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Gaspar llega a la Plaza Mayor.

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Gaspar llega a la Plaza Mayor. Antonio Quintero

Los Reyes Magos llegan a Palencia

Sus Majestades de Oriente dejan una estela de regalos, caramelos y luces de colores en su visita a la capital palentina

José María díaz

Palencia

Sábado, 5 de enero 2019, 22:20

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Los Reyes Magos llegaron a Palencia acompañados del buen tiempo. Con una sorprendente casi agradable temperatura, sus Majestades de Oriente fueron desfilando por el centro de la capital palentina, acompañados de más de quinientos figurantes, que se distribuyeron a lo largo de todo el recorrido en diferentes carrozas, grupos de animación y también séquitos de árabes, egipcios, persas, romanos o pastores, que de todo hubo.

Abrieron la Cabalgata, como en años anteriores las carrozas dedicadas al mundo de los cuentos y de la animación infantil, con escenas navideñas o de películas de éxito, como las de la saga de 'Buscando a Nemo', alternándose además con exhibiciones gimnásticas, de baile o incluso de patinadores. Aunque de todos estos grupos, el más llamativo fue el que iniciaba el cortejo, un caballo de gigantes dimensiones que ha desfilado anteriormente en otras muchas cabalgatas reales. Con cerca de cuatro metros de altura, el espectáculo 'Caballo real' logró asombrar al numeroso público que se había congregado a lo largo de todo el recorrido, desde el Campo de la Juventud hasta la Plaza Mayor.

Pero a pesar de todo, fue esta primera parte de la Cabalgata palentina la más deslucida, por la falta de conexión entre las diferentes carrozas y el escaso acompañamiento musical. Esta circunstancia hacía que los esfuerzos de los diferentes grupos deportivos palentinos que se sumaron a la cabalgata, como los clubes de gimnasia, las academias de baile o los patinadores quedaran un tanto enmascarados y sin brillantez.

No gustó tampoco a buena parte del público la decisión establecida por medidas de seguridad de no arrojar los caramelos desde las carrozas y únicamente entregarlos en mano, puesto que se pierde buena parte del encanto. Por ello, en determinados momentos y, saltándose esos protocolos de seguridad, tanto los pajes, como los integrantes de los séquitos reales e incluso de los grupos de animación, no dudaban en arrojar los caramelos entre el júbilo de los asistentes y el enfado de los miembros de Protección Civil que jalonaban el recorrido y que se veían por momentos impotentes para controlar a los niños que rompían los cordones de seguridad y se abalanzaba sobre el espacio reservado para el paso de la carrozas para hacerse con algún caramelo perdido. Un peligro, sin duda, pero también los momentos de mayor emoción de la Cabalgata.

Pero no solo por los caramelos había gritos, se repartían también barritas luminosas y cada vez que pasaba uno de los porteadores con sus bolsas repletas el público enloquecía y decenas de manos se levantaban con ansiedad. Al final, buena parte del recorrido quedó alumbrado por las luces de colores de tecnología LED que se fueron repartiendo a lo largo de toda la Cabalgata.

Una vez superados los grupos de animación y las carrozas de los personajes de película, con la llegada de los personajes tradicionales navideños, el desfile adquirió una mayor entidad y se volvió más ordenado y conjuntado. La música que acompañaba a las carrozas de los Reyes Magos tenía mucha más intensidad y una uniformidad que contrataba con la primera parte del desfile. Además, comenzaban a pasar algunos de los personajes favoritos de los más pequeños, los pastores acompañados de sus borricos, ovejas, cabritillas y también, cómo no en Palencia, las ocas del frutero Miguelín, una delicia con su habitual bola navideña colgando del estilizado cuello.

También tuvo ayer un sabor muy especial el espectáculo final de la Plaza Mayor. Tras el tradicional saludo de los Reyes Magos desde el balcón del Ayuntamiento y el paseo por la Plaza camino del portal para adorar al Niño Jesús, llegó el turno de los villancicos, primero el histórico 'Ea', con la participación de un grupo de danzas, pero después una espectacular actuación música con un grupo especializado en percusión, que le dio un toque muy diferente a los villancicos.

Mientras, desde los balcones del Consistorio una muy animada Selección Española de Balonmano se divertía haciéndose fotografías y estrechando la mano de los Reyes Magos, tras el éxito cosechado horas antes en el Pabellón de Deportes.

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