«No queremos que Palencia sea una ciudad para ciegos, sino accesible»

Entre las principales preocupaciones se sitúan las terrazas, que se descontrolaron durante la pandemia y ocupan aceras, aparcamientos, calles y plazas, convirtiéndose en un obstáculo para las personas ciegas o con visibilidad reducida. «Durante la pandemia se instalaron terrazas por todas partes y para nosotros esto es una carrera de obstáculos», afirma Alejandra Rodríguez, que no quiere decir con ello que se quiten las terrazas, sino que se regulen los pasos y se señalicen correctamente para facilitar a las personas que tienen dificultades de visión o de cualquier otro tipo el tránsito por las calles de la ciudad.

Los semáforos sonoros son otra de las peleas de la ONCE en cuanto a la accesibilidad de las ciudades. Y los encaminamientos que se establecen en las aceras y dirigen hacia los pasos de peatones son otra de las reivindicaciones habituales para garantizar «una accesibilidad mínima». Sin embargo, en lo que a los encaminamientos se refiere, «hay pocos y algunos te encaminan a nada o a la carretera directamente», avisa Rodríguez, que no quiere decir que Palencia esté peor en este sentido ya que es algo que sucede en muchas ciudades de España.

También pide que se regule y controle la circulación de coches eléctricos y patinetes que dificultan, por lo silenciosos que son, que las personas ciegas se percaten de su llegada. «A veces se meten por las calles peatonales y nos meten unos sustos de muerte» explica Rodríguez, mientras subraya que en definitiva lo que demanda la ONCE, al igual que otras muchas asociaciones y organizaciones, es «hacer ciudades más amables para todos».

Al respecto, insiste en que se ha avanzado mucho pero todavía sigue habiendo mucho camino por andar con actuaciones y medidas reales y efectivas que, como repite, «beneficiarían a toda la sociedad y más en una provincia como Palencia con una población bastante envejecida que va perdiendo agudeza visual y visión».

Pero que quede claro, puntualiza Rodríguez: «Nosotros no queremos tener una ciudad para ciegos sino una ciudad más amable para todos». Por eso es importante la colaboración de las administraciones y de la sociedad, tanto para detectar dificultades como para darles una solución, que muchas veces pasa por actuaciones muy sencillas y poco costosas.

Por ello, aun sin atreverse a poner una nota a Palencia en accesibilidad porque dice que no lleva demasiado tiempo viviendo aquí, Alejandra Rodríguez no duda en afirmar que siempre hay margen de mejora. «Las instituciones públicas lo saben y son conscientes de las deficiencias y de dónde hay que actuar», sostiene.

Hablando de instituciones dice que todavía no ha tenido la oportunidad de reunirse con la alcaldesa de Palencia, Miriam Andrés, recién llegada al Consistorio, pero no duda de que las relaciones serán fluidas al igual que con el resto de administraciones que siempre son muy receptivas a sus necesidades.

Y asegura que la ONCE tiene una gran implantación en Castilla y León y en Palencia donde es una organización «conocida, querida y reconocida» por los palentinos. «El simple hecho de acercarse a comprar un cupón reporta mucho más que el premio que puede conllevar, porque la ONCE lo destina a prestar servicios que hacen más fácil la vida a sus afiliados», concluye.