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'Recuerde el alma dormida,/ avive el seso y despierte/ contemplando/ cómo se pasa la vida,/ cómo se viene la muerte/tan callando'. Con los ... primeros versos de las 'Coplas por la muerte de su padre' del paredeño Jorge Manrique quiso comenzar el obispo de Palencia, Mikel Garciandía, su homilía durante la misa funeral por el Papa Francisco, que falleció el Lunes de Pascua, que se ofició este martes en la Catedral de Palencia. Y comenzó la eucaristía de despedida con este poema por un motivo concreto. A finales de septiembre se reunieron y el prelado de Palencia le dijo con orgullo: «Santidad, el otro día usted recitó a Jorge Manrique, pues que sepa que yo soy el obispo de la Diócesis de Jorge Manrique en Paredes de Nava». Este martes, la misma composición sirvió para despedirle, para decir adiós al «humilde servidor de los pobres» y al «luchador incansable por la paz».
El obispo animó a todos los palentinos a «agradecer su inmenso legado» y también «honrar su memoria», a la vez que pidió «para que el siguiente Papa acierte a guiar a la comunidad». La eucaristía, a la que acudieron muchos fieles, contó con el coro de la Catedral de Palencia y una imagen del Papa Francisco, junto con un cuadro de Salus Populi Romani, la Virgen que inspiró al Pontífice y a la que siempre rezaba en Santa María la Mayor, donde ha sido enterrado, cuando tenía que salir de viaje.
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El obispo aludió al apagón del día anterior, que «hizo tambalear muchas certezas, logros que damos por obvios en nuestra sociedad de bienestar» e hizo hincapié en que la vida actual está inmersa «en los ruidos y ritmos de la tecnología, sin mucha paciencia». Contra esto, señaló que la fe es como una luz en el sendero, que el amor de Jesús es totalmente fiable, «capaz de vencer a la muerte». Y puso como ejemplo al Papa Francisco, «que se dedicó en cuerpo y alma» y rememoró la figura de la Virgen, «que tanto inspiró a nuestro Papa», al que este martes Palencia dio su último adiós a través de una eucaristía llena de admiración y de amor.
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