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Un agente de la Guardia Civil junto a unas cajas de níscalos recolectadas de forma ilegal. El Norte
Las sanciones por recolección ilegal de setas en Palencia se multiplican por 12

Las sanciones por recolección ilegal de setas en Palencia se multiplican por 12

De los 18 kilos de níscalos requisados en 2018 se ha pasado a los 160 intervenidos por la Guardia Civil de Palencia en lo que va de temporada micológica en la provincia

Marco Alonso

Valladolid

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Domingo, 17 de noviembre 2019, 08:28

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La temporada micológica está siendo un éxito. Los amantes de las setas están disfrutando, al fin, de un buen año después de varias campañas de cestas vacías. Esa es una buena noticia para los recolectores que cumplen escrupulosamente con las normas, pero también para los furtivos, que este año han vuelto a llevar sus furgonetas al monte, dispuestos a cargarlas hasta arriba de setas sin cumplir con la Ley de Montes.

Las precipitaciones registradas en otoño han permitido que los níscalos, prácticamente ausentes en las secas campañas micológicas anteriores, hayan comenzado a salir en los pinares de la provincia y, con su llegada, también han brotado las grupos organizados de recolectores ilegales, que peinan los montes sin cumplir la normativa en busca de estas delicias micológicas. Una prueba de ese aumento del número de recolectores ilegales esta temporada es el número de denuncias efectuadas por la Guardia Civil, que esta campaña se ha multiplicado por 12 con respecto al año pasado. Y es que, de las nueve denuncias de 2018 se ha pasado a las 114 interpuestas este año.

94 de los 160 kilos intervenidos fueron localizados enOlmos de Pisuerga

El níscalo es la estrella de los montes de la provincia y también el hongo más buscado por los furtivos, ya que todas las setas incautadas en los dos últimos años pertenecían a esta especie. De los 18 kilos de níscalos requisados la campaña pasada en la provincia se ha pasado a los 160 kilos intervenidos este año, unos datos de decomisos en los que puede sorprender la ausencia de boletus, aunque la razón de la falta de esta especie en las incautaciones es que aún no ha habido grandes brotes y parece complicado que los haya, ya que las heladas han hecho acto de presencia en el norte, donde esta especie suele aflorar con más frecuencia.

78 de las 114 denuncias formuladas este año se interpusieron a recolectores que se excedieron de los cupos de recogida y transporte o que recogieron en acotados sin autorización. Mientras que las 36 denuncias restantes se presentaron por vulnerar la normativa sanitaria, ya que las setas que tienen como destino la comercialización para consumo humano tienen que cumplir unos determinados requisitos, tal y como explica el jefe de la patrulla del Seprona de Palencia. «En el caso de que exista una intoxicación, la autoridad tiene que saber, mediante la trazabilidad, dónde se ha recolectado esa seta, quién la ha recolectado y los intermediarios por los que ha pasado. Estos recolectores ilegales, cuando venden las setas a los intermediarios o a los almacenistas no acreditan el origen, pese a que el comprador está obligado a verificarlo. Eso rompe la cadena de trazabilidad alimentaria, con lo cual se denuncia también ante Sanidad porque estas setas son alimentos», asegura el agente.

«El 90% de los recolectores esporádicos desconoce la legislación vigente», reconoce el jefe del Seprona

De los 160 kilos intervenidos este año en Palencia, 94 fueron requisados en los montes de la Junta Vecinal de Olmos de Pisuerga –pedanía de Herrerade Pisuerga– al mismo grupo organizado, conformado por cinco personas de origen búlgaro vecinas del municipio vallisoletano de Peñafiel y once temporeros rumanos que llegaron desde su país con el objetivo de recolectar setas durante la campaña. «La actuación se llevó a cabo a requerimiento ciudadano. Un vecino que estaba recolectando observó que había unas personas que no le cuadraba que pudieran estar recogiendo de forma legal y llamó al 112», explica el jefe del Seprona.

