El CTR trabajará para eliminar el vaso de residuos y que toda la basura se recicle
Acciona ya dirige el ecoparque de Valdeseñor, con 49 trabajadores, con el objetivo de reducir a cero los desechos
La playa de descarga es el lugar al que llegan los residuos desde los camiones de basura. Ahí se inicia todo el proceso que se lleva a cabo en las instalaciones del Centro de Tratamiento de Residuos de Palencia. Tiene una capacidad de 500 toneladas de residuos y el objetivo es que todos los residuos tengan una segunda vida y no haya nada de rechazo. Economía circular.
El Consorcio Provincial de Residuos, presidido por Ángeles Armisén y con Mario Simón como vicepresidente, firmó ayer un nuevo contrato -por diez años prorrogables- de gestión de los residuos sólidos urbanos de toda la provincia con la empresa adjudicataria Acciona.
«La gestión de residuos es un proyecto que está al servicio de los ciudadanos y Acciona ha cumplido con creces el objetivo de esta contratación, que es el máximo aprovechamiento del residuo y el mínimo rechazo. La oferta que ha presentado Acciona es con rechazo cero al vertedero», afirmó ayer la presidenta del Consorcio y de la Diputación, Ángeles Armisén, instantes después de firmar el contrato de gestión en las instalaciones del Centro de Tratamiento de Residuos.
El nuevo contrato asciende a 24,2 millones de euros (2,4 millones por año) para gestionar los residuos sólidos urbanos de toda la provincia y aprovechar al máximo los materiales y productos de valor y rechazo cero. El precio que se facturará al Consorcio por cada tonelada que se trate en el CTR será de 35,20 euros, lo que supone un ahorro de 9,36 euros por tonelada, el 21% sobre el precio base de la licitación.
«Para nosotros es un día muy importante en el que iniciamos la operación de este complejo ambiental y desarrollamos este proyecto, que está alineado con la política de la compañía que es la sostenibilidad y la economía circular», señaló, por su parte, Javier López Buciega, director de Servicios Urbanos y Medio Ambiente de Acciona.
El proceso comienza en la playa de descarga, que es el lugar donde se deposita toda la basura recogida por los camiones
La nueva adjudicataria se ocupará del Centro de Tratamiento de Residuos y también de las instalaciones anexas, como la gestión del sellado de Valdeseñor y el aprovechamiento del biogás, junto con las cuatro estaciones de transferencia de la provincia (Guardo, Aguilar de Campoo, Saldaña y Osorno) y los dos puntos limpios ubicados junto a las mismas; así como una nueva estación de transferencia de envases, que se ubicará en Osorno.
Toda la plantilla, 49 empleados, continuarán trabajando en el CTR, a partir de ahora a las órdenes de Acciona. Y también recibirán formación acorde a las nuevas necesidades e infraestructuras que se van a ir implantando en los próximos meses.
Armisén quiso agradecer la labor de Urbaser, empresa que ha estado durante estos años a cargo del CTR. También, vestidos todos con chalecos amarillos y con un intenso aire que acompañaba, dijo unas palabras para inaugurar el nuevo proyecto que arrancó ayer mismo. «Mucho ánimo. Empezamos una nueva etapa y gracias a Acciona», señaló antes de visitar las instalaciones.
Uno de los objetivos es no necesitar el vaso de residuos, donde van a parar todos los que no han podido reconvertirse y tener una segunda vida. Antes de esto, arranca el proceso, con el camión de la basura descargando en la playa de residuos.

Ahí se divide ya la basura en dos playas distintas: RU, con los residuos urbanos -contenedor verde- y EELL, con los plásticos y envases -contenedor amarillo-. Dentro de cada línea, funcionan por distinto, se separan por el origen y se busca darles una segunda vida comercial -electricidad, plástico, compost...-. Y es que no es lo mismo un brik que una bolsa de plástico, a la hora de trabajar con ello para reciclarlo.
«El proceso comienza en los hogares, separando, reciclando y a partir de ahí cuando ya depositamos las distintas bolsas de basura en los contenedores, llegan aquí y procedemos a separar y a reciclar», explicó Jorge Ferrari, gerente de Acciona en el CTR, mientras una pala movía residuos al fondo.
En la zona de biometanización es donde se lleva a cabo el proceso de transformar la basura en gas metano. Después de este espacio, se encuentra el digestor y el gasómetro, donde se acumula el metano. Los residuos que, hasta el momento, no lograr una segunda vida son depositados en el llamado vaso de residuos. Al actual, situado en el mismo CTR, ya solo le quedan 18 meses de vida, pero todo depende del ritmo de llenado.
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