Trinidad Arroyo y Alonso Berruguete imparten con éxito otra modalidad de excelencia

Milagros Casado es una de las docentes. Profesora titular de la Universidad de Valladolid en Ingeniería Agrícola y Forestal y también tutora de segundo de BIE, bajo su supervisión, dos alumnos del IES Trinidad Arroyo se encuentran realizando el proyecto de segundo curso sobre ensayos no destructivos en dos especies de madera. «La experiencia es muy enriquecedora porque son chavales muy aplicados que cumplen con los objetivos que se les plantea y que además hacen propuestas interesantes, preguntas y se interesan por toda la temática que trabajamos aquí», explica Milagros Casado, profesora de segundo curso.

Pablo Marcos y Rodrigo Acero, dos alumnos que se encuentran bajo la tutorización de Milagros Casado, explican que escogieron este bachillerato debido a su importante carga práctica y por la oportunidad de realizar diferentes investigaciones. El método de trabajo fue determinante para decantarse por el BIE. «Esta formación te prepara en diferentes ámbitos y creo que es importante para el futuro. Surgió la oportunidad, se nos comentó en el instituto y desde el primer momento me decidí por ello. La carrera que quiero estudiar está muy relacionada y es una preparación extra», explica Pablo Marcos.

Un esfuerzo que los jóvenes consideran que merece la pena a corto y medio plazo, ya que la carga lectiva extra les puede servir para su formación académica. «Son dos horas más que igual que las inviertes en tu tiempo libre las puedes invertir aquí», agrega Rodrigo Acero.

La otra vertiente del Bachillerato de Investigación y Excelencia (BIE) en la rama de Humanidades y Ciencias Sociales se oferta e imparte en el IES Alonso Berruguete desde el curso 2015-2016. El número de alumnos no ha dejado de aumentar y ahora mismo se sitúa en veinte y dos. Unos jóvenes que según explica David Ruiz, coordinador del BIE en el IES Alonso Berruguete, no tienen por qué ser especialmente brillantes, aunque se pide una media mínima de siete en la ESO, «pero que sí tengan interés por aprender».

«Los chavales salen muy contentos y vemos que tiene un verdadero impacto en la universidad. Salen muy preparados en disciplinas que después se les pide como la redacción, la oratoria o el debate, además de saber realizar diferentes investigaciones basadas en la consulta de fuentes», explica David Ruiz.

Tras su paso por este BIE, los alumnos deciden diferentes caminos profesionales que van desde el estudio de una carrera universitaria en Palencia, como también fuera en ciudades como Valladolid o Madrid. Otros muchos deciden cursar otro tipo de formaciones, como una alumna que ha terminado el Basque Culinary Center. «Son alumnos curiosos y que tienen proyección de futuro. Son alumnos con capacidades diferentes de aprender y de adaptarse. En definitiva, resolutivos y eso es lo que se pide a la hora de cursar una formación como esta para que el resultado sea satisfactorio», concluye David Ruiz.