Una conversación entre Bravo y Aranda puso al jugador del Real Valladolid Borja en el radar de la Policía

«Tranquilo, que Borja nos lo arregla». Esa fue la frase (pronunciada por Raúl Bravo en una conversación con Carlos Aranda que figura en el atestado policial del caso Oikos) por la que los investigadores empezaron a seguir la pista del exfutbolista del Real Valladolid.

La aparición del nombre del jugador orensano en una charla desvelada por Cuatro entre los presuntos cabecillas de la trama de amaño de partidos que se investiga desde mayo del año pasado, unida a la reunión que mantuvieron en el bar Corinto de la capital vallisoletana Bravo y Borja dos días antes del Real Valladolid-Valencia, derivó en la detención del jugador que precisamente puso fin a su carrera deportiva en ese choque liguero.

Así justifica el abogado de Fernández, Joan Castelló, que su defendido haya permanecido tres días detenido en dependencias policiales y que ahora se encuentre en libertad pero investigado como autor de un delito de corrupción y como cooperador necesario en otro de estafa, por lo que se le ha impuesto un fianza de 50.000 euros y medidas cautelares (debe presentarse en el juzgado cada quince días, se le ha retirado el pasaporte y está obligado a comunicar cualquier cambio de domicilio). «Se han producido muchas entradas y registros y se han requisado dispositivos móviles, entre otras actuaciones, por lo que hasta que esas investigaciones no ofrezcan un resultado, no puede concluir la responsabilidad de mi cliente en el caso», aseguró el letrado en una conversación con El Norte.

La citada frase que incrimina a Borja en la operación Oikos le fue hoy mostrada tanto al exfutbolista como a su abogado durante su comparecencia en el Juzgado de Instrucción número 5 de Huesca y para Joan Castelló fue «un auténtico placer» escuchar esa conversación porque «se puede tildar de chulería, ya que se da entre dos personajes a los que mentir les cuesta muy poco».

Asegura esto el abogado después de que el exjugador haya declarado que desconocía «absolutamente» el tema sobre el que estaban tratando en ese momento sus excompañeros en las categorías inferiores del Real Madrid y que sigue haciéndolo puesto que «cuando Raúl Bravo acudió al bar Corinto para encontrarse con él, lo hizo para pedirle su intermediación de cara a conseguir un puesto como técnico de la cantera del Real Valladolid», en un encuentro que se produjo con la mujer y la hija de Borja presentes, según ha puntualizado.

«Raúl Bravo no le planteó nada más, en una conversación que tienen unas limitaciones que entienden tanto el fiscal como el juez instructor», incide Castelló.

Lo que parece claro a juicio del experto penalista es que los investigadores «cada vez diferencian más el Huesca-Nástic del Real Valladolid-Valencia», ya que cree que «puede ser que un partido sea de un perfil que no tenga nada que ver con el otro». Extrae estas conclusiones después de que durante la comparecencia de Borja, el juez instructor Ángel de Pedro no haya formulado ninguna pregunta a este respecto al exjugador.

Además, se reafirma Joan Castelló en sus impresiones al salir del Palacio de la Justicia de Huesca en las que aseguraba que estaba confiado en que la implicación de su cliente en el caso Oikos se iba «a quedar en nada» y confiaba en «no llegar ni a juicio». Una sensación que para él se acrecienta, «a medida que van pasando las cosas y vas conociendo más».