La treintena de agentes del Seprona de Palencia están inmersos de lleno en las labores de búsqueda e identificación de recolectores ilegales en distintos operativos, en los que también están involucradas todas las especialidades y unidades de la Comandancia, especialmente los agentes de seguridad ciudadana. Pero no todas las infracciones se perpetran por grupos organizados, y es que los recolectores esporádicos también vulneran la ley, en muchos casos por falta de información, aunque ya se sabe que el desconocimiento de la normativa no exime de su cumplimiento. «El 90% de los señores que van con su cesta y recogen cuatro cosas para consumo propio desconocen la normativa, y eso es un problema. Es importante que este tipo de recolectores se fijen en los carteles que hay a la entrada de los caminos para evitar problemas», recalcan desde la Guardia Civil.

La Guardia Civil ha visto baterías, ruedas y latas de aceite tiradas en los campamentos ilegales

En 2017 entró en vigor un decreto que divide los terrenos en acotados –en los que solo puede coger setas con permiso de recolección–, reservados –en los que solo pueden recolectar los titulares de los terrenos o personas que ellos autoricen de manera expresa y fehaciente– y libres –en los que se puede recolectar hasta un máximo de tres kilos por persona y día–. La cartelería homologada necesaria en cada terreno aún no ha sido instalada en todos los montes, aunque a partir de enero de 2019, los accesos a todos estas zonas deberán estar convenientemente señalizados para que las personas que recolectan en ellos sepan a qué atenerse en cada caso.

Un agente, junto a los 54 kilos de níscalos requisados la semana pasada en Olmos de Pisuerga.
Un agente, junto a los 54 kilos de níscalos requisados la semana pasada en Olmos de Pisuerga.

Los datos

  • 144 Es el número de denuncias por recolección ilegal de setas interpuestas este año por los agentes de la Guardia Civil en la provincia.

  • 9 Es el número de denuncias formuladas el pasado año en la provincia por recolección ilegal de setas.

  • Multas de 100 a 100.000 euros. Las infracciones a la Ley de Montes pueden ser leves o graves, dependiendo de factores como la reincidencia o la afección al terreno. Las sanciones leves llevan aparejada una multa de 100 a 1.000 euros y las graves, de 1.000 a 100.000 euros.

  • Sólo niscalos. El níscalo es el producto micológico comestible más apreciado de los que han brotado en los montes palentinos, prueba de ello es que en los dos últimos años solo se ha decomisado esta especie en la provincia a los recolectores ilegales.

En el caso concreto de Palencia, actualmente hay 31 los cotos que suman entre todos ellos 34.500 hectáreas, lo que representa solo el 4,3% de la superficie total de la provincia. La mayoría de los territorios acotados se encuentran en el norte, mientras que en el sur solo está registrado Ampudia. «La mayoría de los titulares son ayuntamientos. Los acotados están en las zonas en las que hay muchas setas, porque donde no salen muchas, no hay negocio», explican desde el Seprona, que recuerdan que la normativa de cada coto es distinta y el titular está obligado a describir en cada permiso expedido las condiciones del aprovechamiento, por lo que todos los recolectores que sacan la licencia están informados de los cupos y tamaños permitidos en cada aprovechamiento.

Las setas incautadas se pisan en el monte para que las esporas caigan en el lugar de origen

Pese a que esa información está detallada en cada licencia, se dan casos de personas que incumplen la normativa y de otras que acceden a los acotados sin permiso. La colaboración ciudadana es fundamental para que la Guardia Civil se percate de estas malas prácticas, consiga dar con los infractores y logre decomisar las setas recolectadas de forma ilegal. Esos decomisos que realizan los agentes, por desgracia no se pueden destinar al consumo humano, ya que una mala identificación por parte del recolector ilegal puede acarrear problemas graves a las personas que ingieran estas setas, así que todas las delicias micológicas incautadas acaban destruidas, tal y como explica el jefe del Seprona. «El criterio de las últimas actuaciones ha sido su destrucción porque si lo entregas al titular del acotado a una sociedad benéfica para su consumo, esas setas no han pasado un control sanitario. Lo que hacemos es tirarlas en el monte y pisarlas para fomentar que las esporas caigan de nuevo en el lugar de recolección», concluye el jefe de la patrulla del Seprona de Palencia.

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