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Venta de Baños se convirtió el lunes en parada obligada durante diez largas, larguísimas horas para más de 300 pasajeros de tren que resultaron damnificados por el apagón de luz generalizado en España. Más de 200, los que viajaban en un Alvia que cubría el trayecto entre San Sebastián y Madrid y que quedaron detenidos a unos dos kilómetros de la estación de tren venteña, cerca de la planta cementera de Hontoria. El otro centenar, los que viajaban en otro tren de Media Distancia que cubría el trayecto inverso, entre Madrid y San Sebastián, y que logró llegar a la estación de Venta de Baños por la propia inercia de la unidad.
En todos ellos volcaron su atención los vecinos de Venta de Baños, empezando por su alcalde, el socialista José María López Acero, quien, acompañado por el concejal Diego Vázquez y por la Guardia Civil de Tráfico de Palencia, abastecieron primero a los pasajeros varados en la nada, sobre las vías del tren, y después a los que lograron llegar a la estación venteña. Los agentes del instituto armado se encargaron de transportar en un vehículo las 240 botellas de agua que el alcalde de la localidad venteña, José María López Acero, y el concejal Diego Vázquez se encargaron de comprar en un supermercado para hacérselas llegar a los viajeros que se encontraban en el Alvia a dos kilómetros de la estación.
«Me sorprendió lo calmados que estábamos todos los pasajeros. Al principio no nos dejaban bajar del tren, a las dos o tres horas abrieron las puertas para que entrara el aire y luego ya nos dejaron bajar a la otra vía para poder ir al baño y estirar las piernas. Yo venía de Vitoria hasta Valladolid, de donde soy, y sobre las 20:00 horas me vino a buscar mi familia en coche para llevarme a casa», comentaba el joven Alejandro Pérez, pasajero del Alvia que cubría el trayecto entre San Sebastián y Madrid, que no sabía este martes cómo concluyó la desventura del resto de compañeros de viaje. Aunque en principio se barajó que fuera remolcado hasta la estación de Venta de Baños, finalmente el tren puso seguir su camino hasta la estación de Valladolid sobre las 22:30 horas al recuperarse la tensión en la línea. Allí, en torno a las 01:00 horas ya del martes, muchos de los pasajeros continuaron viaje en el mismo tren hasta Madrid y a los que tenían otros puntos de destino, se les alojó en hoteles de Valladolid para, a primera hora de la mañana, seguir su camino.
En el otro tren de Media Distancia que realizaba el trayecto entre Madrid y San Sebastián y en el que viajaban un centenar de pasajeros que pudieron llegar a la estación de Venta de Baños por la propia inercia del convoy tras el apagón eléctrico se encontraban Abraham y María, una pareja que viajaba desde Valladolid hacia Miranda de Ebro.
«A las 12:00 horas salimos de Valladolid y poco antes de llegar a Venta de Baños se notaron como dos paradas eléctricas, muy cortas. Luego llegamos al pueblo y llevamos aquí desde las 12:30 horas», relataba Abraham. La pareja, que logró coordinarse con su hijo para ser recogidos en coche, se consideraba afortunada. «Hemos tenido mucha suerte porque el tren paró en un andén. Delante de nosotros había un Alvia detenido en mitad del campo, donde los pasajeros no podían bajar», añadía.
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La situación, aunque tensa, fue aliviada por la generosidad de los vecinos de Venta de Baños. «El alcalde y la Policía Municipal nos han acercado comida y bebida», explicaba María, a quien mantiene en vilo la falta de información sobre las causas del apagón. «Nos gustaría saber qué es lo que ha pasado», apuntaba.
Sonia, una periodista de origen colombiano que viajaba hacia Vitoria, ofrecía una perspectiva más amplia sobre la experiencia. Tras un transbordo en Valladolid, su trayecto se interrumpió apenas media hora después, cuando el tren comenzó a desacelerarse. «Nos anunciaron que no había luz. Al principio lo tomamos con tranquilidad, con alegría y solidaridad. Pudimos comprar un poco de pan, porque llegué el domingo de Colombia y tenía hambre. Todos compartimos comida y agua», relataba. La empatía de los vecinos, que contactaron a través de redes sociales para ofrecer agua, fue un bálsamo en medio del caos. «Eso lo aprecio mucho», decía Sonia a Ical.
«Creo que es una llamada de atención importante para los gobiernos de este mundo, porque dependemos de nada para mantener la calma y la convivencia. Esto es más grave que una pandemia, porque ha habido gente atrapada en ascensores y túneles», reflexionaba Sonia.
Según comentaba este martes el alcalde de Venta de Baños, José María López Acero, los viajeros de ese tren fueron trasladados a sus destinos sobre las 23:30 horas en tres autocares llegados desde Santander.
Tras la jornada 'horribilis' del lunes para el transporte ferroviario en España, desde la estación de Palencia se incidía este martes en que poco a poco se iba recuperando la normalidad, aunque algunos convoyes no habían podido salir como el Media Distancia de las 5:45 horas a Madrid y otros presentaban retrasos como el Regional procedente de Valladolid con destino a Gijón, que tiene parada en Palencia sobre las 7:45 horas y que salió finalmente de la estación palentina en torno a las 10:15 horas.
En la estación de autobuses, la tranquilidad era la nota predominante este martes, lo mismo que el lunes salvo problemas con algunas puertas del vestíbulo por la falta de suministro eléctrico, lo que obligó a cambiarlas a apertura manual, igual que en los andenes. «Los coches que vienen de Madrid lo hacen con dos o tres horas de retraso, y a las 8:45 horas había mucha gente preguntando para ir a León», señalaban.
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