Javi Sánchez entró por primera vez esta temporada en la convocatoria. Carlos Gil-Roig
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'Te prometo que cambiaré'

Opinión ·

«Ver a Javi Sánchez en la convocatoria del partido ante el Real Zaragoza me pareció, sin rodeos, un insulto y una falta de respeto al aficionado»

Alberto Cuesta

Lunes, 8 de septiembre 2025, 17:50

No creo que haya una situación tan repetida en las comedias románticas o en las relaciones tóxicas como esa en la que uno le promete ... al otro que cambiará, que se convertirá en una persona diferente y que todo será mejor, más bonito y perfecto desde ese momento. Sin embargo, al final todo sigue igual, nada cambia y las palabras se las lleva el viento. Puro cliché cinematográfico y del costumbrismo patrio que el Real Valladolid, a su manera, se encarga de recordarme habitualmente.

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Desde hace tiempo, no importa si el propietario es español, brasileño, mexicano o camboyano; da igual si el entrenador es uruguayo, vasco o murciano, y es indiferente la calidad o profesionalidad de la plantilla. Por mucho que llegue gente nueva y nos llenen los oídos de palabras bonitas, parece que hay cosas que no cambian. Ver a Javi Sánchez en la convocatoria del partido ante el Real Zaragoza me pareció, sin rodeos, un insulto y una falta de respeto al aficionado que ha soportado la peor temporada de la historia y ha sufrido tres descensos seguidos con él como uno de los protagonistas destacados. La plantilla ha cambiado y el perfil de futbolista que se ha firmado es radicalmente opuesto a lo que había. Por eso, mantener a Javi Sánchez pone en riesgo el cambio de rumbo que ha tomado la nueva dirección deportiva. Si algo no se hace bien y se confía en la suerte, por desgracia, suele acabar pasando algo que empeora la situación. Lleva siendo así demasiados años como para no desconfiar ahora.

Había un anuncio de una casa de apuestas, de cuyo nombre no quiero acordarme, que decía: «el fútbol es descomplicado». Un eslogan muy acertado en el que incluyo a los aficionados porque también somos muy básicos. Si gana nuestro equipo «somos» los mejores, vamos a ascender, ganar la Liga o el Mundial, pero si pierde «son» una panda de perdedores fracasados y hay que echar hasta al jardinero. Soy el primero que sufre cambios de opinión al más puro estilo de un adolescente con las hormonas disparadas, pero hay un mínimo de criterio que se debe mantener.

Ganar un partido no debe esconder problemas de la misma forma que perderlo no debe exagerarlas, pero es necesario que haya errores que no se sigan repitiendo y aficionados que no paren de recordarlo para que las cosas cambien y las promesas se acaben cumpliendo.

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