Palencia recupera la normalidad poco a poco tras cinco horas de apagón

Palencia ha comenzado a recuperar el suministro eléctrico cerca de las 17.30 horas tras más de cinco horas de un apagón general que ha sorprendido a toda la Península Ibérica y ha envuelto de incertidumbre a la mayoría de los ciudadanos.

La hostelería ha sido inicialmente la beneficiada en un mediodía soleado que invitaba a sentarse en las terrazas dada también la imposibilidad de trabajar en la mayoría de empresas, comercios y negocios. Sin embargo, tras los primeros momentos en los que la situación se tomaba como un 'recreo' en la jornada, también las barras hosteleras han empezado a sufrir los inconvenientes de la falta de luz, que condicionaba cualquier movimiento sobre todo en cocina.

Los bares del centro tenían los comedores con reservas a tope, como el Maño, en un lunes que para muchos es jornada de descanso semanal, pero los menús han tenido que ceñirse a ensaladas, ibéricos y algún picoteo frío, en la mayoría de los casos. No así algunos como La Parrilla de Don Jamón, en la que las brasas humeaban y expandían el rico olor de sus carnes a la vez que el fuego iluminaba el local. Ante la idea cada vez más próxima de que la luz se iba restableciendo en otras zonas de España, la incertidumbre se tornaba en esperanza y a la vez mantenía el apetito y las ganas de tomarse un aperitivo al sol, por lo que los hosteleros con sus condicionantes y el miedo a perder lo que almacenan sus cámaras frigoríficas no han sido los peor parados.

La normalidad ha ido retornando a partir de las 17:30 horas a la ciudad de Palencia y a sus entornos, con el restablecimiento progresivo de la electricidad en la mayoría de las áreas. Sin embargo, algunas zonas de Palencia aún permanecen sin suministro, lo que mantiene a los equipos técnicos trabajando contrarreloj para resolver las incidencias.

Los negocios locales y los hogares afectados han enfrentado dificultades durante la mañana, pero la recuperación paulatina del servicio eléctrico está permitiendo retomar las actividades habituales. Los supermercados, otro ejemplo, obligados a cerrar por la imposibilidad de dar servicio en sus mostradores ni cajas, abrían de nuevo de par en par en cuando ha regresado la luz para recuperar la normalidad de una jornada tan insólita.

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