«Llevo más de 40 años de juez y nunca he recibido una presión política»
El juez palentino impartió una formación en el Colegio de Abogados y aconsejó a los más jóvenes «que trabajen, estudien y se preparen»
José Luis Gil Ibáñez (Palencia, 1960) es juez desde 1985 y especialista de lo contencioso administrativo desde tres años después, 1988. Actualmente, es Magistrado de ... la Sala Tercera del Tribunal Supremo. El togado palentino impartía este pasado jueves en el Colegio de Abogados de Palencia una formación sobre la práctica del contencioso-administrativo. Una cita a la que acudían decenas de abogados que recibieron en primera persona las claves sobre este procedimiento tal y como explicaba. «muchas veces, las personas, e incluso los abogados, parece que tienen cierta reticencia a meterse en el contencioso administrativo porque se percibe muy árido, muy duro, que lo es en cierta manera, pero hay que intentar salvar ese prejuicio».
Gil Ibáñez es miembro de la Sala Tercera del Tribunal Supremo desde febrero de 2025 y ha formado parte de la extinta Audiencia Territorial de Barcelona, de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del TSJ de Madrid y de la Sala de lo Contencioso-Administrativo de la Audiencia Nacional, de cuya Sección Quinta ha sido presidente. Fue también letrado del Tribunal de Justicia de la Unión Europea entre 2004 y 2007, así como miembro electo de la Sala de Gobierno de la Audiencia Nacional. Ha sido reconocido con la Cruz Distinguida de Primera Clase de la Orden de San Raimundo de Peñafort.
¿Cómo ha cambiado la abogacía desde que empezó a ejercer hasta el día de hoy? ¿Ha evolucionado desde que inició su ejercicio?
Sí, ha ido evolucionando y para bien al asumir la defensa. Yo creo que, en cierta manera, se ha perdido un poco de técnica, pero en favor de la defensa del cliente. Los abogados ya no son personas tan formales, tan rigurosas, pero sí que son más combativas. La preparación jurídica de los abogados en España en general es muy grande al igual que la de los jueces españoles. He estado de letrado en la Unión Europea y allí los juristas españoles jueces, fiscales y abogados podemos ir con la cabeza muy alta.
¿De qué forma considera que está vista la abogacía por parte de la sociedad? ¿Está bien valorada?
Yo creo que sí. A los jueces se les considera como el último baluarte de los derechos y para hacer valer estos debes tener un abogado porque es el que sabe cómo utilizar los mecanismos y cómo se debe actuar. Muchas veces, se ha planteado el problema de la defensa sin abogados, pero se admite hasta cierto punto porque, en definitiva, al abogado se le supone una preparación y una formación. Se trata de un experto que es el que sabe por dónde hay que encauzar cada caso. Después, estamos nosotros, los jueces, que somos los que hacemos la tutela más efectiva, pero nosotros no podemos dar la tutela si no nos la piden.
«Los abogados ya no son personas tan formales, tan rigurosas, pero sí que son más combativas»
¿Está politizada la justicia?
No, yo llevo ya más de 40 años de juez y jamás he recibido una presión política, jamás he recibido una insinuación. Yo creo que todos los jueces como tales somos muy responsables e independientes. El problema no está tanto en los jueces sino está en otros órganos como, por ejemplo, el órgano de gobierno del Poder Judicial. Ahí puede haber más problemas y se puede pensar que hay una mayor politización por el modo de elección de los vocales. Luego, en otros ámbitos no hay ninguna y los jueces según va subiendo de nivel, tampoco. Yo no hablaría de politización sino de la defensa de lo que como juez mejor valores o consideres. También es bonito que entre nosotros mismos pueda haber contrapeso.
Pero, en cualquier caso, ¿hay separación de poderes?
Sí. Otra cosa luego es la sensibilidad de cada juez porque, precisamente, al ser muy independientes, lo que uno ve de una forma otro lo ve de otra. De hecho, es lo bonito que tiene el mundo jurídico, que se pueden ver las cosas de distinta forma. Un ejemplo es que puedo estar viendo una pared y podemos discutir si es blanca o si es amarillenta, pero lo que está claro es que no es negra. Dentro de ese abanico en el que hay matices, lo político no influye como tal, sino que pueden influir las convicciones y la formación de cada uno, eso sí que puede ser, pero en los colegios es más difícil porque ahí tienes que conjugar una serie de sensibilidades.
¿Qué consejo le daría a un abogado joven que empiece ahora en la profesión en una provincia como Palencia?
Que trabaje y estudie mucho y que se prepare. El ejercicio de la abogacía es, junto a la judicatura, lo más bonito que hay en el mundo del derecho porque, además, en la abogacía si tú lo preparas, puedes enfocarlo de una forma u otra. Y tu labor va a ser convencer al juez que es el que va a decidir de que tienes la razón, de que esa construcción que has hecho con práctica y jurídica es la más conforme al ordenamiento jurídico.
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