«No quiero que se conozca a Ucrania por la guerra, tiene cosas muy buenas»
Natalia Lylvynenko vive desde Palencia el conflicto de su país natal a través de sus padres, que residen a veinte kilómetros de Kiev
PALOMA AGUADO
Palencia
Lunes, 31 de enero 2022, 00:10
El conflicto entre Ucrania y Rusia ha vuelto a poner el foco mediático en los países del este. La palabra 'guerra' ocupa titulares desde el ... pasado mes de diciembre, cuando ambos países comenzaron a movilizar sus tropas en la frontera. Natalia Lylvynenko vive cada día el conflicto desde Palencia, a más de 3.600 kilómetros de su hogar, la ciudad ucraniana de Cherkasy. «Allí continúan viviendo mis padres. Hacen su día a día igual, porque además, esta tensión siempre la han vivido», explica.
De hecho, Natalia decidió emigrar de Ucrania con tan solo 18 años. Quería probar suerte en otros países y construir «un futuro mejor». A sus 43 años, asegura encontrarse «muy feliz en Palencia» desde que llegó con tan solo 20 años. Antes de asentar sus raíces en la capital palentina, Natalia pasó por Alemania, Chequia y Polonia, entre otros países. «Tenía claro que no quería quedarme en Ucrania. Sabía lo que me esperaba, casarme con 18 años para tener una familia. Cuando vivía allí no estaba tranquila ni libre».
Ahora, con el conflicto con Rusia y la intervención de las potencias occidentales y europeas, su país vuelve a estar en el punto de mira. «Mis padres están tranquilos. Ellos han vivido toda la vida este conflicto. De pequeña me cambiaron el pasaporte tres veces, de ruso a ucraniano, de ucraniano a ruso», confiesa Natalia, que explica que mucha gente, durante estos años, también abandonó el país para buscar mejores oportunidades. De hecho, en Palencia tiene un grupo de amigas rusas, ucranianas y moldavas. «En Palencia somos unas cuantas y nos llevamos muy bien. Eso sí, entre nosotras no hablamos de política y cada una tenemos un carácter». De hecho, una de sus amigas tiene un retrato del presidente ruso Putín en el salón, un claro reflejo de la disparidad de opiniones entre ellas.
Hace cinco años que no va a Ucrania. Primero, por la crisis de la covid-19. Ahora, por la tensión que se vive en su ciudad Cherkasy, que se encuentra a veinte kilómetros de la capital. Sin embargo, sus padres acudían a España, concretamente a la Ciudad Condal, cada verano. «Ellos nunca han venido a Palencia, pero nos veíamos en Barcelona. Los vuelos eran mucho más baratos», explica Natalia. «Yo explicaba la situación entre Barcelona y España como algo similar a lo que ellos viven con Rusia y Ucrania», añade.
La casi ya palentina Natalia, después de más de 20 años viviendo en la ciudad, tiene también un hermano de 40 años que vive en Ucrania. El conflicto ha llegado a influir en la relación entre los miembros de su familia. «Mi hermano es muy ucraniano, casi no hablamos con él. Me dice que he vendido a Ucrania por tener una buena vida». Sin embargo, Natalia no fue la única que tomó esta decisión. Sus padres, todavía con la peseta vigente, vinieron a probar suerte a Reinosa y Santander. «Estuvieron menos de un año, a mi madre no le gustaba. Decía que había mucha fiesta y mi padre se despendolaba», manifiesta entre risas.
Además, la tensión en Ucrania ha despertado miedos en la población, e incluso mucha gente se plantea emigrar a zonas más seguras. Los padres de Natalia, con más de 60 años a sus espaldas viviendo en el país, no tienen entre sus planes emigrar. Sin embargo, sí es una situación que se han planteado en la familia en el supuesto de que estallara el conflicto bélico. «Hemos planteado la situación de que mis padres, si empieza la 'guerra guerra', se vengan con su coche como refugiados. También de ir yo como voluntaria», declara Natalia. Sin embargo, ni ella ni su familia cree que Rusia ataque a su país. «Yo lo veo todo como una broma. Miedo tengo, pero no creo que vaya a llegar a nada. Estas tensiones siempre han existido y se deben a intereses económicos».
Natalia sostiene que su familia está más preocupada por el covid-19 que por el conflicto. «Mi padre dice que no quieren nuestros barcos, que nosotros les mandamos el covid», asegura Natalia, mientras explica cómo ella ha sido quien les ha suministrado mascarillas y gel durante la pandemia.
En lo que sí están de acuerdo, es en querer vivir con tranquilidad. Y además que a Ucrania se la conozca por algo más que no sea el conflicto armado. «Antes la gente me preguntaba dónde está Ucrania. Ahora está en todos los medios, pero me gustaría que la gente no conociese a Ucrania por la guerra. Tiene muchas otras cosas buenas. Por ejemplo, mujeres valientes y trabajadoras como las que estamos en Palencia».
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.