Las librerías reivindican frente a Internet su trato directo con el lector

El consumo a través de diferentes plataformas 'on-line' ha ido en aumento durante los últimos años y es algo que también se está dejando notar en los establecimientos palentinos, que recuerdan la función que estos negocios tienen en la ciudad esgrimiendo el papel de información y asesoramiento personal que cada librero cumple con el cliente, además de contar con los mismos precios que en portales digitales.

El precio medio de cada libro sigue estando entorno a los 20 euros. De hecho, es de los pocos elementos que no ha visto subir drásticamente su precio en los últimos meses, como sí ha ocurrido en otros sectores. Todo ello debe ser determinante para que la población apoye no solo a la literatura sino también a los profesionales que cada día atienden a sus clientes.

«Es un tema que cada vez está más arraigado, la gente cada vez se acomoda más. La gente no es consciente muchas veces, pero hace daño al comercio de su ciudad y al final repercute no solo en el librero sino en toda la capital porque no deja de ser una parte más que da servicio y, por tanto, genera otros puestos de trabajo a su alrededor», sostiene Juan Carlos Maté, de la librería Amarilla.

En ese sentido, Maté insiste en que «si tú compras fuera, ese dinero se va fuera. En el caso del libro además es un precio estándar, por lo cual tampoco es que te ahorres nada. Lo pides en Amazon por comodidad, que te lo lleven a casa y en vez de tener que salir. Luego se nos llena mucho la boca de la ecología y no somos conscientes de lo que se contamina pidiendo un libro por individuo».

Una valoración en la que coincide Maribel Iglesias, de la Librería Iglesias, que señala que «sí que se nota que cada vez la gente compra más por Internet o Amazon y eso es lo que más daño va a hacer. A la gente le gusta leer en papel, pero el problema es que es muy fácil pedirlo 'on-line' y la gente no se da cuenta de que nos vamos a quedar sin tiendas. No sin librerías, sin tiendas en general», apostilla.

Los profesionales no dejan de reinventarse y ejemplo de ello es Javier Rodríguez, de la Librería El Burgo, que ha decidido poner en marcha unas jornadas literarias en su tienda pretendiendo animar y reactivar la venta, que en su caso ha caído de forma muy importante durante los años 2022 y 2023 tras el repunte que experimentó tras la pandemia.

Apenas cuatro

«Los datos me demostraban que cada vez venía menos gente. Desde que he comenzado, hace un mes, parece que sí que han mejorado las cifras. El tema ahora está complicado. Cuando comencé, había diez librerías abiertas en Palencia y ahora apenas somos cuatro. Se ha reducido en más de la mitad», incide.

La venta 'on-line' unido a las autoediciones de algunos autores está poniendo en jaque la supervivencia de estos comercios de proximidad, que ven comprometido su futuro. Se lee más que nunca, pero se compran menos libros, se lamentan en el sector. Todo ello forma parte de un mismo fenómeno social que también se refleja en estas ventas.

«Sigue habiendo gente joven que compra libros físicamente y que los compra en la librería, porque le he inculcado un poco eso en su educación y también porque hay mucha gente que es consciente de que, si me compra el libro a mí en lugar de Amazon, además de que no está perdiendo está ganando, porque está invirtiendo en la ciudad», destaca Rodríguez.

El punto fuerte que tienen los libreros es la cercanía. A librerías como la suya acuden diariamente los clientes en busca de un determinado libro, de asesoramiento en torno a qué novela regalar o para poder ver y tocar en persona un cuento que tiene texturas o sonidos. Todo ello es un plus con el que no puede competir ninguna plataforma digital y que sí aportan los profesionales.

«El trato es directo. Si no se tiene mucha idea de, por ejemplo, qué regalar, pueden venir aquí y ver toda la tienda durante el tiempo que necesiten. Nosotros también les asesoramos y, además, siempre cambiamos el libro si se regala y no gusta o ya se tiene. No hay ningún problema en ese sentido», agrega Iglesias.

Los centros educativos suponen una importante fuente de ingresos para las librerías. Sobre todo, en cursos como este 2023-2024 en el que se han cambiado muchos de los libros, lo que ha hecho que las familias se hayan vista obligadas a tener que adquirir de nuevo estos materiales que cada septiembre llenan estos establecimientos.

Aunque hay familias que deciden comprarlos en el mes de junio, antes de verano, muchas otras deciden esperar a que esté más próximo el comienzo de curso, por lo que a últimos de agosto es cuando comienzan a encargar los libros para sus hijos. Los libros de texto y las lecturas que se van encargando durante el año suponen una facturación muy relevante para este sector.

Títulos más leídos

La primera parte del año siempre cuenta con menos ventas de libros que la segunda mitad, cuando coinciden fechas tan importantes como verano o Navidad. Así lo confirma Jacobo Baquero, de la librería Ateneo de la capital, que destaca también el Día del Libro como una de las fechas en las que se compran más ejemplares.

El perfil del lector varía bastante y es muy heterogéneo, coinciden los libreros. Desde niños y jóvenes hasta mujeres de entorno a 40 años. Ninguno de ellos coincide en sus lecturas, pero sí tienen algo en común, el amor por la literatura. Todo ello sitúa la media de un buen lector en la adquisición de dos ejemplares mensuales.

«La situación económica es complicada, pero vamos subiendo lentamente. De todos modos, la mejor parte del año es la segunda mitad», recalca Jacobo Baquero, que sostiene que la mayoría de los lectores de su librería corresponden a mujeres adultas que leen novela y que también compran cuentos y literatura joven para sus hijos.

Más títulos nuevos

Coincidiendo con el Día del Libro, la mayoría de las editoriales aprovechan para publicar sus novedades y es el momento en el que más títulos nuevos se publican. «La gente se anima a comprar más en este día», destaca Iglesias.

Cada uno busca su estilo, pero hay obras que se publican justo en este mes, como el libro póstumo de Gabriel García Márquez, editado por sus propios hijos; la última novela de los escritores Eduardo Mendoza o Javier Castillo o el libro que le ha valido el Premio Nadal al escritor vallisoletano César Pérez Gellida.

«Nosotros tenemos un perfil heterogéneo que va desde niños y jóvenes que son clientes muy buenos y fieles hasta gente más mayor, de todas las edades, que le gusta leer novela histórica con amor, intriga y demás. Hay un tipo de literatura ahora que es la novela fantástica y la novela romántica, que cada vez tienen más espacio con autores como Blue Jeans o Elisabeth Benavent», agrega Iglesias.

Los libros acerca de la historia y cultura palentina también tienen su público y, de hecho, el interés por ellos es creciente. «Había títulos que estaban agotados y que hemos vuelto a tener. Hay gente de Palencia que le encanta comprar libros de Palencia», concluye la librera.