Palencia, penúltima provincia de la región en agresiones sexuales con sumisión química
El Instituto Nacional de Toxicología cifra en seis los casos en 2022, todos ellos de mujeres y una edad media de las víctimas de 29 años
Palencia, con 3,8, es la penúltima provincia de Castilla y León (solo por detrás de Ávila, con 3,16) con menor número de agresiones sexuales con sospecha de sumisión química por cada 100.000 habitantes. Así lo corrobora el último informe del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses, organismo dependiente del Ministerio de Justicia, que refleja que, en términos absolutos, Palencia contabilizó en 2022, último año con cifras disponibles, seis casos con sospecha de sumisión química (los mismos que Soria), siendo la segunda provincia con menos agresiones sexuales con sumisión química, solo por detrás de Ávila, con 5.
En Castilla y León hubo 117 agresiones sexuales con sospecha de sumisión química en 2022, frente a las 51 de 2021. Valladolid contabilizó 27 casos, unas estadísticas que, en términos absolutos, sitúan a la provincia vallisoletana a la cabeza de la región por estos hechos, aunque en comparación con su población, Segovia fue la provincia con más agresiones por cada cien mil habitantes (7,15, contabilizándose once agresiones sexuales con sospecha de sumisión química), seguida de Burgos (7,04, con 25 casos), Soria (6,79, con 6 casos) y Salamanca (5,83, con 19 casos).
En Palencia, los seis casos de agresiones sexuales con sospecha de sumisión química contabilizados en 2022 fueron todos de mujeres, produciéndose el 83,3% de esas agresiones (cinco) en fin de semana o festivo (cuatro en domingo y una, en sábado). La edad media de las víctimas es de 29 años, con cuatro de las seis víctimas entre 18 y 24 años; una, entre 35 y 44, y otra, entre 45 y 54 años.
Tres de los seis casos se produjeron en locales de ocio; uno, en un domicilio y de los otros dos restantes no consta dónde tuvieron lugar. Dos de los casos se produjeron en septiembre; uno, en abril, uno en junio; uno, en agosto y uno, en noviembre. En el 83,3% de las agresiones, el resultado toxicológico fue positivo, con el alcohol como sustancia más frecuente.
«Es una práctica por desgracia bastante común en los entornos de fiesta; los datos están ahí y lo que sube cada año es una barbaridad», lamenta Sofía Larrea, trabajadora social de la Asociación de Asistencia a Víctimas de Agresiones Sexuales y Malos Tratos de Valladolid (Adavasymt), en relación al «importante» aumento de los casos de agresión sexual con sospecha de sumisión química en la provincia.
«Nos vienen chicas que incluso lo han sufrido hace unos meses y que en ese tiempo no han pedido ayuda porque ha habido un consumo en exceso de alcohol o por el uso de algunas drogas y ellas tienen muchas lagunas, no se acuerdan bien de lo que les ha pasado y, como no están seguras, no piden ayuda por riesgo a ser juzgadas, a que no las crean o simplemente porque ellas dudan de sí mismas. Y por otro lado, sí que es verdad que, aunque no piden ayuda, el hecho de tener esas lagunas genera un malestar a nivel psicológico muy grande porque tú no estás segura de lo que has pasado», explica Larrea.
