El 60% de las 96 farmacias y 9 botiquines de Palencia funcionan en el extenso medio rural
La cobertura de la red provincial alcanza los 1.646 habitantes por cada farmaciafrente a los 2.187 de media nacional
En una provincia envejecida, dispersa y con baja densidad de población como Palencia, contar con una red farmacéutica cercana y extendida no es un lujo, ... sino una necesidad.
Según el último informe del Consejo General de Colegios Farmacéuticos referido a 2024, Palencia, con 96 farmacias, no está a la cabeza en términos cuantitativos en cuanto al número de oficinas de farmacia. Sin embargo, la ratio de habitantes por farmacia en el conjunto de la provincia, de 1.646 personas, por debajo de la media nacional (2.187) y por encima de la autonómica (1.527), sitúa a la provincia entre los territorios con mayor accesibilidad a estos servicios sanitarios esenciales.
Lo defiende la presidenta del Colegio de Farmacéuticos de Palencia, Ana Deza, cuando asegura que el servicio farmacéutico en la provincia está bien dimensionado y que la cobertura es «excepcional», teniendo en cuenta las particularidades del sector en la provincia. «Somos farmacias muy pequeñas, muy rurales y con la población muy dispersa», sostiene Deza, que además es la titular de una botica en Ampudia.
En total, Palencia dispone de 96 farmacias, 39 en núcleos urbanos y 57 en zonas rurales, a las que se suman 9 botiquines farmacéuticos que refuerzan la atención en municipios más pequeños o sin oficina farmacéutica permanente. «Esto significa que la farmacia palentina es una farmacia cercana», asegura Ana Deza mientras enumera las ventajas de un servicio que «mejora el acceso a los medicamentos, reduce desplazamientos, especialmente entre mayores o personas con movilidad reducida, y permite una atención más personalizada».
De hecho, en muchos pueblos de la provincia, la farmacia es uno de los pocos servicios sanitarios disponibles. Su existencia no solo garantiza el acceso al tratamiento farmacológico, sino que contribuye de forma directa a la vertebración del territorio, mantiene actividad económica, genera empleo y ayuda a fijar población. En palabras de Deza, «la farmacia rural también lucha contra la despoblación».
Más allá de la dispensación de medicamentos, la presidenta del Colegio destaca algunos programas sociosanitarios en los que están implicadas las farmacias palentinas. Uno de ellos es Axonictus, un proyecto pionero de cribado para la detección precoz de fibrilación auricular, una de las principales causas de ictus, que ya desarrollan 33 farmacias de la provincia en colaboración con el Consejo Andaluz de Farmacéuticos. Como señala Deza, la detección desde la botica permite prevenir episodios graves, salvar vidas y reducir costes sanitarios asociados a hospitalizaciones acercando la medicina preventiva a entornos rurales y envejecidos.
Destaca también el acierto del programa Unidosis, impulsado por la Diputación de Palencia y el Colegio de Farmacéuticos para facilitar la adherencia terapéutica entre pacientes rurales, sobre todo mayores con dificultades para seguir correctamente sus tratamientos. A través de este servicio, los farmacéuticos preparan Sistemas Personalizados de Dosificación (SPD), ordenando los medicamentos en pastilleros semanales para evitar olvidos, errores o interacciones no deseadas favoreciendo el consumo racional y adecuado de medicamentos.
Iniciativas, como destaca Deza, que refuerzan el papel de la red farmacéutica como aliada del sistema de salud, ya que descargan presión sobre la atención primaria, resuelven dudas frecuentes, ayudan a detectar problemas de salud pública y colaboran activamente en campañas como las de vacunación o cribados, además de promocionar hábitos de vida saludables. Pero además pueden intervenir en emergencias, alertar sobre problemas de salud pública y colaborar en campañas, como ocurrió en la pandemia, donde, como le gusta recordar a la farmacéutica de Ampudia, «demostramos nuestra capacidad para adaptarnos y responder de forma ágil en momentos críticos».
En 2024, cinco farmacias de Palencia han necesitado apoyo económico para garantizar su supervivencia
Pese a su buena cobertura y extensión, el modelo farmacéutico en el medio rural palentino presenta vulnerabilidades estructurales. Una de ellas es el relevo generacional. En localidades con menos habitantes y escaso crecimiento demográfico, mantener abierta una oficina de farmacia puede ser inviable a medio plazo. La presidenta del Colegio reconoce que «la viabilidad económica se compromete cuando no hay expectativas de crecimiento poblacional que garanticen la continuidad del negocio».
En 2024, cinco farmacias de Palencia han necesitado acogerse al índice corrector por viabilidad económica comprometida (VEC), un mecanismo previsto para garantizar la supervivencia de boticas en riesgo. Aunque este dato representa el 5,2% del total y es inferior al 12,5% de la media de Castilla y León, desde el Colegio se insiste en la necesidad de tomar medidas urgentes para evitar nuevas pérdidas. «No basta con los índices correctores. Es necesario establecer servicios asistenciales remunerados que aporten valor añadido al trabajo del farmacéutico y hagan sostenible su labor en los pueblos», subraya Deza.
Es el caso, por ejemplo, de los SPD promovidos por la Diputación, o de otros cribados como el de fibrilación auricular. Deza defiende que prestar servicios sanitarios desde la farmacia, como ocurre en otras comunidades con programas de detección precoz de cáncer de colon, no solo mejora la salud pública, sino que permite que el farmacéutico pueda permanecer en el territorio. «El acceso al medicamento lo garantiza el farmacéutico. Pero sin él, no hay farmacia ni sistema sanitario cercano», recalca.
A los problemas estructurales se suman dificultades del día a día, como la cobertura de bajas o vacaciones. En muchas boticas rurales no hay personal adicional, ni siquiera un técnico. Conciliar la vida familiar y laboral se convierte en un reto en oficinas pequeñas donde el farmacéutico es el único profesional y debe asumir, además, largas guardias continuadas.
Acceso a la formación
También existen barreras formativas en territorios tan amplios como Palencia. El acceso a formación presencial puede ser complicado para profesionales del norte de la provincia. Por ello, el Colegio ha impulsado herramientas digitales y sesiones en línea para garantizar que todos los colegiados, vivan donde vivan, puedan actualizar sus conocimientos en igualdad de condiciones.
Otra cuestión pendiente es la falta de canales de comunicación directa con los médicos a través de la receta electrónica. En la actualidad, cualquier incidencia requiere llamadas o trámites poco ágiles, cuando bastaría un sistema integrado que favorezca la coordinación entre profesionales y mejore la atención al paciente.
Deza destaca también el papel social de la farmacia en municipios sin consulta médica regular. En muchos casos, es el farmacéutico quien detecta situaciones de riesgo, quien deriva al médico y quien mantiene un contacto constante con la población. «Somos el primer recurso de salud en muchos pueblos», afirma.
Con todo, pese a las dificultades, Ana Deza subraya que la red farmacéutica palentina sigue siendo un ejemplo de cercanía, compromiso y vocación. «Casi todo el mundo tiene una farmacia cerca de su casa. Esa accesibilidad hay que protegerla», concluye.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión