¡Hola Segunda, aquí estamos otra vez!

Ha bastado una última jornada plena de desacierto de cara a la portería contraria para creer que de esta forma tapábamos la realidad de una temporada mal planificada y peor ejecutada. Sin embargo, la realidad dice que ante el Getafe lo único que se hizo fue poner rúbrica a una muerte presentida.

Y acto seguido, este lunes, Ronaldo la figura capital del club por ser su dueño 'in pectore', comparecía ante los medios en un gesto tan lógico y digno como descafeinado. Bien es cierto que a un servidor, al que le interesa más, que no únicamente, lo técnico, que cualquier otro matiz, la anunciada continuidad de entrenador y director deportivo le parecen lo más interesante por trascendente del discurso.

Sin embargo, me dejó preocupado ese «encontrar complicado hacer una plantilla estable» así como lo de «contar con gente capaz de buscar soluciones creativas para confeccionar un equipo importante». Por partes.

Ronaldo Nazario habló como lo que aún subyace en él; es decir, como hombre de campo puro y duro. Idolo, genio, goleador histórico, símbolo de un país y dos equipos en Europa, los mensajes presidenciales al uso los daban Florentino o Agnelli. 'Ronie' transmite las sensaciones de un futbolista majestuoso ocupando un sillón de dueño con tintes de presidente.

Por eso no comparto la decepción por el discurso, no esperaba más del acto, y sí me preocupan sus premisas técnicas o económicas, Fenaert mediante, de cara a compras y ventas de futbolistas.

Me ocupa y preocupa que Pezzolano al frente del equipo, tenga claro de aquí a 35 días el grupo de gente que va a manejar, el sistema que quiere imponer en el momento de iniciarse un nuevo campeonato, y la forma y manejo de ese vestuario. Suficiente… ¡ya lo creo!

De Sánchez deseo fervientemente como socio, que sea el de diciembre más que el de julio. Ello significará que ha dado con la tecla de las necesidades y sus repuestos… antes de que resulten tardíos.

De ese mismo modo, espero que le dejen trabajar libremente con dos hojas; uno con los nombres de jugadores salientes vs entrantes y en el otro con la cifra real presupuestaria a manejar, para poder sumar y restar libremente.

La premisa capital de ambos personajes a la hora de rellenar ambos folios, es clara: el equipo base. O sea, manejar 18 fichas profesionales irrenunciables, y el resto atender a lo que hay en casa o aquel que pueda aparecer a coste cero… que alguno siempre encuentras.

Prescindir de alguno de los acertados refuerzos de invierno, sería llamar al fracaso vía SEUR. Quite usted lo que quiera pero no pierda un insustituible. Con el ahorro obtenido por el coste de cuatro sustituibles, obtienes el dinero necesario para mantener un intocable. Y Fresneda, Lucas Rosa y David Torres, más los otros chicos que están ahí, justifican el aserto.

Todo esto, que ni es nuevo ni yo descubro, hace mucho tiempo que se ha venido haciendo en este club. La relación estrecha entre un director deportivo y su entrenador es el punto cardinal sobre el que asienta el éxito deportivo de un club desde el punto de vista técnico. Si son los conocidos interesados, se llamen como se llamen, o te echas en brazos de los agentes, te acabas equivocando con las ideas de otros.

La plantilla solo la firman ambos y al equipo le saca al campo cada domingo el entrenador; por tanto, es a ellos a los que al final se les piden responsabilidades.

Y ya en clave de entrenador, un equipo siempre con los mejores y colocados en su puesto real, para mostrar al resto de la categoría que vamos a por el ascenso desde la primera jornada. «Estamos en Segunda Míster» le van a decir para recordarle que aquí solo vale ser primero o segundo, marcando un gol siempre y no admitiendo uno jamás… ¡como lema!

Yo propongo que la afición, que siempre ha sido y será de diez, y ¡este año de 11! cante el himno y recite la alineación a capella. Si ello se consigue, estamos en Primera.