Zahara, cantante y compositora
«Festivales como el Palencia Sonora hablan de un compromiso con la cultura»
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Zahara, cantante y compositora
«Festivales como el Palencia Sonora hablan de un compromiso con la cultura»«Parece que estamos viajando mucho, pero realmente solo nos transportamos porque no disfrutamos de los lugares en los que tocamos. Eso me da una pena terrible, más aún en un lugar como Palencia, que conozco bastante bien de mis años de juventud, ya que mis padres adoran la arquitectura románica y pasamos un verano entero descubriendo pueblos de la provincia, entre los que recuerdo, de forma especial, Aguilar de Campoo», señala María Zahara Gordillo Campos (Úbeda, 1983), conocida artísticamente por su segundo nombre.
La artista jienense es una de las cabezas de cartel del Palencia Sonora, festival que pisará por tercera vez este sábado, a las 20:00 horas, para presentar su último trabajo, 'Lento ternura', que vio la luz el pasado marzo. Con más de dos décadas de trayectoria, Zahara apostará en el concierto del parque del Sotillo por un espectáculo de pop electrónico lleno de contrastes y una puesta en escena escrupulosamente cuidada. Le acompañarán los músicos Martí Perarnau IV, Manuel Cabezalí y Xavi Molero.
–En 2019 participó por primera vez en el Palencia Sonora, regresó tres años después y estará presente en la vigesimosegunda edición del festival.
–Recuerdo el Palencia Sonora con especial cariño porque en 2019 girábamos con 'Astronauta' y Martí, que toca ahora conmigo en la gira, formaba entonces parte del grupo Mucho, y cuando terminamos nuestro show fuimos corriendo a ver su concierto. Volver al festival palentino siempre me lleva a esa emoción y me encanta que la organización quiera seguir contando conmigo con el nuevo disco.
–Hábleme de las sensaciones que le afloraron en las dos primeras fechas de su presencia en este certamen y de las expectativas del concierto que ofrecerá este sábado.
–Creo que festivales como el Palencia Sonora hablan de un compromiso con la cultura, y también destacaría de él al público que responde y que lo hace posible. Que se mantenga año tras año dice mucho de esta fidelidad y perseverancia y a quienes vamos a tocar también nos emociona mucho porque vemos que está todo montado desde la ilusión y el cariño.
–¿Le dio tiempo a callejear la capital palentina en sus citas anteriores?
–No suele darme tiempo a ver nada, es una de las desgracias de esta profesión. Parece que estamos viajando mucho, pero realmente solo nos transportamos porque no disfrutamos de los lugares en los que tocamos. Sinceramente, eso me da una pena terrible, más aún en un lugar como Palencia, que conozco bastante bien de mis años de juventud, ya que mis padres adoran la arquitectura románica y pasamos un verano entero descubriendo pueblos de la provincia, entre los que recuerdo, de forma especial, Aguilar de Campoo.
–Con más de 20 años en la música y seis álbumes firmados, ¿siente que ya ha alcanzado la madurez en la profesión?
–Sinceramente siento que sigo siendo una niña. Hay días que me pregunto cómo es posible que tenga un hijo, una empresa, un divorcio, esta vida encima... Creo que es algo que nos pasa en general a las personas, por eso llevamos mal envejecer porque en nuestra cabeza seguimos siendo adolescentes y, por fuera, cada vez estamos más cansadas y no se corresponde cómo nos sentimos a cómo somos realmente. A mí me pasa algo así. Da igual cuantos discos tenga, lo digo en el buen sentido, porque siento que estoy empezando y que siempre estoy aprendiendo.
–¿Su penúltimo trabajo discográfico, 'PUTA' (2021), removió tanto su estatus personal y profesional?
–'PUTA' lo cambió todo. Fue un disco necesario para mí, aunque muy doloroso. Tuvo una repercusión que no imaginaba y me obligó a estar muy expuesta. A nivel profesional, me colocó en otro lugar. Pero, sobre todo, me transformó como persona. Fue una catarsis.
–¿Qué le ha reportado 'Lento ternura', que vio la luz en marzo de este año?
–'Lento ternura' ha sido un bálsamo. Después de la crudeza de 'PUTA' necesitaba reconciliarme conmigo misma y alejarme de la narrativa de violencia y abusos en la que me había sumergido. En 'Lento ternura' hablo del amor desde la ternura y el respeto, también del amor propio. Ha sido sanador escribirlo y está siendo muy enriquecedor y divertido presentarlo.
–Hace dos años se compró una casa en un pueblo manchego, ¿la adquirió para huir del bullicio de Madrid?
–Más que huir, fue buscar un refugio. Necesitaba silencio, tierra, poder ver el cielo, escuchar algo más que el runrún de la ciudad. Madrid tiene cosas maravillosas, pero también mucho ruido mental. En el pueblo tengo un estudio, tiempo y mi hijo tiene espacio para crecer. Aún así, sigo yendo a Madrid, y siento que esta doble vida tiene muchas cosas positivas, pero hay días que me gustaría dejarlo todo en Madrid y vivir solo viendo el paisaje.
–Además de su carrera en solitario, en 2019 creó el dúo Juno junto a su pareja, Martí Perarnau, quien también le acompaña en los directos de Zahara. ¿Compartir vida laboral y personal es la comunión perfecta?
–Martí y yo nos admiramos profundamente. Trabajar juntos nos ha hecho crecer como artistas y como pareja. Hay una compenetración que nos permite entendernos, a veces, sin mirarnos siquiera. Juno nació de ese deseo de crear algo que sólo existiera entre nosotros y ha sido una de las cosas más enriquecedoras que he vivido.
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