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Villamuriel celebra su tradicional reparto de pan, queso y vino
El Ayuntamiento de la localidad cerrateña reparte alrededor de 3.000 raciones entre los villamurielenses y visitantes
Villamuriel de Cerrato ha celebrado este sábado grande en honor a San Roque. Los actos comenzaron con la eucaristía solemne en la iglesia parroquial de ... Santa María la Mayor. Durante la celebración, presentaron el pan, vino y queso para su bendición, como una de las señas de identidad y tradición de la fiesta.
Por la tarde, se llevó a cabo el reparto de estos productos básicos en la alimentación tradicional y en la agricultura y ganadería locales. En un primer momento, el reparto se llevó a cabo en el Hogar del Pensionista. Posteriormente, amenizados al son de dulzaina y tamboril, los villamurielenses se concentraron en las inmediaciones del Ayuntamiento para recoger los productos de la tierra, tras esperar pacientemente en la fila preparada para la ocasión y haciendo frente a las elevadas temperaturas de la jornada.
«El reparto de pan, vino y queso es uno de los actos tradicionales de nuestras fiestas. Es muy curioso ver a cada villamurielense con su botella, que se le llena de vino, mientras que el queso y el pan se dan en la mano. Es un acto muy típico y querido por todos los vecinos, símbolo de la hermandad», comentó el alcalde, Roberto Martín. Durante el reparto, estuvieron presentes los miembros de la corporación municipal, el párroco de la localidad y otros colaboradores. El Ayuntamiento ha adquirido el vino en la Bodega de Remigio de Salas, en Dueñas, el queso en Fuentes de Nava y el pan en los dos obradores de la localidad, Panadería San Francisco y 'Nuevo Horno del Cerrato'.
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«Villamuriel es un pueblo acogedor y unido»
La fiesta de San Roque está unida a los actos religiosos y al tradicional reparto de pan, queso y vino. Un acto de hondo calado entre los vecinos que refleja la hospitalidad del pueblo, especialmente en tiempos de pandemia. Esta tradición data de mediados del siglo XVI, después de varios años de sequía y hambruna que afectaron la vida de la localidad. Por este motivo, la iglesia y las autoridades municipales decidieron entregar a los vecinos pan, queso y vino para paliar el hambre. Un acto que se viene repitiendo cada 16 de agosto, como símbolo de hermandad y unión entre los vecinos.
Un año más, los villamurielenses han disfrutado del reparto de los productos de la tierra, manteniendo la tradición transmitida de generación en generación. Porque andar el camino y celebrar la fiesta compartiendo pan, queso y vino siempre es motivo de hermandad, armonía y alegría.
Unido a este ambiente festivo se llevó a cabo una quedada para bailar la jota de Villamuriel de Cerrato, de reciente creación. Por este motivo, la localidad cuenta con un tutorial para que todos los villamurielenses aprendan los pasos. Decenas de vecinos se dieron cita para bailar con orgullo la jota de Villamuriel acompañados del Grupo local de Danzas 'Aldaba' y los dulzaineros 'Esclusa 33', que pusieron color a la fiesta con las jotas de la tierra y el vistoso lazo.
El propio alcalde danzó la jota de la localidad y se mostró muy orgulloso de mantener estas costumbres. De hecho, este año se notó un incremento de participantes debido a que este acto contaba para el 'Medallómetro 2025' en el que compiten las peñas.
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