está solo para veinte minutos y que Raúl tiene banqueta una hora de partido, me parece tan aventurado como esperar a que el contario no te marque para decidir cuando tienen que salir.

Que el míster haya dado con dos centrales y un cabecero, al parecer estables, es muy importante por aquello de empezar desde atrás y seguir hacia arriba compensando líneas a base de especialistas, los mejores por puesto, para ser fiables

Yo creo que hay mimbres suficientes para un buen cesto. Tejerlos bien evita el temible nudo.