Vacaciones con final feliz en el Hospital Río Carrión de Palencia
Luis Pavón ingresó en el hospital por coronavirus un día después de volver de Benidorm y a sus 88 años recibió el alta el pasado domingo
Vaya por delante que esta historia de los Pavón-Franco tiene un final feliz, aunque durante casi 20 días el sufrimiento se adueñara de este matrimonio residente en Guardo (Palencia) y de sus ocho hijos. Del Covid-19 se sale, aunque se sumen 88 primaveras y se padezca una infección respiratoria. Y si no que se lo pregunten a Juan Felipe Pavón, aunque todo el mundo le llama Luis, cosa de su abuela.
El relato arranca a mediados de marzo, cuando este matrimonio entre Pavón, natural de la provincia de Cáceres y Julia Franco, nacida en Celadilla del Río, volvían de Benidorm después de estar cinco días en la localidad alicantina. La situación se empezaba a complicar y las vacaciones organizadas por el Imserso se cortaban para poner rumbo a Palencia. Pero el regreso anticipado no era el mayor de los problemas para Luis y Julia. Un día más tarde, en la comida, empezaron los primeros síntomas de Luis, que presentaba fiebre y malestar.
Una llamada telefónica al centro de salud le puso rumbo al hospital Río Carrión de Palencia sin apenas despedirse de su mujer y sus hijos. El Covid-19 acechaba y no se podía perder ni un minuto. 24 horas más tarde se confirmaba el positivo y empezaban los días más duros para Luis y Julia. Una aterradora soledad en la décima planta del hospital con Luis y una sensación similar en el norte de la provincia con Julia. «No se lo deseo a nadie. Solo pensar que tenía tres hijas en Palencia y que no podían ir a verle... Es una persona que está rodeada de gente y todos se entregan a él con cuerpo y alma», apunta Julia mientras su marido cumple ya su estricta cuarentena en Guardo.
En la habitación 107 luchó contra el coronavirus Luis. No pensaban ni los 88 años, ni su bronquitis crónica. Cada día que pasaba se agarraba un poco más a la vida, hasta que los médicos empezaron a dar buenas noticias al anunciar que Luis saldría de esta situación. Y eso fue el pasado domingo, cuando volvió a sentir el calor de su mujer, aunque sin abrazos ni besos, todavía. «No viviremos días suficientes para agradecer a este equipo médico lo que han trabajado para salvarle. La neumóloga María del Carmen Fernández informaba todos los días. Encima han mandado un escrito agradeciendo su comportamiento. Le salvan y le dan las gracias. », agradece Julia, quien manda un mensaje de optimismo a la población. «De esta enfermedad se sale, aunque tengas patologías previas o seas mayor», incide Julia.
Ahora, Luis vuelve a su vida normal. Ligeras secuelas del coronavirus en forma de tos, pero que no le privan de hacer sus ejercicios diarios de gimnasia junto a Julia, aunque con la distancia de seguridad. Y es que la historia que empezó con una vacaciones en Benidorm concluyó en el hospital Río Carrión de Palencia, pero comiendo perdices.