«No hacemos música para entretener, sino para reflexionar y emocionar»
El grupo, que cumple treinta años, editará tras el verano su quinto trabajo discográfico con la colaboración especial de Rozalén
Los músicos palentinos Carlos Herrero y Héctor Castrillejo y el canario Adal Pumarabín dieron a luz hace quince primaveras en Tabanera de Cerrato a un ... grupo de música étnica ibérica al que bautizaron El Naán y que ya se ha hecho un nombre dentro del panorama nacional. Con motivo de su decimoquinto aniversario, esta formación, reconvertida en septeto, aunque también gira con el trío fundador, organizó un evento conmemorativo el pasado 10 de mayo en el pueblo palentino donde establecieron su sede. Herrero (1974), voz y compositor musical de la banda, adelanta que, tras el verano, El Naán editará, en formato trío, su quinto trabajo discográfico, un álbum en el que contarán con la colaboración especial de Rozalén.
–El Naán ha celebrado sus quince primaveras con un concierto benéfico, en el que les acompañaron otros músicos de raíz. ¿Cómo transcurrió la fiesta?
–En este concierto nos acompañaron, entre otros, los palentinos Miguel Abad (rabel) y Chuchi León (trompetista), el músico conquense Javi Collado y Carlos Soto (exflautista de Celtas Cortos). La fiesta se complicó por el frío y las lluvias, pero pudimos programar distintas actuaciones: el coro de la Universidad Popular de Palencia actuó en la iglesia; un grupo de mujeres del pueblo que se denominan Las Tábanas Cantoras… Fue una jornada bonita porque el programa estuvo organizado conjuntamente por la Universidad Rural del Cerrato, de la que formamos parte algunos de los integrantes del grupo, y la Comisión de Fiestas de Tabanera y tuvimos una muy buena respuesta por parte del público.
–Su banda y la Universidad Rural del Cerrato ha ido siempre de la mano; son un matrimonio bien avenido…
–Héctor Castrillejo, el poeta de El Naán, el letrista, y yo, que soy el compositor del grupo y pongo la voz, vivimos en Tabanera y fuimos, junto a más gente que aún sigue trabajando ahí, fundadores de la Universidad Rural. Son dos proyectos que se dan la mano. La Universidad Rural, que se centra en poner en valor y rescatar los saberes de la cultura campesina, está integrada por activistas sociales del medio rural y El Naán lleva ese activismo al terreno cultural y artístico.
–De esos tres lustros de andadura, ¿qué momentos han sido determinantes de su popularidad?
–Ha sido una carrera de fondo, no se han producido cambios bruscos. La difusión de la música de raíz, la vinculada al folklore, no llega a las cotas que alcanzan otros estilos musicales. Nuestra música minoritaria y el camino se labra poco a poco. La gira con Vetusta Morla, que tuvo lugar hace tres años, nos dio mucha visibilidad. Por otro lado, el grupo Fetén Fetén, cuyos miembros son buenos amigos, participó en nuestro tercer disco y, en el siguiente, contamos con la colaboración de Santiago Auserón, 'Juan Perro'. Y, en nuestro quinto disco, que saldrá a la luz después del verano y en el que no estará la banda al completo, sino que lo sacaremos en formato trío –Héctor Castrillejo, Adal Pumarabín (percusionista) y Carlos Herrero–, la cantante Rozalén cantará una de las canciones. Con el formato a trío presentamos un espectáculo más poético y etnográfico bajo el título 'La desaparición de las luciérnagas'.
–¿Cómo surgió la colaboración con Rozalén?
–Surgió en la conversación que mantuvimos con ella después del concierto que ofreció el año pasado en las fiestas de San Antolín de Palencia y que se produjo gracias a un amigo que tenemos en común, Javi Collado. Con él fuimos a verla y le comentamos la posibilidad de participar en nuestro próximo trabajo, concretamente en una canción que encajaba con su estilo y que se titula 'Corazón de barro', una versión de uno de nuestros temas antiguos en la que incluimos unos versos sobre la tragedia de la DANA, que también afectó a Letur (Albacete), un pueblo con el que Rozalén tiene una estrecha vinculación.
–¿Cuál ha sido la fórmula de su reconocimiento?
–Las letras de El Naán, compuestas por Héctor, tienen mucha profundidad poética, mucha verdad, mucha filosofía y mucha alma. Además, abordan temas actuales, tales como la memoria histórica, la inmigración o la DANA. Somos artistas que observamos el mundo que nos rodea, lo desciframos y hablamos sobre él, estamos comprometidos socialmente y creemos que el arte debe tener una función transformadora o que provoque reflexión; no hacemos música para entretener, sino para emocionar. Tanto nuestras letras como nuestra mirada hacia el folklore ibérico y a los sonidos africanos, que nos inspira a la hora de crear nuevas canciones, que es lo que realmente nos motiva, han procurado el reconocimiento.
–¿Qué prima más en su identidad: lo ancestral o el eclecticismo?
–Es un equilibrio entre ambos conceptos. Ya el nombre de El Naán, que está conformado por las primeras sílabas de 'natural androide', juega con eso. Lo natural es lo ancestral, la herencia, y lo androide es lo contemporáneo, de ahí que mezclemos músicas e instrumentos tradicionales y actuales desde la poética clásica, donde se hablaba de deidades, del encuentro, de las tribus…, pero con una perspectiva actual, es decir, concebimos una música desde la tribu del siglo XXI.
–¿Qué tienen previsto hornear en la gira del verano?
–Estamos girando tanto con el formato de banda, que es más festivo, potente y más catarsis, como con el trío, que es mucho más íntimo y siempre buscamos transmitir nuestra energía y compartir. Ya hemos cerrado bastantes fechas, aunque, de momento, ninguna en la provincia de Palencia. Echamos de menos no haber actuado nunca en algunos pueblos palentinos.
–¿No se sienten profetas en su tierra?
–Nos sentimos valorados, pero creo que, mayoritariamente, los grupos castellanos de música de raíz tenemos que buscarnos las alubias fuera. Salvo en Palencia, nunca hemos actuados en las fiestas patronales de ninguna capital de la región.
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